Capítulo 3

273 17 1
                                    

Nota del Autor:

Quisiera agregar una pequeña nota sobre este fic y sobre mis historias en general: hasta donde me concierne, ser gay no es una cosa del otro mundo en el mundo mágico. No me interesa escribir historias donde Harry/Draco/sus amigos o parientes se opongan a su homosexualidad, y siendo honesta, ya he tenido que enfrentar suficiente mierda homofóbica en mi vida real. Y, viendo que no está cubierto por el canon, me considero libre de imaginar el Potterverse como una utopía de tolerancia, aunque solo sea en lo referente a lo relacionado a la vida sexual de la gente ;)

-Desciende de la tribuna – solo es algo que quería decir desde hace un tiempo. Si no funciona para ustedes, por supuesto que tienen derecho a tener su propia opinión.

*********************************************************

Harry se permite regresar a la casa y se deja caer contra la puerta, absolutamente drenado. Aunque no puede negar que Maura es fácilmente la persona más útil y directa que alguna vez haya conocido en este lugar extraño, tiene siete años y por lo tanto, es extenuante.

Ahora que ella está de regreso con su agradecida madre, Harry tiene, o espera tener, un poco más de tiempo para procesar lo que siente con el diluvio de información. Y, tal vez, cuando esté listo con ello, descubrir cómo convertirse en un habilidoso carpintero a tiempo para cumplir los 'millones de órdenes', que Maura le informó, están esperando por él.

"Porque, tú sabes, no será un problema", murmura Harry sombríamente, restregando su frío rostro.

Mientras inhala, la esencia de algo cálido, sabroso y delicioso llega a sus fosas nasales, el gruñido de su estómago le recuerda que todo lo que ha comido hoy es las sobras del sándwich de jamón y mantequilla de maní del almuerzo de Maura. El cual estaba... interesante, por decir algo. Tal vez Draco ha hecho la cena, reflexiona, despegándose de la puerta y dando un paso esperanzado en el pasillo.

"¿Harry? ¿Eres tú?" le llega con voz fuerte de algún lugar del piso superior.

Presiente peligro, se detiene paralizado. "¿Si?".

"¿Qué hiciste aquí arriba?" la voz más alta en el rango de algo que podría ser furia o histeria, y lo que sea, puso el corazón de Harry en un ritmo errático y asustado.

"Nada", Harry respondió, pensando aceleradamente. Sabía que estaba en algún tipo de problema por el temblor que cruzaba el suelo crujiente, empezó – muy lentamente – a subir las escaleras.

"Las gavetas", insistía Draco en un gemido angustioso. "¿Qué diablos hiciste, Potter?", exige, y cada fibra de Harry le dice que no hay la promesa de un susto divertido en su tono esta vez.

¿Las gavetas? "No, no, no", murmura Harry para sí mismo, agarrándose del pasamanos, evitando la red de la telaraña y dirigiéndose desde las escaleras a la habitación. "¡Lo puse todo en su sitio!"

Incluso cuando sabe que no va a ayudar, Harry aguanta el aliento y empuja la puerta.

"Ahí estás", murmura Draco, pero no levanta la vista de su tarea. Lo cual parece involucrar arrodillarse en frente del gavetero, revolver en su contenido a una alarmante velocidad y murmurar distraídamente. Hay una agitación extraña en él, algo de tensión en su cuerpo, e incluso cuando no puede decir que conoce a este hombre, no en verdad, Harry sabe que algo está mal.

"Si, aquí estoy", ofrece, su mano cerrándose apretadamente en la fría perilla. Mordiendo sus labios. "¿Qué sucede?"

"¿Qué sucede?" repite Draco, y su voz tiembla con algo cercano a una risa aguda. "¿Qué sucede? solo quería cinta adhesiva... eso ese todo... y esto". Se interrumpe, sus dedos agarrados a la orilla de la gaveta del centro, apretando fuerte. "¿Por qué harías esto? Solo... ¿por qué?"

El GiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora