Bottom - SasuNaruSasu

(3) Problemas

    El castigo sucedió, tal cual lo había predicho Naruto. Sin videojuegos, haciendo tareas domésticas para los vecinos, e incluso sin permiso de salir. Sólo tenía permiso estudiar con Sakura. Eso último no había estado tan mal. Si no fuera por cómo lo recibió la chica.

    — Peleaste con Sasuke-kun? En serio?!

    Bastaba con decir que no le simpatizaba recibir regaño tras regaño, ademas de ser mal momento. Su tarea de estática debía entregarla mañana. Pero...

    — Me alegra ya no sientas pena por la estupideces que estaban diciendo de ti la semana pasada, Sakura-chan.

    El rostro de la chica decayó a una mirada más seria. Fría. Pero no estaba dirigida a él. Oh no.

    — Sakura-chan?
    — No es... que no sienta pena. Es que no quiero perder clases. Además... Ino y Tenten me prometieron que no me dejarían sola con esas perras que empezaron todo esto.

    Sonreía, a pesar de notarse una distintiva amargura cuando pronunciaba esas palabras.

    Naruto realmente no entendía por qué algunas chicas eran tan crueles entre sí por un hombre. Y más si ese hombre era Sasuke!

    — Pero tampoco cambies de tema, Naruto! No puedes simplemente desafiar a quien quieras de esa forma! Especialmente a Sasuke-kun!

    Si, eso era de esperarse, viniendo de Sakura.

    — ...podrías salir herido.
    — Eh? Sakura-chan... en verdad sí te preocupas por mí! —bromeó, un ligero rubor en sus mejillas.

    Sakura suspiró ligeramente frustrada, pero no del tipo "te voy a golpear si sigues diciendo tonterías" sino más bien... como una madre que trataba de hacerle entender algo a su hijo pequeño. Naruto se sintió algo ofendido por aquella idea. Sí, era algo denso, pero no era un niño de cinco años.

    — Naruto, hablo en serio. Sasuke-kun... él es mucho más fuerte que la mayoría. No has escuchado de las peleas en que se metía hasta el año pasado?

    Bueno... eso era razonable. Sí, Naruto había oído de alguna que otra pelea, pero una vez más, pocas críticas oía de Sasuke. Ni siquiera recordaba con quiénes había peleado. Y tampoco le importaba mucho. Pero, lo que le llamaba más la atención...

    — Entonces sabes que Sasuke es un delincuente y aún así te gusta? Qué tal si resulta ser un tipo abusivo, y es por eso que no tiene novia? Te apuesto a que ya accedió a salir con varias chicas, pero ninguna soportaba estar con él y lo dejaban. Es por eso que también siempre está tan amargado! Ni siquiera tiene amigos-

    — Te equivocas! —declaró Sakura, levantándose y golpeando la mesa con ambas manos—. Sasuke-kun sólo está así porque aún no ha encontrado a una mujer que lo comprenda! Los hombres como él solo necesitan que una mujer recoja los pedazos rotos y les enseñe a expresar sus sentimientos sin violencia!

    Sakura parecía segura en sus palabras, y el brillo de determinación en sus ojos era obvio.

    — Y crees que tú eres esa mujer, Sakura-chan?
    — Lo sé! Algún día, cuando me acerque a él, lograré que deje de ser tan frío, y conseguiré su corazón!

    A Naruto no le convencían mucho las palabras de la joven de pelo chicle. En la pocas ocasiones en que Naruto había interactuado con Sasuke, el otro chico parecía bastante sincero en sus palabras y convicciones. Parecía que si se comportaba como un bastardo era porque simplemente era un bastardo y punto. Estaba consciente de todo lo que hacía, no eran simplemente reacciones emocionales.

    Si era así, no hubiera dejado que Naruto le hubiese dado el último golpe. Naruto aún estaría retorciéndose de dolor. O no?

    Sasuke se había molestado, y quizo enseñarle que los Uchiha sí eran tan buenos como todos decían. Quería mantener su importancia, probarse a sí mismo. Pero no necesitaba hospitalizar a Naruto para lograrlo.

    — En fin, concéntrate en las poleas y fuerzas ahora mismo, tonto. Aún te quedan tres problemas!

_____________ | ꩜ | _____________
="^_^"=

    — Es en serio. Tobio aún se arrepiente por lo de aquella vez. Aunque agradece nunca más haberle molestado a Sasuke. Dice que quizás sólo sigue vivo porque se disculpó por eso.

    Kiba rió suavemente, sorbiendo de su lata de Red Bull. Naruto movió la cabeza de un lado a otro. Una ligera sonrisa sobre sus labios.

    Estaba empezando a atardecer. La tienda frente a la que estaban cerraría por el día pronto. Naruto se dejó recostar por la pared, levantando su botella de Fanta, bebiendo lo poco que quedaba.

    — La verdad... no sé que pensar de él. —comentó el muchacho castaño, jugueteando con las llaves de su casa. Akamaru ladró, como si entendiese y estuviese de acuerdo con lo que Kiba acababa de decir. Ese siempre parecía ser el caso con esos dos.

    — Qué dilema hay? Es simplemente un tipo de familia importante. Es como si ese fuese su único mérito! —comentó Naruto, confundido por la duda en las palabras de su amigo.

    — Te equivocas. Él sí tiene mérito. Aunque no sé mucho de su familia, mi hermana siempre me dice que su hermano, Uchiha Itachi, era un genio en todo lo que hacía. Es por eso que...

    Kiba no necesitaba terminar su oración. Ambos quedaron en un silencio incómodo.

    — En fin! No es como si alguno de nosotros tuviera el control de su situación. Deberíamos-
    — Esa tragedia no le da el derecho de tratarnos como lo hace.

    La frialdad en el tono de Naruto era tangible. Kiba se volteó a mirarlo como si hubiese maldicho la tumba de su abuela.

    — Oye! Tú deberías empatizar con él! No-
    — Pero aún así-

    Kiba quedó en silencio.

    — ...aún así... lo entiendo. Porque yo también... estuve solo por mucho tiempo.

    Las cigarras empezaban a cantar. Una de las lámparas frente a la tienda se encendió.

    — Pero no deja de molestarme que sea así! —gritó, arrojando su botella vacía a un basurero cercano. Esta rebotó contra el borde y cayó al suelo, rodando tras un banco, junto a la maceta de ladrillos de un árbol.

    Akamaru persiguió la botella, la sujetó con su mandíbula, y fue a arrojarla directamente dentro del contenedor.

    — Gracias, muchacho. —sonrió Naruto, cuando el perro se le acercó, arrimándose contra sus piernas hasta que Naruto le rascara tras la oreja.

    El otro chico sonrió. Lanzó su lata vacía al mismo contenedor. Acertó.

    Ambos jóvenes se despidieron, yendo a casa por caminos separados. Naruto se recordó a sí mismo que debía alimentar a sus sapos cuando llegaba a casa.

   — Así que decidiste salir de todas formas. —oyó Naruto, ni bien levantó su otra pierna por encima del alfeizar de la ventana.

   Volteó lentamente, con una mueca que dejaba en claro que no esperaba ser atrapado.

   — Ha. Pues ahora será un mes. Mañana empezarán su castigo. Y verás que no será tan bonito.

   Momento. "Empezarán"?