Ahí estaba, sonriendo, demostrando la pureza de su ser. Como si fuera una estrella gigante en medio de la oscuridad del espacio.
Sin pensarlo dos veces, lo abracé, tan fuerte como pude.
Él se quedó quieto, asimilando la situación. Después de unos instantes, me correspondió el abrazo.
Sentí sus brazos rodear mi cuerpo; un abrazo cálido y reconfortante.
- Parece que me extrañaste, ¿no? - Dijo Adam.
- No sabes cuanto! – Le respondí.
Ya hacían 2 meses que no nos veíamos. Dejamos de juntarnos debido a que la época de exámenes había comenzado. Así que ambos estábamos enfocados en nuestros estudios.
- Pues al fin estás aquí - Dijo el, con su cara iluminada por las luces de tono violeta que había en la habitación.
- Te parece si te muestro el lugar? – Dijo él mientras me rodeaba los hombros con un brazo.
Solamente asentí y comencé a caminar junto a él.
Recorrimos toda su casa. Obviamente ya la conocía de memoria, pero esa noche, todas las habitaciones pasaron a tener un rol en específico.
Ya había visto la habitación de juegos, pero Adam me enseñó que más había en esa casa.
Una de las habitaciones se había convertido en un bar interior (Al parecer no bastaba con la barra gigante que ya estaba en el jardín)
Durante el recorrido, a cada paso, Adam se encontraba con gente conocida, amigos y demás. Haciendo que este se parara a hablar con ellos durante un buen tiempo.
Yo, por otro lado, me quedaba parado, sin decir una palabra. Al parecer, nadie se percataba de mi existencia. Tampoco me importó mucho que digamos.
Lo único que quería esa noche era hablar con Adam a solas. Hablar como solíamos hacer durante horas cada vez que nos juntábamos.
Sabía que esta probablemente sería la ultima vez que lo vea en mucho tiempo o quizás nunca.
Sentía como el tiempo se acababa. Como las oportunidades que resbalaban de mis manos.
Mientras estaba absorto en mis pensamientos, al parecer, había comenzado a caminar junto a Adam de nuevo.
Nos frenamos en frente de otra puerta, una habitación más de la casa.
Según Adam, se trataba de una "Sala de relajación". Era el estudio de música del hermano de Adam. Siempre me olvido de su nombre. Según recuerdo, Adam se refiere a el como Frank.
Volviendo al cuarto, este tenía paredes con estas placas especiales para insonorizar el ambiente.
Por lo que pude ver, en el cuarto no había nadie.
Entré junto a Adam a dicha habitación, cerré la puerta que dividía la fiesta de afuera con el resto de la habitación, y de repente.... Silencio.
Me pareció bastante extraño no escuchar absolutamente nada de lo que estaba pasando afuera de esas cuatro paredes.
Era relajante. Se sentía bien dejar de escuchar tanto bullicio.
De repente, el silencio se rompió:
- Se siente bien escuchar nada ¿No? – Dijo Adam.
Tenía razón. Escuchar nada era bastante placentero.
- Ey – Interrumpí yo. – Tenemos que hablar de algo – Dije con un tono serio, pero en realidad estaba muy nervioso.
"Tengo algo importante que decirte..."
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Luces de Neón
Teen FictionDerek, un chico como cualquier otro, que vive junto a su madre soltera, en una gran ciudad puramente iluminada por luces de neón, que asiste a una escuela normal. Alumno promedio, sin amigos y sin estatus social. De piel blanca, 1.79m de altura, ca...