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Aún caminando hacia su destino pensaba en irse o no después de beber, sus amigos lo dejaron y él no era el tipo de persona que hablaba con todos simplemente no le salía ser social. Estaba bien con su grupito y nadie más.

Sintió un rápido escalofrío cuando alguien lo sujetó de la muñeca llevándolo casi a rastras hacia la escalera de la casa. Era Jun, quien más ¿no?, se paró a mirarlo mejor, se veía tan bien pero estaba enojado lo podía ver por su expresión y quiso saber porqué:
-Junhui gē ¿qué pasa?- trató de seguirle el paso, se veía apurado al caminar de esa manera.
-¿Por qué vienes vestido así?- Minghao se ofendió ¿hablaba enserio? Como le decía eso, siendo que no era él quien estaba con el pecho al aire después de desprender los botones de su camisa. Qué ridículo, decidió tan sólo en no responder nada y guardó silencio, no quería discutir por eso.

Jun se veía desesperado por encontrar una habitación y cuando encontró una vacía entraron rápidamente cerrando la puerta con seguro. El menor dio un brinco cuando escuchó y vio como Jun tiraba las cosas que habían sobre un mueble y lo miraba luego acercándose para agarrarlo de la cintura y subirlo sobre el mueble, soltó un quejido por la sorpresa, los labios ajenos empezaron a calmarlo cuando estaban sobre su cuello, lamiendo la piel, se sujetaba y clavaba sus uñas en el mueble ya que no tenía de donde agarrarse.

Claro, el beso fue cambiando de tono, hasta que Jun sintió que ya no podía aguantar mucho más, bajó a Minghao del mueble y lo puso de espaldas bajándole el pantalón que tenía ya con su bóxer y quitandole los zapatos, tan rápido como pudo divisar la entrada del menor llevó un dedo y lo metió por completo moviendolo rápido, no duró mucho y después de sacar su pene lo metió de una en el joven quien gimió por el dolor que sentía. Era la primera vez que Jun lo penetraba sin antes prepararlo bien, se apoyó en la espalda de Minghao y llevó sus labios hasta la oreja de este:
-Estás tan estrecho- su voz sonaba más ronca y exitada que nunca y lo estaba, la forma en que su pene era apretado le encantaba, sentía que quería hacer eso toda su vida.

Minghao gemia, al compás de las estocadas que Jun le daba, no podía hacer nada más que eso, las manos del mayor estaban fuertemente sujetas a su cintura y las suyas en el mueble que de vez en cuando chocaba contra la pared.

No ocultaba los sonidos que hacía ya que la música ayudaba a que no se oyeran tanto, minutos después ya estaban el cama siguiendo con lo mismo, Jun no parecía nada cansado a comparación de él, sus piernas temblaban y sentía que ya no tenía voz para seguir soltando los sonidos obscenos que le gustaban tanto a Jun.
Pero por él seguiría haciendolo toda la noche, hasta que no le quedara más ni un poco de su voz.

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