6. La peor noche (Kay Miller)

49 7 0
                                    

Cuando llegué a la Universidad, todos los profesores (incluido el director) se habían comportado de una manera extrañamente amable y pronto supe el porqué, mi padre había sido un gran alumno por aquellas cuatro paredes.

<<Carajo, de nuevo mi pasado>>

Me asignaron en uno de los edificios más grandes del campus era el A, piso número 5, por lo menos no tendría que hacer tanto esfuerzo para subir mis cosas.

Cuando entré a la habitación, me encontré con un chico jugando un videojuego.

Era un tío algo apuesto, llevaba puesta una camiseta color azul con shorts deportivos color negro, gracias a lo que llevaba puesto se podía notar todos sus músculos tanto del abdomen como de la espalda y eso sin mencionar los de sus brazos, tenía el cabello desordenado , ojos color verdes (más claros que los míos)..., en fin un tío común y corriente.

- ¡Ey, qué onda! - dijo animado

- ¿Hola, eres Adam Harrison? - pregunta

-Si, soy yo, supongo que tue eres el nuevo chico que va a estar compartiendo habitación conmigo, ¿o me equivoco? - dijo intrigado, pero sin despegarse del televisor

-Si, soy yo me llamo Kay Miller- dije contento

Nos presentamos y la verdad es que Adam me cayo super bien, era un tío muy alegre y amigable, era la típica persona que apenas conocías y ya te caía bien porque siempre tenía una sonrisa en su rostro; Aquella sonrisa que en cuanto la veías te iluminaba tu día.

Me dio un recorrido por todo el campus y me presento a algunos de sus amigos, aunque no dejaba de mencionarme a una tal Emma, ​​según por lo que me dijo sobre ella es que estaba estudiando lo mismo que yo y que era muy buena jugando voleibol. , me quedé con la intriga de quien podría ser aquella chica que había conquistado el corazón de mi nuevo mejor amigo, porque, aunque él no me lo había dicho, se veía que lo había dejado totalmente hipnotizado.

También mencionó una dicha fiesta de bienvenida que la hacia la Universidad para justo darle la bienvenida a los alumnos de primer año ya los de nuevo ingreso como yo; por supuesto que iba a asistir, primero porque era la primera fiesta del año, segundo tendría la oportunidad de conocer nuevas personas y hacer amigos y tercero para conocer a la dicha Emma.

Me dirigí hacia la oficina del director para preguntarle sobre algunas clases extras que quería tomar; se los juro que solo volteé hacia el lado derecho para admirar los grandes edificios de la Universidad, cuando sentí chocar contra algo, más bien contra alguien.

<<Mierda, no llevaba ni un día completo y ya empezaba a metro la pata>>

Me agache para ayudar a la chica con la que había chocado, porque todos sus libros estaban en el suelo.

-No puede ser lo que me faltaba- dijo molestando

- ¡Mierda, en serio lo siento tanto, déjame ayudarte! - dije arrepentido por lo que acababa de suceder

-No... gracias, puedo sola- dijo cortante

-Okey, como quieras, pero para quede claro tú me chocaste a mí ¿sí? Yo venía de lo más normal cuando te atravesaste en mi camino- dije un poco molesto por el tono en el que me había hablado después de que lo único que quería era ayudarla.

Se levantó de golpe y estaba a punto de decirme algo, pero se detuvo conteniendo el aliento.

Era una chica de estatura baja, mas o menos le sacaba media cabeza; llevaba puesto una playera blanca y shorts deportivos bastante pegados para ser sincero, ojos color miel, cabello con un tono peculiar: un castaño claro en la raíz y mientras más bajabas más claro se regresó; su piel era tan blanca que se le podía notar pequeñas pecas en su rostro.

Me miraba de una forma tan extraña, como si buscara algo en mis iris verdes; nos quedamos así unos segundos hasta que finalmente su celular sonó.

Le ayude a sujetar sus cosas mientras ella revisaba de quien se trataba, en cuanto vio el nombre, se puso pálida.

- ¡Carajó! - dijo echándose su cabello hacia un lado para despejar la cara

- ¿Está todo bien? - dije frunciendo el ceño

- Si..., bueno no, es solo que me tengo que ir- dijo mientras le quitaba mis libros de las manos- Adiooos- me dijo mientras se alejaba de donde estábamos

- De acuerdo, adiós chica que no se su nombre- dije con ironía

- Por cierto, tu me chocaste- me dijo regresando hacia mi

-Por lo menos diez centavos tu nombre- grité, a lo lejos pude escuchar una risa saliendo de ella.

Ese pequeño encuentro que había tenido con aquella chica me había hecho bastante gracia, pero al mismo tiempo un algo raro; no podía sacarme esa mirada de la cabeza, cada vez que la recordaba, sentía una sensación extraña y fuerte en mi pecho, como si quisiera estallar, pero la pregunta era ¿por qué?

La noche llego rápidamente y la emoción de mi primera fiesta aumentaba cada minuto. Me puse una camisa blanca, la cual la desabroché un botón primero por el calor y segundo porque así me había enseñado mi padre a ponérmela, según el me hacía ver guapo y elegante.

<<De nuevo mi pasado>>

Trate de que mis ojos no se humedecieran, pero me fue casi imposible; Sentí como mi mano comenzaba a temblarme-mierda, no de nuevo- camine unos pasos hacia el baño, abrí una puerta donde tenía todas mis pastillas, en un acto de desesperación tire todos los botes con pastillas y cayeron al suelo. No sabía qué hacer, se me dificultaba cada vez más respirar, comencé a sudar frío; ni siquiera podía pedirle ayuda a Adam, ya que, el se había marchado antes que yo a la fiesta. Entonces tomé mi teléfono y comencé a buscar entre mis contactos a mi psicóloga; el último día que la vi antes de venir a California me dijo:

-Cuando tengas un ataque de ansiedad o tengas un día malo, no dudes en llamarme-

Era exactamente lo que iba a hacer.

-¿Qué ocurre Kay?, ¿te encuentras bien?- dijo del otro lado del teléfono

-No, tire mis pastillas para la ansiedad y no se que hacer, sudo frío y tiemblo demasiado- dije con la voz entrecortada

-Okey, ahora, vas a hacer exactamente lo que te diga- dijo

Me enseñé algunos ejercicios para la respiración y en menos de 5 minutos estaba como nuevo.

Después de esto no tenía tantas ganas de ir a la fiesta, pero no debía darme el lujo de no asistir a mi primera fiesta de la escuela, donde seguramente haría muchisimos amigos nuevos.

Pero no resultó como esperaba.

Acababa de derramarle toda mi bebida en su vestido, ni siquiera podía verme a los ojos, no me dio tiempo para ayudarla, solo huyo corriendo desesperada de la fiesta.

Esta noche se quedará como la peor, pero no solo para mi sino para Emma.


Por siempre... amantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora