Hoy esta nublado,
una niebla que no deja ver mas allá que la misma imagen distorsionada.
Me choco contra una pared, tan fuerte que no podía ni recordar que seguía en la misma ciudad.
Tan fuerte que puedo ser consciente por un momento de lo asustada que estoy en esta oscuridad.
Veo una luz, entre todo este desastre veo una luz tan brillante que no puedo evitar sentirme atraída hacia ella, mas que a cualquier otra cosa a mi alrededor.
No puedo evitar correr, correr hacia ese brillo que parece ser el fin del camino.
Cuando consigo alcanzarlo me percato de algo, no era un fin sino un principio, o un principio al fin.
Comenzar de nuevo un camino que creí haber terminado, volviéndome a ver rodeada de una niebla cegadora que no deja ver mas allá de lo visto.
Veo otra luz, esta parece ser mas brillante que de la que salgo, salgo para volver a correr, pero cuando llego no veo mas que oscuridad.
Cada vez mas oscuro, cada vez mas obstáculos, cada vez mas nublado...
Me quedo sin respiración, me ahogo en el camino por un nuevo rayo de esperanza, esperanza ante algo tan siniestro que la prefiero antes de terminar de asfixiarme por estas nubes que se obstruyen en mis canales.
Se mete por mi garganta contaminando mi interior e invadiendo mis conductor nasales llegando a mi cerebro así nublado, cegando mis ojos cegados, separando las grietas de mi corazón roto.
Ayer estuvo nublado,
Ayer seguía nublado pero yo sigo sintiéndome como la primera vez, como si fuese la primera vez que mis pulmones se inundan por la humedad de tu sentir.
Tropecé una y otra vez pero seguí buscando la siguiente luz hasta hoy, deseando que mañana no fuese mas sino menos doloroso.
¿Y el mañana?
Mi corazón me dice que el mañana será mas claro, que encontrarte la luz que sea capaz de iluminar todo lo que me haga ver.
Aunque me da miedo ver, me da miedo que la niebla deje de hacer muro en mi cornea y pueda ver todos los baches con los que caí, una y otra y otra vez.
Ver las heridas que han dejado en mi cuerpo, las cicatrices del ayer y las esperanzas convertidas en simples farolas.
Algo que brillaba tanto y que tengo miedo de que el brillo de la vida acapare lo inexistente.
Dejar de ahogarme.