Siente como su lengua húmeda choca con la de ella, juguetona, sólo tocando lo justo. Ella suspira y toma la foto, su corazón va a mil por segundo, no puede creer que el gran Gojo Satoru haya accedido a tal pedido, de hecho la idea fue de él, ella sólo le había pedido una foto regular pero al parecer fue buscando cobre y terminó encontrando oro, piensa Miwa mientras mira embobada la fotografía en su móvil.
- ¿Podemos hacernos otra? - Se arriesga a preguntar, le importa poco que se niegue porque está más que complacida pero la amable Miwa ha aprendido que en esta vida no se puede ser conformista y que las oportunidades que te brinda la misma hay que tomarlas sin pensarlo, porque luego te puedes arrepentir, así que en esta situación son todo ventajas para ella, sí le dice que sí sería doble premio y si no, pues eso que se llevaba. Gojo abre sus piernas hacia ambos lados hasta disminuir medio metro para quedar a la altura de la chica, descansando un brazo en un hombro de la misma y su barbilla en el otro sin hacerle presión. Se levanta ligeramente la venda sobre un ojo y sonríe con picardía mirando la pantalla.
- Podemos follar y grabarlo. Así tendrías un mejor recuerdo, ¿No crees?.- Comenta como si fuese lo más casual de este mundo y posa su brazo libre alrededor de la pequeña cintura de la hechicera, mandándole escalofríos por todo su ser.
"¡Qué oro ni oro! Aquí he encontrado diamanteeeee" - Piensa Miwa con la cara color carmesí, la nariz le empieza a sangrar así que rápidamente saca un pañuelo de un bolsillo y se limpia tratando de actuar lo más natural posible, al igual que el sensei lo hacía. Está tan mojada que siente como si pudiese transpirársele por el pantalón, el aroma de Gojo inunda todos sus sentidos y la embriaga. ¡Diablos! Ahora más que nunca piensa tomar las oportunidades, solo espera no sonar tan desesperada. - Va...vale - Se odia por tartamudear. - ¿Cómo hacemos? No tenemos ninguna habitación cerca de aquí. - Fue lo que se ocurrió decir para sonar más calmada y Satoru continúa mirándola con picardía y un deje de ternura.
- Miwa-chan todavía es muy correcta, no necesitamos una habitación para divertirnos, cualquier sitio nos vale. - le comenta señalándole los árboles y arbustos que rodean las instalaciones. Se relame los labios pensando en lo ingenua que es aún la joven, el fácilmente podría teletransportarlos a un lugar más privado, pero le ponía demasiado la idea de hacerlo al aire libre con ella, una alumna, aunque no de él, pero igualmente, sí Utahime se enterara... "No pasará nada, porque es muy débil hehehe" pensó con malicia. Por su parte Miwa está que suelta humo por los oídos y solo puede asentir con la cabeza. Gojo la agarra de una mano y la guía hacia los árboles.
-No...no estamos muy cerca todavía de los edificios? -Comenta Miwa al ver que Gojo quería deternerse, se moriría de vergüenza sí alguien los pillase juntos haciendo lo que iban a hacer. El hechicero la acorrala contra un árbol, se agacha para inalar el exquisito aroma de la chica, una dulce fragancia a coco que le estaba volviendo loco, amaba los olores dulces y este era expecialmente tentador.
- Mmm Miwa... ¿No te da morbo esa incertidumbre de que te pillen haciendo algo qué sabes que está mal? Pero igual lo haces porque te gusta y no puedes evitarlo. De igual forma no haremos nada que no quieras hacer. - Pasa su enorme mano por el pelo azul cian de la chica y luego le acaricia el mentón. Aunque lleva su venda Miwa sabe que es más que observada, incluso no duda que ahora esté viendo su mismísimo corazón desbocado de la emoción debido a sus palabras. Asiente mirándole con vergüenza, no iba a mentir que la situación aunque le avergonzara le parecía más que excitante.
- Pues pídemelo, pídeme que te folle contra este árbol... Miwa. - El peliblanco pasa el dedo pulgar encima de los suaves y rojos labios de la chica mientras se muerde los suyos propios.
- Fóllame, Gojo-sensei, fóllame sin piedad contra este árbol. - Miwa no duda más, esto es más de lo que puede aguantar, lo necesita ya.
- A la orden. - Sonríe con malicia y la hace girarse para quedar de espaldas a él. - Pero primero quiero comprobar una cosa.- Se agacha para quedar a la altura de las abultadas nalgas de la hechicera y le baja los pantalones junto con las bragas, solo lo justo para que no se le cayesen y se ensuciaran pero sí para tener acceso al jugoso coño de la joven. Sin perder un segundo hunde su rostro entre los cachetes y comienza a lamer los fluidos que le demontraban lo deseosa que estaba la peliazul y que estaba más que lista para recibirle de lleno. Miwa no puede reprimir un gemido al notar la lengua de su mismísimo crush reptar por la parte interior de sus muslos y sus labios vaginales.
