Capítulo 1

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Capítulo 1

El día estaba nublado y los cazadores estaban buscando presas a las cuales extraerle la sangre mientras que las princesas veían desde las alturas las maniobras que hacían aquellos hombres. No podían evitar reír cuando un animal se escapaba, y de cierto modo sentían alivio por no tener que ver una muerte más, pero aquello era ilógico, pues necesitaban de la sangre de aquellos animales para sobrevivir.

—Hermanita ¿No crees que existe otra manera de sobrevivir? —Preguntó Jennie, la princesa menor.

—Supongo que sí, pero nadie ha querido descubrirlo.

—¿Iremos esta noche al monte sagrado?

—No lo digas tan fuerte —dijo su hermana mirando a su alrededor. —Sabes que, si alguien se entera, nos dejaran encerradas.

—Lo sé, pero estoy emocionada. —Dijo sin poder ocultar la sonrisa en su rostro.

—¿Y si todo es mentira? —Se cuestionó Tiffany, su hermana mayor. —Es solo un libro.

—Un libro que estaba enterrado —corrigió Jennie. —Si estaba enterrado es por algo ¿No te parece?

—Quizás tengas razón

—La tengo, Tiffany, esta noche hay luna llena y en el libro dice que un portal hacia otra dimensión se abre en el monte sagrado. —dijo casi en un susurro.

—¿Y qué haremos si realmente existe aquel portal?

—A ambas nos gusta lo desconocido.

—Puede ser mortal

—Algún día tendremos que morir —dijo Jennie encogiéndose de hombros.

Ambas hermanas eran amantes de la aventura y sobre todo de lo desconocido. Eran las princesas de los vampiros, pero ni siquiera su puesto de realeza les limitaba a hacer lo que quisieran, aunque claro, a escondidas de sus padres.

Hace seis meses, en una excavación clandestina encontraron un libro muy extraño, no dudaron en leerlo, aunque no daba mayor información, pues solo tenía unas cuentas hojas mencionando el monte sagrado y el portal hacia otra dimensión que se abría las noches de luna llena.

Guardaron aquel secreto celosamente y hasta hoy se armaron de valor para comprobar si lo que decía ahí era verdad.

La noche llegó y como era costumbre en ellas fueron a dar un paseo, nadie las detuvo, pues tenían una hora límite para regresar, lo que nadie sabía era que ellas no regresarían, al menos no esa noche.

El camino hacia el monte sangrado era largo, por lo que no podían caminar como era de costumbre, tenían que correr a toda velocidad si querían alcanzar a llegar antes de que la luna llena desapareciera y todos sus planes se destruyeran. Amaban la habilidad de velocidad que poseían, no todos los vampiros adquirían aquello, y eso las hacia afortunadas.

Una vez a los pies del monte sagrado, sintieron como un frío recorrió sus cuerpos, Jennie esta vez se acobardó y quiso regresar, pero Tiffany tomó su mano y la incitó a seguir.

—¿Dónde quedó tu espíritu de aventura?

—No lo he perdido, vamos. —dijo Jennie armándose de valor.

Caminaron por aquel monte hasta llegar a un árbol luminoso, era primera vez que veían algo así, y lejos de sentir miedo, se sintieron atraídas. Caminaron hasta donde estaba aquel hermoso árbol sin emitir ninguna palabra, sus mentes no eran conscientes de lo que estaban haciendo, cuando por fin reaccionaron, ya era demasiado tarde. Ambas hermanas habían tocado aquel árbol luminoso y ahora se encontraban en un lugar desconocido, pero lo peor no era aquello, sino que no estaban juntas.

ATRAPADAS EN LA PENUMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora