Amor de araña 🕷️/ NovaKukis

Único capitulo

Emikukis, una princesa araña del infierno, y JustNova, un sirviente que odia a Emikukis.

Emikukis era la hija del rey de las arañas, un tirano cruel que gobernaba el infierno con mano de hierro. Ella era hermosa, inteligente y poderosa, pero también caprichosa, arrogante y malvada. Le gustaba jugar con los humanos que caían en su reino, torturándolos y devorándolos sin piedad.

JustNova era uno de esos humanos, un joven valiente y noble que había sido capturado por las arañas mientras exploraba una cueva. Él odiaba a Emikukis y a su padre, y juró escapar algún día y vengarse de ellos. Pero por ahora, estaba atrapado como su sirviente personal, obligado a cumplir sus órdenes y soportar sus burlas.

Un día, Emikukis le dijo a JustNova que lo acompañara a su habitación, donde tenía una sorpresa para él.

- ¿Qué quieres de mí, princesa? -preguntó JustNova con desdén.

- Quiero que seas mi esposo -respondió Emikukis con una sonrisa maliciosa.

- ¿Qué? ¿Estás loca? ¡Nunca me casaré contigo! ¡Te odio!

- Oh, no te preocupes. No es un matrimonio de amor, sino de conveniencia. Necesito un heredero para el trono, y tú eres el único humano que queda vivo en el infierno. Además, me divierte tu resistencia. Será divertido romperte poco a poco.

- ¡Nunca me romperás! ¡Prefiero morir que ser tu marido!

- No seas tan dramático. No te haré daño... mucho. Solo quiero que me des un hijo. Después de eso, puedes hacer lo que quieras.

- ¿Y qué me impide matarte ahora mismo? -dijo JustNova, aprovechando un descuido de Emikukis para tomar un cuchillo que había sobre la mesa.

- Adelante, inténtalo -dijo Emikukis, sin inmutarse-. Sabes que soy más fuerte que tú. Y si me matas, mi padre te hará sufrir mil veces más.

JustNova se lanzó sobre Emikukis con el cuchillo en la mano, pero ella lo esquivó con facilidad y lo atrapó con sus patas de araña. Lo acercó a su rostro y le susurró al oído:

- Eres muy valiente, JustNova. Me gustan los hombres como tú. Tal vez debería darte una oportunidad. Tal vez podríamos ser felices juntos.

- ¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Eres un monstruo!

- No soy un monstruo, JustNova. Soy una princesa. Y tú eres mi príncipe.

Emikukis besó a JustNova en los labios, mientras él se retorcía y trataba de liberarse. Pero poco a poco, su lucha se fue debilitando, y sus labios se fueron abriendo. Emikukis sintió algo que nunca había sentido antes: una chispa de amor en su corazón.

Después de ese primer beso, Emikukis y JustNova empezaron a sentir algo el uno por el otro. Emikukis se dio cuenta de que JustNova no era solo un juguete, sino un ser humano con sentimientos y sueños. JustNova se dio cuenta de que Emikukis no era solo una tirana, sino una princesa con un corazón solitario y herido. Ambos se dieron cuenta de que tenían más cosas en común de lo que pensaban.

Empezaron a verse a escondidas, aprovechando los momentos en que el rey de las arañas estaba ocupado o distraído. Se contaron sus historias, sus miedos, sus esperanzas. Se hicieron confianza, se hicieron amigos, se hicieron amantes.

Pero su amor era un amor prohibido, y pronto se enteraron de que no podían seguir ocultándolo. El rey de las arañas descubrió su relación y se enfureció. Ordenó que JustNova fuera ejecutado y que Emikukis fuera encerrada en una torre.

Emikukis no podía permitir que eso pasara. Usó sus poderes para liberarse y para liberar a JustNova. Juntos, se enfrentaron al rey de las arañas y a su ejército. Lucharon con valentía y con amor, pero eran demasiados para ellos.

Cuando todo parecía perdido, Emikukis tuvo una idea. Usó su magia para abrir un portal a otro mundo, un mundo donde podrían ser felices juntos. Tomó la mano de JustNova y le dijo:

- Vamos, JustNova. Vamos a escapar de este infierno. Vamos a vivir nuestro amor.

- Te seguiré donde sea, Emikukis. Te amo.

- Yo también te amo.

Y así, Emikukis y JustNova cruzaron el portal y desaparecieron del infierno. Nadie supo qué fue de ellos, pero se dice que encontraron un lugar donde reinaba la paz y la armonía. Un lugar donde podían ser ellos mismos, sin miedo ni odio. Un lugar donde podían ser felices para siempre.

Fin