~Libertad~

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~Pasión Prohibida~


|Capitulo 1|


~Narra James~


Coloque mi pasamontañas en mi cabeza, dejándolo como sombrero. Tome mi arma ya la escondí entre mi pantalón y sudadera. Respire profundo antes de girar la perilla y salir a las frescas calles de Nueva York. El aire de la noche dejaba un cálido ambiente. Lastimosamente esa noche no sería buena para alguien.


Había salido de la cárcel hace una semana más o menos. Después de mi juicio y pasar prácticamente 5 años encerrado por un asesinato que jamás cometí. En mi juicio no encontraron nada que me dejara como el asesino de cierto crimen, por lo tanto la juez había decidido mi total libertad. Como era de esperarse mi "Familia" no es tuvo ahí, mamá ni papá se presento, no he sabido nada de ellos en estos últimos años, hasta hace dos días, en los que decidí darles una visita. Quería rehacer mi vida. Intentar ganarme el amor que alguna vez ellos dijeron que me habían dado.


Al llegar a la casa, era totalmente diferente. Fue difícil para mi mamá verme, casi muere de un infarto, papá me miro con asco.Trague duro mientras les explicaba todo sobre mi juicio y mi inocencia. Claramente no me quisieron escuchar y me acusaron de haber escapado de la cárcel. Frustrado ante tal estupidez, los insulte para luego entrar sin permiso a la que alguna vez llamé hogar. Papá grito corriéndome de ahí amenazándome con llamar a la policía. La verdad no me importaban. solo había regresado por una personita.. por mi hermana.


~Flashback~


-¡¡Vete james!! -Grito mi madre- Entiende!, jamás veras a _____ de nuevo.


La mire con furia, no podía creer la clase de padres que tenía. Les había demostrado mi inocencia y no les bastaba.


-James - Hablo mi padre- Vete .. Oh quieres que llamemos a los policías -Tomo el teléfono.


Trague duro apretando los dientes. Ellos no inpedirian que volviera a ver a mi hermana. De seguro le habían mentido algo sobre mi para que me olvidara. Pero algo que sabia perfectamente, es que el amor de mi hermana no lo perdería.


~Fin del Flashback~


El timbre sonó y la gente empezó a salir. Todos los jóvenes salían felices con cuadernos esparciéndose por el estacionamiento. Mi carro estaba escondido entre un carro y la pared, mientras yo observaba detenidamente. Sé que mis padres le habían puesto seguridad a mi hermana pensando en que le aria algo mal. Así que tenia que tener más cuidado, había visto fotos de ella, era realmente hermosa, era casi igual a mí. Suspire echando un ultimo vistazo, para luego enfocar mi vista en aquella chica de ojos hazel, cabello castaño y sonrisa simplemente perfecta. 


Miles de emociones se movieron en mí ahora duro corazón, ella era mi hermana y la niña de frenos con coletas se había ido dejando a una hermosa rosa.Ella se despidió con la mano de sus amigas y empezó su camino al otro lado del estacionamiento. Espere a que los carros despejaran el lugar y que ninguna persona estuviera ahí. Agarre el doblillo del pasamontañas bajándolo mientras cubría mi rostro. Saque un pañuelo mojan dolo de cloroformo. Mire una ultima vez para asegurarme que nadie me viera. Y corrí hacia ella.


~Narra ______~


Las clases habían transcurrido normal. Y el timbre había sonado como dejando una hermosa melodía en mis oídos. ¡¡LIBERTAD!! exclamaba en mi interior. Los profesores habían hablado y hablado sin parar dejando las ganas de suicidarse de desesperación. Al toque todos salimos directo al estacionamientos. Sonreí ante las estupideces de mis amigas, ellas eran las únicas por las que no moría de aburrimiento en clase.


Después de despedirme de ellas, sus carros abandonaron el estacionamiento y un silencio lo inundo. No sentía miedo alguno ya que estaba ala par de mi auto. Busque las llaves dentro de mi bolso cuando una mano fuerte sujeto mi cintura, abrí la boca para gritar pero un pañuelo blanco se coloco en ella tapando mi nariz y boca. Empece a moverme de un lado a otro para que aquel ladrón me soltara pero me sostenía fuertemente.


Subí mis manos con desesperación y sin importarme arruinar mis uñas las enterré en el rostro de aquel hombre. Escuche su gruñido de dolor en mi oído pero solo hizo que apretara el pañuelo a mi boca. Las lagrimas no tardaron y empezaron a brotar con fuerza cuando sentí perder poco a poco mi fuerza, supe que era mi fin.

~Pasión Prohibida~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora