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Camille Rinaldi.
Desde que tengo memoria he amado en secreto a Francesco, pero había aceptado que no iba a ser mio, hasta que el idiota Pakhan le propuso un matrimonio entre él y mi hermana o si no habría guerra, ahora Francesco no se iba a...
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19/Jul/2024 Rusia, Moscú
Frías, así sentía mis manos mientras apretaba el ramo de peonias rojas, mientras que mi papá me estaba guiando hacia el altar, vi a las chicas sentadas en fila con los caballeros de honor, note a Aurora con Kyon, y a Gen en medio de los Dekker, estos la veían mientras ella me veía encantada, esa vista hizo que negara con una pequeña sonrisa, la belleza de Gen había cautivado a los hermanos, sin saber el problemón mental que tenia esta, amaba a mis primas y hermanas, aunque no lo dijera, pero Gen, Gen tiene problemas serios, por eso nos negamos a dejarla irse a Alemania, Gen necesita supervisión, por eso vivía con Aurora un piso debajo del mío, pero ahora que me mudaba, estaría lejos de ellas, seria igual a Stella, mi brillante y perfecta hermana, quien me regalaba una sonrisa radiante, y el ruso loco de su esposo tenía una mano en su muslo, ese imbécil no se merece lo mejor de las Rinaldi, no congeniaban, mientras Stella se sacrifica por todos, el imbécil sacrificaría a todos, hasta su esposa, con tal de salvarse, por eso el idiota me caía de la pata.
Mientras que Francesco era diferente, si, sacrificaría a todos, pero por él y los que ama, al igual que yo, nadie mas importa que la sangre y la Famiglia, por eso mi corazón solo le pertenecerá a Francesco Salvatore, mi futuro esposo, quien se veía hermoso con su esmoquin todo negro, aunque al ver que su mirada no demostraba nada, hizo que mi sonrisa cayera, recordándome que este era solo un matrimonio de contrato.
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E
staba sentada mirando los anillos, me había cambiado a un vestido corto con corsé y corte recto en el pecho, apretándolos, haciendo que se vieran más voluminosos, pero no podía salir del cuarto ni dejar de ver el anillo.
Lo hice, me casé con él al fin.
Pero porque no se sentía bien, porque estaban cayendo lágrimas de mis ojos y me sentía como una pérdida, la puerta se abrió, haciendo que alzara la mirada, los ojos lilas igual a los míos de Aleska me miraron y se acercó lentamente.
—¿Por qué duele tanto? —Le pregunté mirando de nuevo el anillo, solté un sollozo cuando me abrazó y me habló en griego, como lo hacía mamá cuando pasaba algo malo.
—Γιατί δεν έγινε όπως το ήθελες. (Porque no pasó como lo deseabas) —Me dijo, acariciando mi cabello, llore más fuerte, porque tenía razón, me había casado con Francesco, pero este, se había sentido obligado, no lo hizo porque me quisiera, porque ni por eso, lo hizo solo por poder, por querer ser el Capo, llore un rato más, hasta que me di por vencida, Aleska me ayudo con el maquillaje de nuevo, yo era la roca de mis hermanas, no podían verme destruida, así que con una sonrisa, fui recibida por gritos y aplausos, mi boda fue diferente a la de Stella, en la mía había asistido los de mi pelotón, soldados y familia, todos sabrían que era esposa de Francesco, no como Stella, que todos sabían que estaba casada pero no con quién, Levy estaba lejos de ella para cuando me acerque pero por el reojo ví que estaba viéndola, como ahora la seguía mientras bailaba con Aleska, no lo seguí viendo fijandome en los que estaban a su lado, los hermanos Dekker no quitaban la vista de Gen quien movía las caderas al son de la música enfrente de mi.
