La semana había terminado por fin, y todo parecía haberse calmado tras ese accidente en donde la vida del europeo corría un verdadero peligro.
Era un día sábado como cualquier otro, y el pelinegro se encontraba comprando cosas en el Tottus mientras que su mente estaba algo perdida por los sucesos recientes. Aun así, no quería darle muchas vueltas al asunto e intentó centrarse en lo verdaderamente importante: mercadería. Tenía que aprovechar que las cosas estaban relativamente baratas pronto pronto subirían de precio; odiaba cómo la economía iba en descenso. En ese momento ya no estaba utilizando su ropa formal, sólo estaba usando una polera de color oscuro y unos jeans algo relajados; le gustaba el estilo algo holgado aunque tampoco utilizar sacos o abusar de las tallas. Normalmente usaba una o dos tallas mayores, pero nada muy excesivo. También traía accesorios como unos pocos collares, cadenas y anillos. Aunque su estilo podría considerarse urbano era un poco más ordenado y cuidadoso respecto a ello.
Ya al terminar de elegir todos los productos este año dirigió a la caja para poder pagarlos, aunque algo le llamó la atención. La cajera era una mujer de lentes cuadrados, de cabello morado y corto y tenía una voz que conocía muy bien: era la famosa Patricia Maldonado. Soprole comenzó a preguntarse cómo había llegado allí...Después de que fue echada del Mega por tráfico de sustancias ilícitas ya no era la misma, de hecho, parece que había desarrollado un tipo de demencia y se estaba curando, o estaba algo sedada con pastillas.
— Son $396.750. ¿Va a pagar con débito? — Preguntó la Paty mirando al muchacho de cabello liso, quien asintió con la cabeza y se le fue entregado el datáfono para poder pagar con cuenta RUT. Así lo hizo, mientras que veía a un niño meter todos los productos a las bolsas. Le dio una pequeña propina al mismo, y luego se marchó del supermercado.
Ya en el estacionamiento comenzó a guardar todo en el maletero de su auto, y justo al terminar pudo escuchar una voz muy, pero muy familiar.
— Oh, vaya. ¿Qué tenemos aquí? — Desde luego, era ese suizo al que consideraba arrogante: Nestlé. Soprole se dio media vuelta mientras sonreía de manera cínica, apoyándose en la puerta del maletero de su auto y mirándolo a los ojos. Para su sorpresa el rubio estaba vistiendo formal, lo cual le parecía extraño pero no decidió decir nada al respecto.
— Hola, Nestlé. ¿Qué andas haciendo por acá? — Preguntó el más bajo, mirándolo directamente a los ojos. Su mirada era algo penetrante pero no significaba absolutamente nada para su compañero de trabajo. De hecho, su intento por verse amenazante le había causado algo de gracia, y como consecuencia emitió pequeñas risas cargadas de burla.
— Sólo andaba comprando...me sorprende verte con esa ropa. Te ves algo...harapiento. Deberías cuidar tu apariencia si quieres ser alguien serio, porque definitivamente ese estilo no lo es. — Contestó sin ningún tipo de filtro.
Ambos se miraban fijamente a los ojos y, como ninguno de los dos hablaba, se formó un silencio incómodo junto con una tensión muy grande en el aire. Tras varios segundos de miradas y respiraciones pesadas, Soprole desvió la mirada y se acercó un poco a Nestlé. Ahora ambos estaban a pocos centímetros entre sí, y Nestlé podía sentir la respiración caliente de su compañero en su rostro.
— ¿Podrías dejar de meterte en mi camino por un rato? Porque si no lo haces voy a sacarte la cresta. Me tienes chato, suizo culiao.
— ¿Qué te detiene de hacerlo? Apuesto que no lo harás.
— Ooh...Sí lo haré.No dijo nada más y le dio un puñetazo en el estómago a Nestlé, quien se alejó unos pocos pasos y luego lo tomó por el cuello, sonriendo ampliamente y apretando la zona.
— ¿Recuerdas que dije que si te atrevías a golpearme de nuevo te destrozaría?...No pienso aguantarme las ganas. — Dicho esto Nestlé le dio una cachetada bastante fuerte a Soprole, acorralándolo contra una de las paredes del estacionamiento y comenzando a golpearlo, a lo que el chileno volvió a responder con bastantes puñetazos.
