His Name ☠ Death Note [LawLight] ✓Omegaverse

[16] ☠️Paralelismos☠️

🔎Solitude - Soundtrack Death Note.

Los pensamientos son una peligrosa arma de doble filo, son el dulce veneno que aceptamos complacidos, son el punto de partida para conocernos, o al menos para forjar una ilusión de nuestra propia identidad. Somos la historia que nos contamos a nosotros mismos, es el medio que tenemos para hallarle sentido a nuestra existencia.

El problema radica en que los pensamientos y sentimientos, suelen tener una relación antagónica que puede brindarnos júbilo en momentos tempestuosos, o condenar un sueño al fracaso. El problema es que no contemplé entre mis previsiones la masiva destrucción de mis idilios personales, cuya importancia era desconocida para mí hasta estos momentos. Nunca imaginé que este momento sucedería, llevaba mucho tiempo maquinando todo un concepto para justificar mis decisiones, para explicarme a mí mismo la irracionalidad de mis sentimientos. Por lo que era coherente que el objeto de mi desbordante amor, fuese ajeno a la concepción que yo mismo forjé sobre él.

Lo que me hacía ser inmensamente contradictorio, porque lo que me mantenía cautivado de L, era su permanente cualidad de servirme como reflejo y convertir mis sentimientos en una antítesis perfecta, deslizándose entre mis ilusiones hasta desvanecerse por completo. Tal vez fue ese hecho lo que impidió que me sintiera aún más devastado ahora que sabía que no tenía intención alguna de interesarse en mí más allá de las utilidades que yo podría aportarle. Aun así, L aparentemente, guardaba para sí mismo cualquier rastro de conmoción por nuestro encuentro, ocultando la ligera insinuación en sus palabras al proponer una reunión futura para confirmar mi última resolución, porque no era el momento más oportuno para tomar una decisión con tal impacto en el futuro. Eso me hizo pensar que no era yo el único cuyos sentimientos se encontraban a flor de piel bajo nuestro encuentro.

Saber que la vitalidad de su cuerpo era un suceso tangible, palpable, que había podido comprobar la veracidad de su voz hipnótica acariciando mis pensamientos cargados de dudas, causaba toda una revolución en mi interior. Era la oportunidad de volver a comenzar, pero aunque me llenase de alegría y vitalidad tener conocimiento de que se encontraba con vida, con salud, no me era indiferente el cambio abismal en su semblante. El detective que conocí era frío, despiadadamente calculador, rara vez podía distinguirse un atisbo de emoción en su trato flemático y su aroma ligeramente displicente, en su sonrisa irónica, el sonido de su risa distante-cuya veracidad podía ponerse en duda-, su indistinguible sarcasmo que camuflaba con una distante amabilidad. Desde luego, tal descripción no era peyorativa en absoluto, era toda una letanía de las cualidades que me atraían de sobremanera, que me hacían sentir- de una forma casi enfermiza- comprendido.

Yo sentía que lo conocía, lo había visto bajo una presunta depresión en el pasado al sentirse estancado en su investigación. Pero jamás tan desesperanzado como lo vi en esa oficina, con su aroma envolvente reducido a unas cuantas notas amargas que apenas podrían emitir un desolador pesar, sus ojos envueltos en tinieblas, apenas parecían reflejar un cuarto de luna. Eso fue lo que más me trastornó de aquel encuentro, era como si su tristeza se hubiese adherido a mi consciencia hasta invadirme la impotencia.

Al llegar a esta conclusión, lo primero que llegó a mi mente fue el inocente ser que yacía envuelto en sus brazos plasmado en una fotografía. En realidad, fue lo primero que quise preguntar, pero la incesante atención de Near persiguiendo cada palabra que salía de mi boca me contuvo de indagar, pues sospechaba de que ese sujeto pudiese revelar a la organización la existencia del pequeño.

L decidió tenerme cerca, me quedaría en ese lugar al menos hasta haber tomado una decisión. Sin embargo, me advirtió que tenía que elegir pronto para no levantar sospechas acerca de mi paradero. Seguí sus indicaciones, recorriendo el extraño laberinto industrial hasta llegar a una habitación mucho más reconfortante, con iluminación y espacios menos lúgubres, al lado de la cama, había un citófono, por el cual le avisaría que tomé una elección, entonces nos reuniríamos para comunicársela.