Reencuentro En El Metro

︴Episodio 1

Había conocido a Hoseok desde segundo año de primaria, solíamos ser los mejores amigos y hasta nos consideraban como la "parejita del curso", aunque sería mejor decirlo como "el bromance del curso". Éramos tan cercanos y había tanta confianza entre los dos que sin decir nada podíamos saber lo que el otro quería decir o sentía.

Eso claro, hasta último año de preparatoria. Pero aún no llegamos a eso.

En cuarto semestre de prepa fue cuando apareció Jennie, entró a inicios de ciclo como una nueva estudiante de intercambio y rápidamente empezamos a conectar. Cada vez nos hacíamos más y más cercanos hasta que llegó el punto en dónde supimos sin decirnos nada que nuestros sentimientos eran recíprocos y decidimos declararnos por fin en la noche de San Valentín.

Todo iba excelente, era mi primera relación así que por supuesto tenía altas expectativas. Todo iba hacia arriba, tenía una buena relación tanto romántica como de amistad. Hasta que una tarde del otoño de sexto semestre lo ví.

Era Hoseok, mi mejor amigo, comiéndole la boca a Jennie, mi novia. Solo sentí como lenta y dolorosamente se me rompió el corazón en añicos. Hoseok intento explicarme desesperadamente lo sucedido, pero yo no podía, ni tampoco quería escuchar nada. Solo rondaba como disco rayado en mi mente la tortuosa imagen de mi mejor amigo de toda la vida besando a mi amada novia.

En un solo día, había perdido a las dos personas que más amaba en el universo. Mi mundo se estrelló contra un muro de concreto y mi mente se hundía en unas profundas arenas movedizas que me jalaban hasta lo mas profundo cada vez más y más.

Desde ese día no volví a ver a ninguno de los dos, solo en mis peores pesadillas, dónde sus siluetas se burlaban de mí. El futuro que construí junto a ellos había quedado en la basura. Dejé de existir cómo un ser viviente, para pasar a solo ser una persona existente.

Mi vida dió una vuelta de ciento ochenta grados después de ese problema. Los primeros meses pisé fondo en una terrible depresión. No quería salir de mi habitación, ni comer, ni ver a nadie. ¿Cómo se suponía que debía enfrentar esa situación? Muchos de mis amigos querían visitarme para apoyarme en ésa situación. Pero jamás les abrí la puerta, sentía que no valía la pena que me vieran en éste estado, tan deplorable, vulnerable y asqueroso.

Todo mi cuarto era un reflejo de mi lamentable estado mental. La ropa desordenada y tirada por todos lados, la basura en cualquier lugar, todo estaba descuidado. Hasta habían veces en dónde no me bañaba por semanas. En un gran resúmen de mi situación, estaba en la mierda tanto emocional como físicamente junto a mi entorno.

Para olvidarme de todo caí en una dependencia al alcohol. Como si fuera veneno que recorría por mi garganta, sabía que todo eso estaba mal pero no podía dejarlo, se había vuelto en una necesidad. Habían días que para no sentir la mierda por la que estaba pasando, me sumergía en el alcohol. No quería morir, pero habían veces en las que no soportaba seguir existiendo.

Mi situación era tan miserable que hasta llegué a autolesionarme para camuflar el dolor interno que arraigaba conmigo.

Después de cinco meses decidí rehabilitarme, seguir adelante. Conseguí nuevos amigos en el proceso de sanación, los cuales me ayudaron a levantarme y pude ir superando lo que pasé. Me enfoque en mis estudios para dejar de pensar en todo. Tal fue así que logré una beca que cubría casi toda mi colegiatura, conseguida por excelencia académica. No siendo solo en una universidad, si no en muchas otras más, pero entre todas las opciones decidí la que más me convenía era el Tec de Monterrey.

Los primeros tres años solo tenía una cosa en mente. Necesitaba estudiar.

Una de las muchas secuelas que me había dejado todo lo que pasó con "ellos", fue que había desarrollado una adicción al estudio. Suena raro, pero ésto me dejaba sobrellevar mi depresión y ahora soy dependiente de eso. Si no hay tareas o proyectos, hago investigación de cualquier cosa relacionado a lo que hacemos.