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Ya era lunes, y Jake estaba nervioso. Tendría que hablar con Heeseung y quizás él pueda confesarse igual.

Podría llegar a su casa hoy y ya tener novio. La idea lo emocionaba con demasía y es que Jake había estado enamorado de Heeseung desde que era un pequeñín. Al principio solo se hizo guapo pero al fijarse más en el castaño se convirtió en una obsesión, no tan mala en realidad, se volvió una obsesión siempre fijarse en él, el ponerse feliz por sus logros, Jake era como un novio que Heeseung no sabía que tenía.

En este momento iba caminando hacia la escuela, no le gustaba que las personas lo vieran en su auto, y mucho menos porque se trataba de un Mercedes.
Llamar la atención no era y nunca será lo suyo, así que prefería ir como cualquier estudiante normal.
Y es que los padres de Jake tenían mucho dinero, pero eran empresarios silenciosos, incluso su padre siendo CEO de una empresa tan grande no es imagen de la marca ya que prefería mantener su privacidad.

Creo que fue algo que aprendió de sus padres, no había necesidad de presumir, y si él no veía necesario usar su auto no lo usaría.
Incluso su casa era tradicional, en un barrio costoso pero no era una gran mansión. Disfrutaba llegar a su casa y que lo primero que vea no sean empleadas de aquí para allá, sino ver a su madre preparar alguna comida con ayuda de su padre, o como ambos lo esperaban entusiastas de todos sus clases para preguntarle cómo le fue.

10 minutos de caminata, y antes de que se diera cuenta ya se encontraba dentro de la escuela.

La entrada estaba desolada.

¿No hay clases? se preguntó en voz baja. Miró su horario nuevamente para asegurarse de que no había cometido un error.

—¡Jake! —Un grito lo sacó de sus pensamientos.

Reconoció la voz, aunque no del todo.

Cómo era que se llamaba esa chica? Enchilada?

—¿Qué sucede? —preguntó cuando ella llegó a su lado, jadeando como si hubiera corrido toda la escuela para encontrarlo.

—Es que... tu amigo... y... Heeseung... —La chica hablaba entrecortada, apenas logrando articular las palabras.

Jake no necesitó más explicaciones. Su corazón se aceleró.

—¿Dónde están?

—En la cancha, pero no la del gimnasio... la del tercer patio.

Sin esperar una palabra más, Jake salió corriendo. Tenía que cruzar todo el edificio para llegar a esa cancha, y sus piernas parecían no querer fallarle, aunque casi tropezó un par de veces.

Cuando llegó, encontró un círculo de estudiantes reunidos.

"Con que aquí estaban todos, chismosos..." pensó mientras empujaba para abrirse paso. Las personas se quejaban, pero no le importaba. Tenía que ver qué estaba pasando.

Cuando finalmente llegó al centro, se quedó sin aliento.

Riki sostenía a Heeseung por el cuello de su camiseta, su rostro lleno de furia.

- Más te vale imbécil que seas claro con mi chico porque no te voy a pasar ningún juego con él, si te gusta andar ilusionando es tu problema, pero con mi chico nadie se mete.

Jake sintió cómo la sangre le hervía. ¿Qué demonios estaba pasando?

—¡Nishimura! —gritó mientras empujaba a Riki, haciendo que soltara a Heeseung, quien cayó al suelo.

Riki se giró hacia él, con el rostro completamente serio.

- Solo le dí una advertencia. No permitiré que te siga viendo la cara de odiota- Riki dice pero está vez solo para que ellos dos escuchen.

DOXEO | ʰᵉᵉʲᵃᵏᵉ AU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora