NARRA TN:
Draco y yo caímos en el sótano de la cabaña. Ese sótano que yo había reformado, después de que dejaran de aplicarnos castigos ahí, para que cada vez que bajase no me vinieran malos recuerdos.
Pero ahora mismo esto era de los peores malos recuerdos.
Los gritos de Delphini no tardaron en llegar a nuestros oídos. De algún forma pude ver exactamente el panorama a pesar de estar las luces apagadas. Draco no podía ver, pero me apretaba la mano con fuerza y temblaba sólo con los desgarradores sonidos.
Tiré de él hasta encontrar el escondite de Theo y mío. Ahí estaba el cuerpo de dieciséis años de Mattheo, temblando. Gemía de dolor, con lágrimas cayendo por sus ojos cerrados con fuerza. Delphini compartía su dolor con él para que fuera más llevadero.
Y ahí estaba yo. Un pequeño bulto malnutrido y demasiado diminuto para tener seis años. Usando una camiseta que me quedaba enorme perteneciente a Delphini. Envuelta en los fuertes brazos del chico.
Yo me abrazaba con mis diminutos bracitos a su espalda y escondía mi rostro en su pecho. No sabía qué pasaba, sólo sabía que era costumbre que esto sucediera prácticamente cada vez que hacía algo sin que nadie me lo hubiera ordenado antes. Porque casi siempre eran cosas que a los Mortífagos no les gustaba que hiciera.
Los castigos solían durar horas, hasta que Bellatrix se cansaba y finalmente nos dejaba en paz. Delphini logró atinarle un hechizo y pudo esconderse. Pasaron largos minutos hasta nos encontró a Theo y a mí y le lanzó un latigazo en la espalda a él. La punta me dio en una de mis manos y solté un chillido mientras escondía mi mano entre mi cuerpo y el de Theo.
Automáticamente mi mano se fue a la que estaba apretando la de Draco. Tres de mis dedos tenían la cicatriz de un latigazo.
Delphini le lanzó un hechizo a su madre y Mattheo lo aprovechó para escapar conmigo y esconderse en otro sitio.
Bellatrix le devolvió el hechizo e inconscientemente corrí para protegerla. Claramente el hechizo me atravesó y le dio a Delphini en el rostro, creando una quemadura en su barbilla y parte de su cuello.
-No te separes de mí -pidió Draco agarrándome de la mano -. No sabemos lo que puede pasar.
-Quiero salir -pedí con lágrimas en los ojos.
Draco fue a decirme algo, pero entonces la sala se disipó a nuestro alrededor y aparecimos en el dormitorio de Delphini.
A Mattheo le habían dado una habitación pequeña que antes era donde guardaban los trastos de limpieza. Ahí me habían metido a dormir con él cuando yo era un bebé. Con el tiempo yo necesité mi espacio y Mattheo empezó a dormir con Delphini (a escondidas de los Mortífagos). Ahora el dormitorio de Delphini tenía escondido en el armario un colchón plegable para Mattheo y la mitad de su armario lo usaba él.
Delphini estaba dentro de su baño privado. La puerta estaba abierta, por lo que desde fuera de podía ver lo que estaba haciendo.
Abrió el pequeño estante tras el espejo y sacó una caja de primeros auxilios mágicos. Regresó a la habitación, en donde Mattheo se hallaba sin camiseta y mi yo pequeña estaba sentada en el suelo mirándose la herida de la mano con curiosidad. No parecía dolerle, y eso me hizo fruncir el ceño con extrañeza.
-¿Tú también lo notas? -le pregunté.
-No se está quejando -susurró Draco con el mismo asombro que yo.
-No te muevas -pidió Delphini sentándose sobre el colchón de la cama, a espaldas de su gemelo. Destapó un bote con díctamo y se lo extendió por la herida reciente.
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Tn Potter: la serpiente perdida
Fiksi Penggemar[2° PARTE DE "Tn Potter: la hermana perdida"] Recomiendo no leer sin antes haber leído la primera parte, la cual se encuentra en mi perfil con el nombre que está puesto aquí arriba. __ __ __ Tn Potter logró infiltrarse exitosamente en el trío de oro...