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Una noche serena y cálida, Cruz, un joven originario de Yucatán que siempre escapaba del cuartel militar para pasear por la orilla del mar y contemplarlo en todo su esplendor, se había topado con una mujer muy extraña de piel azulada.

En algún tiempo su mamá de origen Maya, le había contado muchas historias de seres y dioses que habitaban en las profundidades del  mar con el único propósito de escapar de las maldades de los humanos.

Apesar de sus costumbres y culturas, no creía en esas leyendas que le contaba su ya difunta mamá. Creía que todo era una locura inventada, dejandose guiar por la actual religión moderna que fue influenciada por los españoles.

Sin embargo todo eso se fue al caño cuando sus ojos fueron testigos al contemplar a aquella hermosa mujer de origen Maya, con una piel azulada casi como el agua cristalina del inmenso mar.

Aquella noche se había tornado bastante rara, o tal vez creía que había perdido la cabeza a causa de tanta guerra con la delincuencia en el país. Pues ser soldado no era fácil, mucho menos a la hora de los entrenamientos que le indicaban sus altos mandos.

Aquella mujer se acercó lentamente hacia el para poder observarlo mejor.

Una de sus delicadas manos se había posado en la mejilla morena del soldado mientras repetía unas palabras que perfectamente podía entenderlas gracias a su mamá.

"¿Quién eres? " Habló el joven militar de apenas 23 años. Su voz era segura y fuerte, y sin una pizca de miedo u intimidación.

La joven guerrera volteó a verlo y respondió con una simple palabra, "Namora".

Y fue así como ambos se acercaron para besarse con suavidad y tranquilidad como sino hubiera un mañana. Todo era paz y amor, aquí no había diferencia de razas, dioses, idiomas, nada. Solo ellos dos.










"¡LEVANTENSE HIJOS DE LA CHINGADA!" fue la voz de su teniente coronel la que lo había despertado de aquel sueño, y explicandose mil y un veces de que trataba ¿Quién era ella y por qué se besaban sin razón alguna?

Anteriormente había visitado la costa Esmeralda pero jamás hubo razón para que soñara con ella y mucho menos con alguien que ni siquiera conocía. Al menos eso creía.











"Mi niña, ¿Que te inquieta?" Namor suavizó su tono de voz al ver a su guerrera Namora tan pensativa.

"Kukulkán, he tenido un sueño en específico una y otra vez." Hablaba su mejor guerrera mientras trataba de mantener calma en su voz.

"Cuéntame, ¿Qué clase de sueño?" Unió sus frentes para tratar de calmarla. Tal vez no lo demostraba pero por dentro sabía que ella estaba mal, inquieta.

"Sueño con el mismo hombre... uniforme verde y caminando por la orilla del mar." Respondió mientras un largo suspiro escapaba de la joven guerrera maya.

"Mi niña, aveces nuestros dioses mandan señales que con el tiempo no logramos entender, pero no temas, pronto descubrirás de que trata." Sonrío.

Namor sabía perfectamente lo que sucedía, sin embargo no iba a interferir en los planes de los dioses, mucho menos cuando en uno de ellos se involucraba la diosa de la luna y el amor, Ixchel.





🌘 ; ¡Hola gente! Vengo a informales que esta es mi primer historia, ya se que wakanda forever salió hace tiempo pero quise hacerla con este personaje; Namora, porque casi no veo historias de ella y pues equis, aquí ando intentándolo.

También aquí les dejo el nombre del actor que interpretará al joven militar, por si quieren ir a buscarlo.

(Rudy Young blood)

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