Amado por los dioses (Quackity bow)

✾ cap 4✾

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El dios de la sangre no da tanto miedo como pensaba
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Cuando conocí a technoblade, fue una semana después de haber llegado a Pogtopia.

La casa al fin parecía algo decente, era amplia y fresca, aunque toda estaba pintada de distintos colores, era como un rompecabezas, la cocina de un color café claro, la sala rosita salmón, el cuarto de un wilbur azul claro y el de fundy verde igualmente claro, y así con todos los cuartos ninguno era similar incluso a mi lindo tubbo le toco un cuarto café con muchos estampados de flores y abejas o eran dibujo que hizo fundy, realmente ya no lo recuerdo bien, a pesar de lo pintoresca que parecía por dentro y fuera, era más acogedora que la casa blanca donde antes el único color extra que podía haber era el rojo de mi sangre o el café claro del whisky que a veces terminaba en el suelo.

Y pensar que yo ayude a construirla, me terraba la idea de volver.

Wilbur llevaba toda la tarde ausente, así que decidí empezar a cocinar para cuando él y los niños regresaran de juguetear en las cuevas, me inquietaba un poco que fueran a explorar, pero con wilbur a su lado seguro estarían a salvo ...

¿Verdad?

"es algo que deben aprender"

Argumento para así hacerme seder y los dejara ir, no negare que fue mucha mi ansiedad, era la primera vez que mi niño salia a explorar sin mi ser ca para protegerlo.

tenía que distraerme ...

Una ensalada de verduras y unas milanesas de pollo serían la cena esa tarde, solo me hacía falta la salsa, pero no contábamos con tomates, así que deje la mesa arreglada por si ellos llegaban antes de que yo obtuviera esos tomatitos y me aventure a las desconocidas calles.

La verdad es que Camine solo un poco, ya que una vecina me regalo unos tomatitos de buen tamaño de su huerto personal, regrese bastante emocionado por volver a probar un poco de salsa, jschlatt me había prohibido hacer cualquier comida picante, que:
"la haces muy picosa, no se puede comer"

según él.

Cuando llegué me encontré con la entrada de la casa llena de tierra y lodo, lo cual no me extraño tanto.

"¿acaso los niños habían regresado ya? Que suerte que deje todo preparado"

Pensé pero, la puerta estaba un poco abierta y no escuchaba ningún ruido.

no eran mis niños ...

Me asusté, pero decidí entrar en silencio, tal vez solo era mi paranoia, pero era mejor checar.

En la entrada tenía una escoba por si necesitaba barrer la entrada por la tierra que se acumulaba o la que dejaran los zapatos de todos.

Con mi escoba agarrada con fuerza entre mis manos, entre a la casa siguiendo el rastro de lodo y tierra.

por la cocina se escuchó un ruido y el rastro de tierra lo precedía, el intruso estaba en el comedor.

me acerque de forma silente.

Cuando abrí la puerta encontré una gran espalda cubierta con una capa roja y felpudo blanco en algunas partes, sentada en la mesa haciendo un desastre con mis milanesas, ni hablar de la ensalada, ya no había rastro de la misma, parecía un animal salvaje.