Prólogo

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Luego de que Blitzø, la o es muda, haya hecho de soplón con Chaz y que los I.M.P se fueran, Crimson miraba al tiburón que trataba de sacarse aquel miembro de la boca. Cuando lo logró, volteó a ver al más bajo con cara de temor, escuchó un disparo y vió su sombrero con un agujero en medio, lo habían tratado de matar.

Traiganme su cabeza! ¡No me importa si no está pegada al cuerpo!- Gritó con toda la furia a sus matones- ¡Lo quiero muerto al hijo de puta ese!

Los otros tiburones pegaban disparos a lo loco, tratando de darle al mentiroso. Chaz corría lo más que podía. Uno de los otros le había pegado en el hombro y la pierna, estaba herido.

De pronto, vió un cuerpo y se le ocurrió una idea. Detrás de una pared se sacó su ropa, menos la interior y se la puso al cadáver. Dejó al muerto ahí y se fue hacia un lago que se encontraba cerca.

-Lo encontré, llevemoselo al jefe- Escuchó hablar a uno antes de salir nadando de ahí.

¿A dónde iría? Todo el mundo lo odiaba y les daba la razón, no podía quedarse a vivir en el agua, aunque sea un tiburón no podía respirar bajo el agua.

Pequeñas lágrimas se juntaban con el resto del agua y por estar metido en sus pensamientos se chocó contra un muro, había llegado a tierra firme.

Salió del agua y vió que se encontraba en lo que parecía ser, vías de tren abandonadas. Sentía frío ya que estaba solo con calzoncillos. Se sentó en posición fetal en una pared y miró a su al rededor, parecía como si alguien estuviese viviendo ahí...

Sintió sus ojos mojarse y pasó su mano por encima, estaba llorando, se sentía mal, odiado. Trataba de no levantar mucho la voz con sus hipidos.

De la nada sintió como le agarraban por el cuello y su aire se iba, se trataba del dueño de esa "casa". Vió un brazo de una tonalidad rosa y escuchó:

-¿¡Quién eres!? ¿¡Para quién trabajas!? - Gritó lo que parecía ser un hombre.

- Venía nadando, me encontré este lugar de casualidad- Explicó con su voz ya rasposa- No trabajo para nadie, lo juro, vengo solo- Agregó con la mirada borrosa.

El hombre lo soltó y al fin pudo respirar, se sentía débil.

Se volteó a ver al hombre quien anteriormente lo había estrangulado y ahí lo vió. Era un demonio no muy alto, poseía un pequeño bigote fino, tenía pinta de vaquero.

- No me hagas daño, por favor- Suplicaba, se sentía patético.

- No serviría nada hacerte daño, no gano nada con eso - Dijo mirándolo con desprecio. Se percató de que había sangre cerca del extraño.

- Está bien, yo me voy si quieres- Dijo levantándose y sintiendo un pinchón en su pierna, ahí se acordó de lo sucedido anteriormente.

- Estás herido- Por alguna extraña razón, sintió pena por el tiburón.

- Estoy bien, no te preocupes - Mentía, le dolía como la mierda.

- No seas idiota, te vas a terminar muriendo desangrado - Retó.

Chaz no sabía que decir o hacer, su cuerpo se debilitaba obligándolo a sentarse de nuevo. El vaquero aprovechó a examinarlo, vió una herida de bala en su hombro y pierna y se marchó a buscar vendas.

El verdoso pensó que lo iba a dejar ahí, por lo menos no la mataría, pero iba a morir a causa de sus heridas. Se sorprendió al ver al demonio volver con algunas vendas.

- No te voy a mentir, va a doler - Dijo arrodillándose a la altura del tiburón.

Chaz solo tragó en seco y vió como un cuchillo se acercaba a su pierna. Él era llorón, no iba a mentir, así que lo más probable es que termine lloriqueando un poco.

¿Amor a primera vista? ~Straz~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora