Dream || Mechamiwa

02. Admiración

                                                                        🤖🗡

Kokichi caminaba erguido por los pasillos de la escuela cargando una mochila y un bolso extra en su mano, con un semblante serio como era de costumbre aunque su mirada brillaba mientras tarareaba una canción. Había pasado una semana desde los acontecimientos cuando Utahime lo había regañado, y como ella dijo, los peces gordos debían evaluar su castigo. Desde entonces lo habían mantenido aislado y custodiado las veinticuatro horas del día. Para cuando llegó el día del veredicto hubieron comentarios mixtos con respecto a lo que se merecía. Muchos pensaban que debía ser ejecutado por cometer el acto de traición, otros soltaban comentarios absurdos diciendo que deberían solo expulsarlo, cosa que generó discordia entre los presentes puesto que consideraban más peligroso que solo lo dejaran estar por allí suelto.

Al final, después de varias horas de distintas opiniones y debates, todos decidieron optar por lo más sano y seguro. En vista de que a pesar de haber traicionado, el chico decidió colaborar y evitar una tragedia al contar todo el plan de Shibuya, por lo que votaron por dejar a Kokichi Muta vivo continuando como estudiante de hechicería bajo la condición de que debería cumplir servicios comunitarios en la preparatoria, añadiendo de que deben vigilarlo cuidadosamente, por lo que tenía que mudarse con carácter de urgencia a los dormitorios con los demás estudiantes.

No sabía cómo había salido ileso de esa situación, aunque había escuchado uno que otro rumor de pasillo dando pie a varias teorías. Una de las teorías era que Utahime había convencido a los directivos de que no le hicieran nada malo y que ella se encargaría de vigilarlo y guiarlo junto a los demás estudiantes de Kioto, otro rumor era que el mismísimo Satoru Gojo había movido sus influencias y dinero junto a Mei Mei para protegerlo por haberle dado toda la información necesaria. Fuera como fuera, estaba agradecido de que ese fuera su castigo, aunque ¿realmente era eso considerado un castigo? Porque el chico se sentía como si hubiese sido premiado con la lotería.

Caminando hacia su habitación, que anteriormente estaba solo habitada por Mechamaru, no pudo evitar suspirar largo y tendido. Su vida por fin estaba cambiando para bien y era hora de apreciar cada segundo de ella como si no hubiera un mañana.

El pelinegro se detuvo en seco a mitad del pasillo al ver una pequeña figura de pie frente a la puerta de su habitación, sin poder evitar que los latidos de su corazón se aceleraran, su rostro tornándose ligeramente rojo. Kasumi Miwa se encontraba allí, con sus brazos cruzados detrás de su espalda pensativa, su cabello se movía ligeramente por la brisa que entraba por las ventanas del pasillo, Kokichi sintió que se le iba a salir el corazón del pecho, no la había visto desde la reunión. No pudo evitar recordar el abrazo que habían compartido, llenando su cuerpo de una cálida sensación. El pelinegro sacudió su cabeza tratando de disipar ese recuerdo para tranquilizarse, y en ese momento Miwa percibió su mirada haciendo que la chica volteara su cabeza en su dirección. Cuando sus ojos se encontraron, el rostro de la chica se iluminó en una gran sonrisa que lo descolocó por completo.

— ¡Al fin llegas! — gritó emocionada corriendo hacia él, abrazándolo apenas estuvo cerca. Kokichi parpadeo varias veces, tardando un poco en corresponderle el abrazo y rezando que la chica no oyera sus latidos acelerados — Tienes taquicardia, ¿estás bien? — la chica se separó de su pecho y lo miró ligeramente preocupada. "Tragame tierra" pensó el chico.

— Estoy bien, Miwa ¿Qué haces aquí? — preguntó tratando de cambiar el tema, la chica lo soltó y sonrió levemente.

— Utahime-sensei me contó sobre tu castigo, así que quise ser la primera en venir a darte la bienvenida oficial a los dormitorios. Espero que no te moleste — Miwa soltó una risa leve que parecía música para los oídos del alto, arrebatándole un suspiro.