Todo comenzó después que Aether y Lyney resolvieran juntos el caso de la Comadreja Fantasma.
La periodista y reportera del Pájaro al Vapor, Charlotte, seguía sin obtener las palabras de solo uno de los implicados, el viajero.
Son bastante escurridizos, algún secreto de la misión tenían que tener para no haberle dado una entrevista aún. Pero a Charlotte no se le escapa nada, ni siquiera cuando uno de sus amigos trata de esquivarla.
Intentó preguntarle a Katheryne la rutina del viajero, pero por órdenes del gremio, no iban a revelar las rutas y misiones que estuviera haciendo. Solo para mantener la seguridad de sus integrantes. Charlotte no tenía mucho tiempo libre como para quedarse esperando mucho tiempo con esperanza de que viniera al Gremio.
Y si él está evitándola, no cree que acepte una entrevista repentina para esclarecer como se hicieron cargo del caso.
Por lo que recurrió a una estrategia bastante frecuente, seguir a su entrevistado hasta descubrir lo que oculta o encontrar el momento perfecto para bombardearlo de preguntas.
Así Aether no tendría otra opción.
Un día como cualquier otro en Fontaine, el rubio dió pasos con Paimon a la recepción del Gremio. Durante un rato estuvo hablando con Katheryne, probablemente para ver los encargos diarios.
Luego de estar ayudando gente por la ciudad, el chico salió en el transporte. ¿Eso iba a detenerla?, no, se sabía sus propias rutas al ser un vehículo bastante lento para llevar gente de una parte de la ciudad a otra.
Tenía que estar preparada para estos momentos, incluso sus propios pies han corrido lo suficiente hasta estar acostumbrada, no siendo alguien que se considere deportista o atleta.
No acusó el cansancio, la entrevista valdría el sacrificio y todo el sudor que tenía en la frente, con Daguerrotipo en mano.
Alcanzó a divisar a Aether junto a Paimon hablando con una de las melusinas uniformadas en la fuente, luego de haber ayudado a una mujer a recuperar a su perro perdido en la naturaleza unos segundos antes.
Ese era el último encargo quien hizo el rubio, eso significaba que debía volver a recoger las recompensas, solo pensarlo le causaba un dolor de cabeza si debe volver rápido para no perderlo de vista.
Su plan quizás tenía demasiadas fugas, ya estaba el sol en su punto más alto y no estaba consiguiendo ningún resultado.
Si volvía con las manos vacías, el regaño de su editor va a ser imparable.
Ellos se pusieron de acuerdo, partiendo de la ópera hacia el campo; Charlotte fue sigilosamente siguiéndoles el rastro, pasando por varias partes donde el nivel de agua se elevaba más de lo natural.
Mojarse los calcetines y la falda no la detendría, puesto que Fontaine se encuentra casualmente en unos meses bastante calurosos y la temperatura es muy alta.
– ¡Recuerda tomar fotos de los Mecabots en el agua! –.
– Y también me dijeron que tomara hoy de restos marinos, por suerte estamos encima de Elynas. Si tomo una imagen de la entrada del fósil van a pagarnos muy bien –. Aether sacó un Daguerrotipo azul y dorado que ya cargaba hace unos días.
Aún seguían trabajando como aventureros, este podía ser un momento donde nadie los moleste y pueda acorralar a Aether para que responda sus dudas.
– Viajero, ¿qué harás? –.
Paimon se quedó en la orilla, mientras su compañero dió una carrera con un salto para meterse de lleno al mar.
– ¡¿EH?!, ¡cómo se supone que voy a seguirlo si está en el agua! -. Charlotte estaba tan confundida, preocupada y sin otras opciones.
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Ola de Calor "Viajera"
HumorAether disfruta del agua de Fontaine, explorar partes que antes eran imposibles para él le hacen pasar horas metido sin parar de encontrar nuevos descubrimientos en su aventura por Teyvat. Él no sabe lo que causará con una pequeña cadena de sucesos...