Desde la ventana miraba el cielo pensando en todo, todas aquellasaventuras, aquellos tropezones que di, aquellos llantos, aquellasrisas...las lágrimas empezaron a caer por mis mejillasMe aparte de la ventana y me dispuse a salir al bosque a por elalmuerzo. Tenia unos buenos reflejos y era muy ágil además de bastanteexperiencia no me era difícil cazar con el arco. Entonces un niñopequeño de unos 11 años se me acerco corriendo, y de repente se paróen seco al ver que le apuntaba con el arco, baje el arma y se quedódetrás mía, le perseguían dos hombre, muy corpulentos, con una mediasonrisa que inquietaba a cualquiera.-¡Danos al chico!- me gritaron.El chico se agarró más fuerte a mi pantalón. Como vieron que no teníaintención de dejar al niño con ellos ya que se veía a kilómetros quebuenas intenciones no tenían. Se me acercaron corriendo ydesenvainaron una espada, eran unas espadas bien entrenadas eraevidente tenían un resplandor leve pero que cuando aprendes a blandiruna espada se sabe con facilidad, entonces les apunte a las cabeza ydispare, pero como ya me esperaba esos hombres estaban muy bienentrenados, me agarraron de la muñeca y me quitaron el arco, medeshice de ellos de un tirón, huir no era una opción ese niño menecesitaba, tenía una mirada perdida y dudo que viviera en s buenascondiciones, me recordaba tanto a mi cuando tenía su edad... no podíadejarlo solo, la vida de un niño no era comparable a la mía yaprácticamente vivida, Asi que cogí una flecha y me dispuse a lucharcuerpo a cuerpo, pero, aquellos hombres eran demasiado fuertes, les diunas cuantas patadas y a uno de ellos le clavé la flecha en el costadopero en poco tiempo me tuvieron en el suelo era bastante tonto habermatado a un ejército entero del rey y al propio rey y no poder acabarcon dos míseros hombres. Me jure que no volvería a utilizar la magiapero, como cogieron al chico me vi obligada a hacerlo, entonces sopleel silbido poco a poco salió de mi boca y se unió a la danza delviento, había olvidado aquel sonido tan hermoso, el viento escucho mipetición y los dos hombres con una perfecta expresión de miedo yfascinación cayeron al suelo de espaldas y mientras la naturaleza leprivaba poco a poco del oxígeno se escuchó un pequeño murmullo de unode los hombre "se suponía que tenías que estar muerta...Lune".El chico se escondió detrás de un árbol, se angustio aún más al verque utilice la magia. Decidí acercarme a él con una sonrisa amigablede oreja a oreja, cuando me acerque al parecer no le hizo ni un pelode gracia.. Había estado tanto tiempo sola... así que me puse un pocomás seria y le tendí la mano, el chico inseguro me la cogió y lo llevea mi casa a curarlo, tenía algunos rasguños leves aunque otros eraprofundos como si le hubieran dañado con navajas, el niño no se quejóen ningún momento, únicamente estaba en tensión esperando por siintentaba dañarle para salir corriendo.-Entonces con una voz temblorosa me pregunto- ¿deberas existe la magia?.-¿Cómo te llamas chico?-fue mi respuesta.-Helios, ¿Deberas existe la magia?-volvió a preguntar-¿tú qué crees, Helios?- estaba deseando escuchar la respuesta de unniño pequeño acerca de la magia, no se me picaba la curiosidad-siempre he pensado que si sin embargo hace unas semanas cuando volvíadel colegio me pase por la biblioteca cogí un libro, el másinteresante que había leído, era impresionante, pero cuando se loconté a mis compañeros la historias de los mejores magos del mundo meabuchearon diciendo que simplemente era ficción.-pues me alegro de que creyeras, aunque no deberías dejar que lospensamientos de personas ignorantes te influyera, lucha por lo quecrees-le respondíY con una sonrisa, hermosa he de destacar me sonrió y me pidió consuplicas que fuera mi aprendiz. Me quede impactada ante aquellapropuesta, yo... me había prometido que no volvería a utilizar lamagia después de aquel momento y en un día lo eché todo por la borda,la utilice para salvarle y ahora se la iba a enseñar, supongo que eraparte de mí, me sentía más animada y con una sonrisa algo seria ledije:-vale pero con la condición de que hagas todo lo que yo te ordene. Ycon una sonrisa que hizo que por un momento me olvidara de todo, me asintió con la cabeza.