Capítulo 9

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Capítulo 9

El día en que debía regresar a Londres. Sus recuerdos le llevaron a rememoran aquellos días que había estado allí, en Los Ángeles. Contempló por completo aquel lugar que había sido su lugar de estadía. Sonrío satisfecha. Había sido por una buena causa que había decidido quedarse. Y finalmente lo había conseguido.


Tomó su equipaje y con cierta ironía esperó no encontrarse a su vecino. A aquel hombre que pensó no volver a encontrarse, y sin embargo, la vida se había burlado de ella, al hacer posible esa coincidencia. Bufó mientras caminaba hacia el ascensor. Después de cerrar con llave el apartamento de su primo. Marcó y se alegró ver que la puerta se abría y no había nadie allí.


Se recostó en la pared del ascensor. Después de la boda de Christopher con Amy, había estado un mes allí. Y durante todo ese tiempo, no había corrido con la suerte de encontrárselo y soportar aquella sonrisa de triunfador. Incluso aquel día en la playa había sido realmente insoportable. Aunque había que admitir, que Nicole, había conseguido la parte positiva de todo aquello y la había hecho reír.


No había pedido un taxi esa mañana. Los padres de Amy se habían comprometido en llevarla al aeropuerto y ella no había encontrado como negarse. No quería verse descortés. Y realmente aquella familia la había acogido como si ella también formaba parte de su familia.


Fue ameno aquel recorrido al aeropuerto. Aunque la despedida no tanto. De cierta forma odiaba las despedidas y aquel sentimiento que dejaba dentro.


Finalmente con su boarding pass en su mano, caminaba hacia la zona de embarque. Sintiendo aquellas miradas de quienes realmente la reconocían. Al menos, no eran tantas personas. Aunque en cierta forma, en ocasiones le incomodaban, como en otras, que le causaba risa. Ella simplemente era alguien normal. Ella se sentía normal, aunque no un ser común y corriente por elección propia. La vida había decidido por ella al nacer.


Se dirigió a su puerta de embarque y decidió sacar su Kindle de su bolso y empezar a leer un poco. Faltaba aún una hora para que empezará en embarque y se había asegurado, a través de las pantallas informativas, que su avión mantenía la misma puerta que le habían indicado en el mostrador, al momento de su chequeo.


— ¿Han visto quién viaja con nosotros el día de hoy?— había expresado Andrea, una de las tripulantes de American Airlines.

— ¿Quién?— preguntó Kristen con cierto interés.

— Sabrina Stewart... La prima del futuro duque de Stafford.

— ¿El que se casó con un personal de tierra de Londres?­— inquirió Leonor. La jefa de cabina.

— Ciertamente... Suerte tienen algunas. Christopher Williams era el hombre más codiciado por muchas... Y simplemente una plebeya consiguió lo imposible.— expresó Andrea.


Aquel grupo miró disimuladamente hacia donde se encontraba Sabrina, pareciéndole extraño, que alguien como ella, no se encontrará en el salón VIP que ofrecía American Airlines a los pasajeros business class. Pronto la tripulación masculina apareció. Era momento de hacer el chequeo antes del embarque, por lo que debían bajar al avión.


— Al menos, ustedes tienen su consuelo.— expresó la jefa de cabina, sonriendo con cierta picardía, mientras todas miraban a Sebastian.


Él era, al igual que lo había sido alguna vez Christopher, en el hombre más codiciado por todas. Y no había porque dudarlo. Tenía un encanto que hacia que todas las mujeres que se cruzaban en su camino, cayeran a su pies.


Excepto una. Y por ironía de la vida, se encontraba allí, sin él saberlo.

El embarque pronto empezó. Primero embarcaron los pasajeros viajando en Businnes class y pronto siguieron con los demás pasajero. Sabrina se alegró al saber cuál sería su asiento. Una ventana. El mejor asiento para alguien que viajaba sola y no deseaba socializar, sino dormir en el resto del vuelo.


Miró a su ventana y se despidió del sol y aquel fabuloso clima. En Londres le esperaba aquel ambiente gris y lluvioso. Aunque había días en que el sol salía y alegraba todo. Sacó su iPod y decidió esperar hasta que la tripulación indicará que podía utilizarse. Se recostó de su asiento y aceptó aquella bebida que la tripulación le había ofrecido como servicio principal antes de que se cerrará la puerta. << Adiós Los Ángeles... Feliz viaje, Sabrina...>>, se dijo internamente, después de entrega su copa.


El tiempo siguió avanzando y pronto se vio entre las nubes rumbo a Londres. Se colocó su iPod cuando la tripulación indicó que podían utilizar los artículos permitidos. Cerró los ojos y se permitió descansar un poco.


Aquel realmente sería un largo viaje.


— Voy un momento al baño...— le indicó Sebastian al capitan.

— Está bien, Sebastian.


Abrió la puerta un momento, mientras caminaba hacia el baño. No si antes, sin saber por qué, miraba hacia el área de businnes class. A un área particular. Y el asombro se dibujó en su rostro. ¿Ella estaba allí?... Sí, ella se encontraba allí como uno de los pasajeros. Entró al baño y luego al salir, miró de nuevo, queriendo asegurarse que no se equivocaba. O que aquello había sido simplemente una ilusión óptica de su cabeza.


— ¿No me digas que también te has asombrado al ver que un miembro de la realeza se encuentra presente en nuestro prestigioso vuelo?

— ¿De qué hablas, Leonor?

— De Sabrina Steward... La prima del futuro duque de Stafford.


La sorpresa se pintó aún más en su rostro. Finalmente ahora sabía quién realmente era ella y por qué había sido inmune a sus encantos.

Irresistiblemente Tú (2do Libro-Serie &quot;Un Cambio Inesperado&quot;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora