AMOR PURO

VIII

En un intento de sacarse al hombre de encima, tomó la navaja que atravesaba y desgarraba la piel entre sus dedos. Sam, al darse cuenta de lo que quería hacer, empezó a empujar el cuchillo hacia la garganta de Aiden. Durante el forcejeo, Aiden recordó que tenía una navaja en el bolsillo como pudo la sacó, empuñó la navaja y la clavó sin piedad en el costado de la garganta del hombre.

— Ai... Aiden... yo... no... queri... — Su boca se llenó de sangre.

El hombre cayó al suelo soltando quejidos y arcadas al ahogarse con su propia sangre, Aiden se pegó contra la pared. Pegando sus manos contra está, su respiración era agitada y sus ojos ardían por las lágrimas retenidas, el dolor de todo su cuerpo lo estaba matando, respiro e intentó calmarse.

Un ruido lo hizo saltar en su lugar, cuando volteo se encontró con quien menos esperaba, Laswell estaba parada en el medio del pasillo apuntándole con una pistola. No esperaba encontrarse con ella, las dos navajas estaban en el suelo, una en la garganta y la otra en la mano de Sam... sus manos temblaban y su cabeza no paraba de enseñarle los diferentes escenarios que sucederán si se movía.

— Laswell... — susurro entre dientes sin saber qué decir o qué hacer.

Los ojos de la mujer se dirigieron a la esquina en donde doblaba el pasillo... alguien más estaba ahí *Ghost* la imagen del hombre le llegó a la mente, pero también se imaginó como este le disparaba. Intentó hablar, pero no salió nada de su boca, el ambiente era tenso y tanto Laswell como Ghost estaban esperando un movimiento.

—

Ghost y Laswell caminaban por un largo pasillo con cautela, Laswell cargaba el maletín con la información y un arma de fuego cargada hasta los dientes, mientras que Ghost cargaba con su almacenar de navajas, bueno, le quedaban unas cuantas. Un fuerte ruido los puso alerta a ambos.

— Será mejor enfrentarlo de frente, no es bueno que nos sigan— Dijo Laswell dándose la vuelta y caminando hasta el final del pasillo por donde ya había pasado antes.

Cuando se detuvo en el medio del pasillo pudo ver a aquel chico con pantalones militares y sudadera de civil clavar unas de las navajas de Ghost en el cuello de aquel hombre. Ghost miró la escena por la esquina sin asomarse por completo, lo reconoció al instante, su aspecto era lamentable, se veía asustado... mucho más que esa vez en el río, volvió a ocultarse cargando el arma imaginando los escenarios que podrían suceder a continuación. Laswell lo observó sin saber qué hacer, él se veía mal y sin contar que mató a uno de los suyos, estaba con ellos o muerto y Ghost siendo sincero lo prefería con ellos.

— Aiden... estas con... el Coronel — preguntó acercándose a él tratando de no hacer movimientos bruscos.

— Ah... yo... — se le rompió la voz, Aiden bajó la cabeza y se tapó la boca con la mano que tenía el corte, Ghost tuvo el impulso de ir a reconfortarlo, pero al final no lo hizo, tenía autocontrol y él podía ser una amenaza.

— No creo que... me quiera con vida... así que no — intento de que no se le volviera a quebrar la voz.

Laswell bajó el arma y dejó el maletín en la esquina que estaba Ghost para acercarse al chico, cuando estuvo al frente de este lo observó con más detalle notando que la mayoría de las heridas eran recientes.

— Quien te hizo esto...

— Eso no tiene importancia... ¿Por qué está sucediendo esto?

— Tu Coronel quiere la información para destruir el gobierno — habló Ghost acercándose a donde estaban ellos cargando el maletín — lo que no entiendo es porque te atacaron a ti.

— supongo que fue porque fui contigo a la torre, me preguntaron si sabía sobre la información.

— ¿Les dijiste algo?

— Sí... — Ghost se tensó y apretó el agarre del maletín — les dije que tuvimos sexo.

— ¿Qué ustedes qué? — Ghost soltó un suspiro pesado.

— ¿Pensaron que me golpearon por lindo? Esos desgraciados no tienen moderación.

— Espera... lo del sexo fue real.

Ninguno de los dos hablaron al respecto, su experiencia sexual se iba a quedar entre ellos, más o menos, Laswell al ver que ninguno quería hablar al respecto supo que era cierto y le sorprendía viniendo de Ghost, él en todo su tiempo de trabajo nunca había involucrado lo sentimental y el placer.

— ¿Por qué todavía no se han ido?

— Las camionetas blindadas no tienen las llaves y los autos tampoco — Ghost dio una breve explicación.

— Sí, las llaves suelen estar en vigilancia, si quieren salir con vida deberíamos ir a buscarlas.