-Tsk, joder... estás más mojada de lo que pensaba, muñeca.- Se pone de pie relamiéndose los labios, los cuales le brillaban más que de costumbre debido a la mezcla de fluidos. Siente como su inchada verga golpea contra su pantalón, deseosa de liberarse en busca de undirse en cálido interior de la peliazul. Sin tardar un segundo más ya la tenía fuera entre los muslos de la joven, suspira de forma ronca y sonríe mordiéndose los labios al escuchar como la chica gime, esta vez un poco más alto. -Ssssh...vas a tener que controlar tus gemidos de gatita sí no quieres que nos pillen, toma, y así mantienes tu linda boca ocupada... chupa.- Le pone una mano sobre la boca y le introduce el dedo corazón y en lo que la chica comienza a saborearlo como si estuviese famélica no se lo piensa más y la penetra de lleno. Miwa abre los ojos de par en par por la sorpresa y le muerde el dedo, un hilo de saliva le corre por la comisura de los labios y comienza a jadear sintiendo como el hechicero comienza a moverse en su interior aumentando la velocidad con cada estocada, pero quiere ser una chica obediente y hace su mejor esfuerzo para no gemir estrepitosamente aunque a veces no puede evitar que se le escape alguno ocasionando que Gojo la nalguee, lo cual encuentra contraproducente debido a que podrían escuchar las palmadas pero no tiene fuerzas ni voluntad para pararle, es más, le encanta el ligero escozor que le dejan en su piel, ojalá pusiese ver como las manos de su querido Gojo Satoru quedan marcadas momentáneamente en su blanca y delicada piel. Satoru la sujeta con la mano libre por la cintura y no para de estocarla una y otra vez, ya la tiene en cuatro, con las manos apolladas en el árbol, el culo en pompa y los pies de puntillas debido a la diferencia de altura.
-Joder... que deliciosa estás Miwa... se siente tan caliente y mojado tu coño que mi polla va a tramitar la mudanza. No te la quiero sacar nunca.- Continúa estocando sin piedad a la chica dándose el lujo de saborear cada segundo y perderse en la sensación que le abraza, definitivamente tiene que repetir, no le iba a bastar con una sola vez y siente que está alcanzando su límite. Aunque podría alargar más la faena siente que Miwa también está cerca del suyo y quiere correrse en su boca luego de que ella se corriese. La hechicera por su parte ya tiene los pantalones y las bragas por las rodillas, los ojos en blanco y araña con las uñas la madera del árbol mientras siente como el orgasmo comienza a invadirla con cada golpe de la verga del peliblanco en su interior. Se estremece y tensa mordiendo el dedo ajeno, sintiendo como se corre sin poder evitar reír contra la mano de Satoru por lo bien que se siente. Este echa su cabeza hacia atrás suspirando por lo jodidamente rico que le aprieta la polla con cada contracción y ríe igualmente. -Cada vez me gustas más, pequeña. Date la vuelta y agáchate, que te voy a dar un premio por lo bien que te has portado.- Rápidamente le saca la polla y ayuda a girarse y agacharse a la chica que obedientemente lo empieza a hacer pero con lentitud debido al aturdimiento del orgasmo reciente. Le acerca la polla al rostro y se la menea con rapidez para no perder las ganas, ya está a punto. - Abre la boca y saca la lengua, gatita- Miwa mira fascinada su miembro erecto, blanco con la cabeza rosa y las venas palpitándole a su alrededor, no entendía como había logrado recibir dentro de ella esa gran verga, era tan grande y hermosa que se preguntó que no tenía perfecto ese hombre. Le obedece sin chistar y este sonríe por centésima vez. - Buena chica...mmmm- Le acaricia el cabello agarrándoselo ligeramente sintiendo como se corría y caía todo sobre la lengua y los labios de la joven. Mientras tanto Miwa cierra los ojos notando el caliente semen de Gojo haciendo contacto con sus papilas gustativas..."Dulce" pensó y se relamió los labios mientras trataba de erguirse, sus piernas no le respondían y le temblaban un montón. Gojo la rodea de la cintura, la levanta con si fuese una almohada de plumas, le sube las braguitas y el pantalón y Miwa se sonroja mirándolo entermecida por el gesto. -Gracias Miwa por este rato, deberíamos irnos, tengo cosas que hacer y tú tienes que volver con él viejo, no quiero que te perjudiques por mi culpa.- Sonríe acariciando el labio inferior de la joven viendo que no le se le había escapado ninguna gota de leche..."que golosa".
-¡¡Gracias a usted Gojo-sensei!! Yo fui la que le pidió la fotografía...Oh- Miwa de pronto cae en cuenta.- No hicimos ningún vídeo al final jaja.
-Ups!! Pues habrá que repetir y documentarlo todo :P
FIN...o no...