Oscuridad [NaruSasu]

I

『SASUKE』

Aparecieron sentimientos... Luego la culpa y el sufrimiento... Aquel momento no fue oportuno, y de ello, no tendrá recuerdo alguno.

El mundo mágico es una realidad alterna a la nuestra. Aquí, las personas poseen habilidades extraordinarias que se salen de lo común y que serían difíciles de explicar en el mundo humano.

Era una mañana normal, como todas, desde hace tres años en esta realidad. El sol deslumbraba en la villa de Konoha, anunciando un nuevo día que estaba por comenzar.

Sasuke Uchiha despertaba como siempre, con ganas de desaparecer en ese mismo instante. La rutina se repetía nuevamente, levantarse, comer, entrenar, comer, seguir entrenando, sobre-pensar y analizar su miserable existencia. 

Eso era lo que se repetía una y otra vez dentro de sí mismo además de sentir un vacío que no tenía exactamente la facilidad de llenar. Recordaba perfectamente cómo era su vida hasta los 12 años, y era feliz, ese sentimiento de paz y tranquilidad abundaban en su pecho. No era para menos pues... ahí estaba su madre aún con vida.

Un evento repentino que lo cambió a él, a su hermano, y en especial a su padre. Desde aquel fatídico día, nada volvió a ser como lo recordaba. No puede decir que tenía la familia perfecta, pero era la mejor en su mente de niño. Lo peor de todo no era la muerte de su madre en sí, si no que ni siquiera era capaz de recordar qué fue lo que ocurrió.

Sus memorias eran borrosas y cada que intentaba volver a ese día, nada llegaba a su mente, solo un insoportable dolor de cabeza y un fuerte nudo en su garganta. Lo que sí puede asegurar es que una noche cenaba tranquilamente con su familia, luego irse a dormir y enseguida despertar en la cama de un hospital, molido a golpes y sientiendose ajeno a su propio cuerpo.

Su hermano mayor, Itachi, le había explicado acerca de cómo terminó ahí y de la trágica noticia del fallecimiento de su madre. No le quedó nada más que llorar, confundido y desolado.

Mikoto, era su nombre, y era imposible para Sasuke el solo verse en el espejo. Intentaba con todas sus fuerzas hacer que cada día fuera menos doloroso y seguir viviendo, pero simplemente era imposible. Una vez logró enderezarse en su cama, sujetó su cabeza con ambas manos pues tenía un dolor agudo en la parte frontal de la misma.

Como pudo se cambió de ropa, limpió su habitación y bajó a la cocina. Como siempre, Itachi preparaba el desayuno y su padre leía las noticias del día.

— Buenos días— dijo acercándose a Itachi para ayudarle a servir la comida.

— Buenos días— respondieron los presentes, en un tono lújubre y deprimente.

Ninguno portaba expresión alguna y cuando los hermanos se sentaron, todos comenzaron a degustar el desayuno.

— ¿Cómo van con el entrenamiento?— preguntó el padre, Fugaku, con una voz gruesa que denotaba la autoridad que de por sí ya emanaba.

— Pues... Sasuke ya domina la mayoría de hechizos del Clan— respondió el hermano mayor, observando de reojo a su hermano, quien parecía estar sumido en sus pensamientos.

— Bien, cada vez más cerca de culminar con tu responsabilidad con el Clan— hasta ahí llegó su conversación en lo que restó de la comida.

Itachi, se aguantó su propio enojo, intentando no expresar sus opiniones respecto a la "responsabilidad" que mencionaba su padre. Ya estaba cansado de esa palabrería, pero quería evitarse tener que empezar otra discusión como la del día anterior.

Una vez terminaron, el padre anunció ir de viaje por una misión menor. Se ausentaría unos días y eso solo fue un alivio para Itachi y Sasuke, aunque no lo demostraran.