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Sonido de alarma.
¡Maldita sea, odio este sonido! Qué más da, tendré que levantarme… Primer día de universidad.
Annie se levantó con rapidez, apagó el despertador y comenzó a prepararse. El primer día en la universidad, un día que había esperado con algo de ansiedad. Después de un desayuno rápido, salió de su casa, se colocó los auriculares y comenzó su marcha hacia la universidad. La música resonaba en sus oídos, un refugio en el que se sumía para alejarse de todo lo que la rodeaba. Las calles de la ciudad estaban llenas de gente, pero ella caminaba como si estuviera en su propio mundo.
Me llamo Annie Leonhart. Vine a vivir a esta ciudad hace cuatro años. Terminé la secundaria hace tal vez dos. Mandé mi solicitud a la Universidad Libertad hace un año, pero debido a ese conflicto entre países, tuve que esperar un poco más. Ahora estoy aquí, camino hacia mi futuro. ¿Es esto lo que quiero? No lo sé, pero es un comienzo.
Annie levantó la mirada y vio a dos personas caminando delante de ella. Probablemente serían sus nuevos compañeros. Algo extraño se despertó en su interior al verlos.
Compañeros…
La palabra resonó en su mente. Nunca había sido buena haciendo amigos. De hecho, prefería no hacerlos. No le importaba demasiado la gente; siempre había tenido una vida solitaria. Pero, a veces, se preguntaba si las relaciones sociales eran algo necesario. Sin embargo, ella no quería llamar la atención. Siempre había sido así, reservada, a veces incluso distante.
Cuando se mudó a esta ciudad, se sentía como una extraña, como si no perteneciera a ese lugar. Pero esos dos chicos que conoció en la secundaria, tal vez se les podía llamar amigos, lograron adaptarse rápido. Ella… no tanto. Quizás fue su falta de empatía o su preferencia por la soledad. Con el tiempo, dejó de preocuparse. Su vida, aunque simple, era suficiente: una casa modesta, un trabajo de medio tiempo que le daba algo de dinero,y siempre vivía con el recuerdo de su padre.
Mi padre…
Una ola de melancolía la invadió. No sabía cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo vio. Lo extrañaba, aunque no sabía si él también la extrañaba a ella.
De repente, alguien la empujó, y estuvo a punto de caer al suelo.
¿Qué…? —murmuró confundida. ¿Me caí? Se dio cuenta de que estaba perdida en sus pensamientos y no había notado nada alrededor.
¿Estás bien? —preguntó una voz, un chico. Annie levantó la vista, sorprendida.
Un joven algo más alto que ella la miraba con una expresión tranquila. Tenía el cabello castaño, lo llevaba amarrado hacia atrás, y unos ojos de un verde esmeralda que, de alguna manera, la desconcertaron. Sin que ella pudiera reaccionar, el chico, con un gesto calmado, acercó su mano y le quitó uno de los auriculares.
¿Por aquí te comunicas? —dijo mientras se colocaba el auricular en su propia oreja. — ¿Qué es esto? ¿Es algún tipo de código cifrado?
¿Qué estás haciendo? —exclamó Annie, reaccionando al instante. — ¡¿Quién diablos eres?!
El chico no se inmutó ante su reacción.
Eren Yeager —respondió con la misma serenidad, como si nada fuera extraño.
¿Qué? —dijo Annie, un poco aturdida. Aún no comprendía bien lo que ocurría.
—Ese es mi nombre… ¿Y el tuyo?.
Annie... Annie Leonhart —respondió de manera algo desconcertada, sin saber qué pensar de todo aquello. Se sentía extraña, fuera de lugar. ¿Por qué este chico parecía tan… raro? Como si fuera ajeno a todo lo que conocía.
Eren observó el auricular, como si fuera un objeto completamente desconocido para él.
¿Esto es tuyo? —preguntó mientras lo sostenía entre sus dedos. — ¿Y qué hace?
Annie lo miró, ahora completamente confundida.
¿Nunca has usado uno de estos? —dijo, sorprendida por su ignorancia. — Es un auricular, para escuchar música. ¿Sabes qué es la música?
¿Música? —preguntó Eren, frunciendo el ceño, visiblemente confundido. — ¿Qué es eso?
Annie no podía creerlo.
¡¿Tampoco sabes qué es la música?! —exclamó. — ¿Qué tipo de persona eres?
Eren la miró, sin mostrar ni una pizca de incomodidad.
Después hablamos. Tengo que llegar antes de que sea tarde. —Dicho esto, giró sobre sus talones y comenzó a alejarse.
Annie se quedó allí, inmóvil, mirando cómo se iba sin dar explicaciones, sintiendo un ligero nudo en el estómago. ¿Qué le pasa a este tipo? pensó mientras trataba de asimilar lo que había ocurrido. No solo había sido una interacción extraña, sino que algo en Eren la dejaba con una sensación de inquietud, como si su vida estuviera siendo trastocada de alguna forma inexplicable.
Resignada, sacudió la cabeza y comenzó a caminar nuevamente hacia la universidad. No podía perder más tiempo. La universidad era lo único que importaba ahora, al menos era lo que creía. Tengo que llegar a clase, que no se me haga tarde.
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TU CAMBIAS MI MUNDO
Lãng mạnEs otro fanfic de este ship,la verdad mi favorito,le agradezco a todos los que la van a leer.Si les gusta pues pongan su voto,y si no,pueden dejar de leer y ya.Sinceramente por mi parte,espero que les guste. Los personajes no son míos le pertenecen...