Bueno, antes de contarles esta historia, me gustaría contarles en lo que me inspiré...
Bueno... yo me considero un chico común y corriente de secundaria, tengo amigos y gente que no me cae, era el tipo de chico que veía las series de Disney y que le encantaban las canciones y películas románticas. Pero tengo un gran defecto: Me enamoro perdidamente de alguien en poco tiempo.
Todo comenzó cuando me enamoré de alguien, pero esta vez de una forma más rara, ¡Ni siquiera la conocía en persona!
Parecía un día normal en BBM, hasta que mi mejor amiga difunde a una amiga suya, y yo (como siempre) veo su foto (hay que ser realistas, antes de agregar a alguien, siempre se mira la foto) y pensé: "Pero que chica tan linda", y sin pensarlo 2 veces la agregué.
Al poco tiempo, comenzamos a hablar cada vez más, y como siempre, me enamoré. Pero eso no duró más que unas pocas semanas, ya que ella se cansó se seguir con eso a la distancia (yo en Lima y ella en Ica).
Mi vida volvió a ser aburrida y solitaria, aunque no faltaban unas cuantas canciones y películas que me alegraran.
Después de aproximadamente 3 meses, volví a hablar con ella (todo volvió a ser color de rosa) no podía dejar de sonreir ni por un segundo. Pero duró poco, ya que ella se volvió a cansar y todo se fue a la M (por 2da vez).
Durante en siguiente mes y medio, mi única idea de amor era que era una tontería. Lo único que pensaba era:
"¿Cómo puede haber algo que te cause tanto dolor como felicidad?, aunque lo primero sea más probable."
Lo peor de haber tenido tanta felicidad, es que cuando esa felicidad se acaba... caes muy duro contra el suelo.
Todo iba muy mal, hasta que mi mejor amiga me diera una noticia que cambiaría mi ánimo de un momento a otro: "Ella" se mudaría a Lima en unas semanas. Al oir eso, yo estaba muy emocionado, solo quería llegar a mi casa para volver a hablarle.
Desde ese día, lo primero que hacía al tener mi celular era hablar con ella por WhatsApp. Aunque los primeros días casi tiro la toalla porque ella se portaba como la chica más cortante del mundo, pero poco a poco fue haciéndome más caso.
Al poco tiempo, era como si estuviéramos (pero no oficialmente). Un día saliendo del cole, la vi; era más bonita de lo que me imaginaba, no pude evitar cruzar la pista para darle un abrazo y un beso (en el cachete, porque no quería ser irrespetuoso cerca de su hermano) por desgracia, me tenía que ir, pero no sin antes decirle: "Me encantas demasiado", ella, instantáneamente se puso roja (me pareció lo más tierno del mundo). No fue como esperaba que fuera la primera vez que la vea, pero no podía estar más feliz por eso.
Por fin llegó el viernes (el día que habíamos quedado para salir juntos). En la salida, salí 5 minutos antes de clase para poder ir corriendo a mi casa para poder cambiarme. Al salir, la vi; y estaba todavía más hermosa que la última vez. Al principio, todo estaba muy callado, pero después los dos comenzamos a hablar muy fluido.
Fuimos al par que Media Luna y nos sentamos en una banca para "conversar" (ahora se le dice así). Se podría decir que ambienté el lugar, ya que puse música (Thinking out Loud, la cual era nuestra canión) al mismo tiempo que canté (no me considero el mejor cantante, pero me defiendo) después, la tomé de la mano y la miré fijamente a los ojos; ¡Era el momento perfecto! (incluso estábamos en pleno atardecer), así que le intenté dar un beso, pero ella lo esquivó y me dijo: "No crees que es muy rápido", a lo que yo respondí: "La verdad, tal vez si, pero he esperado como 8 meses para este momento, y no quiero desaprovecharlo; ¿dime si no hay una mejor prueba para que sepas que me gustas en serio que esperarte 8 meses?", luego le intenté dar otro beso, pero esta vez, ella si lo siguió (por varios segundos, de hecho, fueron unos de los mejores segundos de mi vida); desde ese momento, me volví adicto a sus labios. El solo verla un segundo, hacía que esté feliz toda la semana. No dejé de besarla por la siguiente hora y media (claro, parando e rato en rato para hablar). Luego de eso, nos paramos y nos seguimos besando (hasta casi nos caemos) y comenzamos a caminar por las calles de San Miguel (pero sin desaprovechar cada esquina para besarnos). Finalmente, llegamos a su casa, me dio el beso de despedida, y me fui. En el camino a mi casa, comencé a correr, nunca me había sentido así (era un sentimiento indescriptible).
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¿Cómo me quito la máscara?
RomanceSebastián es un chico común y corriente de secundaria; pero como todo adolescente, tiene problemas (algunos más grandes que otros).