Un hueso duro de roer [KidxKiller]

I

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Los rayos de sol entraron como balas directo a sus ojos, la alarma sonó y el joven rubio solo pudo apagarla de un manotazo, era hora de despertarse y dirigirse a su nueva escuela, pero para Killer eso era solo una tortura.

Ya de por si odiaba el hecho de tener que mudarse de ciudad por culpa del divorcio de sus padres, tuvo que abandonar todo, sus amigos, su vieja escuela, su empleo en el supermercado y un sin fin de cosas mas solo por la rabieta de su padre de no querer ver mas a su ex mujer, si bien Killer aceptaba que su madre no era la mejor persona existente, sentía exagerado el hecho de literalmente irse a kilómetros de ella, ademas, su padre tampoco era un santo, pero bueno, para ellos el no tenia ni voz ni voto, asi que solo se guardaba sus pensamientos para si mismo.

Despues de una larga ducha y pasar al rededor de 20 minutos arreglándose su largo y estruendoso cabello y poniendose su delineador suave, obviamente con un buen tema de Queen de fondo, por que si habia algo bueno que habia heredado de su madre eran sus gustos musicales, se puso su uniforme, tomo sus cosas y salio rápidamente de su casa, su padre fue a trabajar y lo habia dejado solo como siempre, asi que se dio el lujo de no desayunar, claro, vivían en un barrio acomodado y su padre siempre le habia dado todo aunque el no se lo pidiera, buen estudio, regalos, viajes, etc, todo, menos tiempo de calidad.

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Una vez en la entrada del gran edificio suspiro hondo, a penas era el primer dia y ya queria salir huyendo, pero no tenia remedio, se habia saltado clases antes, a pesar de ser muy buen estudiante, y el castigo no habia sido muy bueno, asi que no tenia remedio.

Una vez dentro se centro en llegar rapido a su salon, estaba ansioso y la verdad no le importaba mucho los demas estudiantes, solo queria salir de alli cuanto antes y volver a la tranquilidad de su casa, claro, hasta que una estruendosa risa llamo totalmente su atencion, por alguna razon desconocida o tal vez por instinto, decidio voltear para ver quien era el que vociferaba tan alegremente a esa hora de la mañana, y entonces lo vio... santo dios.

Un chico alto, Killer calculaba que mas alto que el, de tez palida con algunas pecas, ojos color ambar totalmente hipnotizantes y que embobarian hasta a el mas fuerte, una sonrisa encantadora y contagiosa, un cuerpo fornido y musculoso, el propio Killer estaba algo marcado, le gustaba el deporte, pero ese chico estaba sin duda mucho mas grande que el, su uniforme desarreglado, señal de rebeldia, tambien contaba con un pequeño delineado, labial rojo y uñas pintadas de color negro, y lo que mas destacaba, su cabello, en punta, de un color rojo muy llamativo, ademas de unas gafas que llevaba, tal vez para mantener su pelo a raya, iba acompañado de un grupito y otras personas que se le acercaban, se podia deducir que era algo popular, para Killer, ese hombre era el mas atractivo que habia visto. Quedo en silencio admirandolo como una especie de trance, hasta que el susodicho se dio cuenta que lo estaban observando y conecto miradas con el rubio, lo cual es algo divertido ya que Killer suele tapar sus ojos con su fleco, este, dandose cuenta, se puso mas rojo que un tomate y a paso rapido fue directo a su salon de clases.

Entro como rayo y se sento en la primera banca que vio, atras, claramente y se recosto encima muriendo de vergüenza... pero es que, joder, ese chico era simplemente hermoso y cualquiera en su situacion se hubiera quedado igual de bobo viendolo. Los demas alumnos empezaban a llegar y Killer seguia en su posicion, hasta que el molesto profesor entro y tuvo que erguirse obligatoriamente, lo que vio lo dejo helado, en su misma fila, de forma horizontal y en el ultimo puesto al lado de la puerta del salon de clases, estaba ese pelirrojo, no sabia como sentirse al respecto, si bien por que ahora tal vez podria saber mas de el y verlo diario o mal ya que tenia miedo que recordara lo que paso hace a penas unos minutos en el pasillo.