Varias personas comenzaron a rodearlos y algunas de ellas estaban grabándolos, otras gritando y otras apostando dinero para ver quién ganaba. Hubo un momento en el que las gafas de Soprole salieron volando y eso fue el colmo para él. Intentó seguir golpeando, pero era inútil. El suizo le ganaba por mucho, y además veía borroso. Finalmente las personas comenzaron a retirarse y Nestlé, respirando algo agitado mientras se limpiaba la sangre de su rostro, volvía a acorralar a Soprole y lo tomaba del cuello, sonriendo y emitiendo pequeñas risas.
— Espero que esto te haya servido como una lección, chilenito,... — Le dijo — porque sino me veré obligado a hacer esto de nuevo. — Finalizó, marchándose y dejando al de ojos azabache prácticamente tirado en el suelo.
Soprole tosió con algo de dificultad, a su vez que buscaba sus lentes con sus manos. En cuanto encontró estos se los volvió a poner, levantándose del piso y sacudiendo su ropa. Era algo todo bastante desagradable, pero todo sería peor cuando llegué el día lunes y Don Francisco se entere de todo el tema.
TIMESKIP
Los días pasaron y, como no, las viejas subieron el video de aquellos trabajadores peleando a la red social de viejas por excelencia: Facebook. Pronto el video también se distribuyó por Twitter e Instagram, y eran prácticamente tendencia. El día lunes en la mañana Soprole se estaba curando las heridas sin ganas de ir a trabajar, no quería ver a nadie, bueno...sólo a su amigo. Sabía que el Jefe se enojaría con ellos y menos quería verle la cara al "malnacido" de Nestlé, por lo que se estaba arreglando con bastante desagrado. Al terminar de arreglarse este tomó su bolso y se dirigió hacia la salida de la casa, cerrando con llave y yendo al trabajo.
Lo primero que pudo observar al llegar era Colún con una mirada de nerviosismo, Nestlé con una mirada de molestia y Don Francisco simplemente decepcionado. Él sabía lo que pasaría y estaba sumamente nervioso por ello.
— Soprole...— Murmuró el sureño, mirando a su compañero y fijándose en las distintas costras que estaban en su rostro. — ...Pariente, yo le dije que se controlara. — Añadió.
— Debemos hablar muy seriamente. — Pronunció el mayor de todos, mirando al rubio y al joven de lentes con bastante seriedad y decepción.
Pocos minutos después ya estaban en la oficina del jefe, en completo silencio, mientras recibían un regaño por parte de este. Sus palabras eran severas y ya no era el jefe buena onda de antes.
— Yo les dije que no debían pelear si no querían dar una mala imagen, y ¿qué hicieron? Exactamente todo lo contrario. ¿Qué quieren que esperen de nosotros ahora? ¿Creen que, si siguen siendo tendencia, van a comprar sus productos? A ambos los están funando por violentos y probablemente se vayan en bancarrota, por lo mismo, me veré obligado a hacer algo que van a detestar pero les ayudará a convivir...Van a trabajar juntos y, si es posible, quedarse en la misma habitación hasta que aprendan a comportarse como personas civilizadas.
Luego de aquellas palabras todos mantuvieron silencio, parecía que Soprole iba a decir algo pero se quedó en silencio. No quería opinar, no sentía ánimos de contradecir a nadie y eso sí que era raro. Se veían todos muy afectados, pero Nestlé era el que mejor lo estaba llevando a pesar de odiar a muerte al pelinegro.
— ...Está bien, señor. Lo que usted diga. — Mencionó el ojiazul, mirando a Don Francisco y luego desviando la mirada hacia el de cabellos azabache. — Es lo mejor que podemos hacer en este momento. — Se notaba que algo no andaba bien, al parecer el rubio tenía un as bajo la manga.
Continuará.
ᐢᐧᐧᐢ﹒ᐩ ¡Heyy! Sería genial si dejaran algunos headcanons acerca de los tres pendejos, el que más me guste lo voy a hacer canon. xP !! Por cierto, ¿quieren que aparezca algún personaje chileno en específico en algún futuro?
ᐢᐧᐧᐢ﹒ᐩ ¡En mi cuenta de IG (@/nwztlee) voy a estar avisando cuando suba algún capítulo extra o algo bonus! Se viene quizás algo especial por el 18 de septiembre, alejado de la historia principal.
...૮꒰⸝⸝> ̫ <⸝⸝꒱ა
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Mi Dulce de Leche (Nestlé x Soprole)
Фанфик¿Qué estás haciendo?... - Murmuró aquel chileno mientras era acorralado por su enemigo. Se miraban directamente a los ojos, diciéndose todo a través de miradas. Sintió una mano en su cadera...la mano de aquel ojiazul de ascendencia Suiza. No te preo...