Corazón roto.

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[Damian]
El día de ayer no pude dormir para nada, no contesté llamadas o mensajes de Zeus, no puedo solo hacerle esto por caprichos de este husky, pero para tenerlo a salvo tengo que renunciar a su amor, ¿por qué? ¿Por qué no puedo ser feliz con alguien? Siempre tiene que haber algo que se interponga, yo no nací para el amor... solo se burla de mí en cada oportunidad que se presenta.

El pensamiento que más resalta en mi mente es... ¿cómo se sentirá Zeus en estos momentos?

[Zeus]
Algo no anda bien, no es normal que Damian haya cambiando de esta manera de la noche a la mañana, me tiene preocupado que se desaparezca de esta manera, tengo que ir a verlo, solo voy a esperar a que ya no esté en el trabajo para que me aclare esta situación.

[Damian]
El día ha sido bastante estresante, no puedo dejar de pensar en lo que estoy a punto de hacer. Lisandro ha cruzado la línea por mucho, espero que algún día se le regrese todo lo que me está haciendo pasar, no suelo desearle el mal a nadie, al parecer él es una gran excepción.

Lisandro ya me ha dicho dónde citar a Zeus y también dice que vendrá por mí para que no se me ocurra hacer nada raro al respecto. Si pienso en avisarle o llamar a la policía sobre lo que está haciendo piensa eliminar a mi canguro a manos de sus secuaces. Realmente me tiene acorralado, parece que ha tenido tiempo de pensar fríamente lo que quiere lograr.

Llegando la hora solo espero a que todos se vayan, pensé estar solo hasta el momento en que Henrick entra de sorpresa a mi oficina:
— Perdona por no haber tocado, solo quería saber si seguías aquí. Samir y yo queríamos invitarte a comer para agradecerte lo que hiciste, claro que puedes traer a Zeus si quieres, aunque es obvio que te gusta estar a su lado.

Siento estar al borde del llanto, es cierto, me encanta estar al lado de él y ya no podré hacerlo más:
— Te agradezco la invitación, tal vez otro día, justo ahora tengo cosas por hacer, ¿les parece bien que sea después?

Se acerca lentamente:
— ¿Estás bien? Parece que algo está sucediendo, ¿te hicieron algo?

No quiero que también se vea involucrado, tengo que sacarlo de aquí antes que Lisandro llegue:
— No tengo tiempo para explicaciones, por favor, déjame solo. Necesito arreglar algunos asuntos antes de irme y mientras más me tarde en hacerlo más tardaré en llegar a casa.

Sin estar del todo convencido se da la vuelta:
— Claro, me imagino lo cansado que debes de estar, es mucho estrés el que manejas, le diré a Samir que nos veremos otro día.

[Henrick]
Me voy de su oficina, en definitiva algo no está bien, siento su sufrimiento como si le estuviera atormentando alguna situación. Tal vez necesita pensarlo antes de poder expresar lo que siente, le daré su tiempo para que no se sienta presionado.

Estando a punto de salir del restaurante entra aquel husky que ha causado problemas:
— ¿Qué haces aquí? No eres bienvenido.

Se mira con una sonrisa despreocupada:
— Debes de tener más cuidado con la manera en que me hablas, estás viendo al futuro dueño de este lugar. Hasta a un lado antes de que puedas arrepentirte, yo nunca pierdo.

Quería darle un golpe, pero Damian logra detener mi puño:
— ¡Espera! Henrick... É-él tiene razón, nosotros estaremos juntos y por lo tanto... tendrá tanto derecho como yo.

Lo tomo de los hombros para agitarlo:
— ¿Acaso perdiste la razón? Creo que no recuerdas que...

Me detengo al ver en su mirada una tristeza más profunda, esto es una señal de alerta sobre lo que sucede, por algún motivo lo está defendiendo, debe de ser algo grave. Intentaré no empeorar el asunto hablando después a solas con Damian, lo más importante es tener que hablar con Zeus para que esté enterado de esto.

Suelto al tigre separándome de él:
— Será mejor que me vaya, no puedo estar aquí mientras este hombre siga en este lugar.

Me retiro, pero voy a permanecer cerca, tengo que descubrir de qué se trata todo esto.

[Damian]
Estoy solo con este perverso, no puedo decirle hombre por lo bajo que puede caer. Se acerca para tomarme de la cintura lamiendo sus labios:
— ¿Listo, amor? Será mejor que le dejes en claro a ese canguro quién es el amor de tu vida.

Me toma a la fuerza del rostro, odio que haga eso. Trato de mantener distancia poniendo mis brazos entre nosotros, pero tiene más fuerza haciendo que nos demos un beso de manera forzada.

Deja de besarme, siento náuseas de haber sentido sus labios sobre los míos:
— No te preocupes, te vas a acostumbrar a esto, ahora no pierdas el tiempo y camina.

Hace que salgamos del local, cierro todo como siempre, mientras lo hago pone la pantalla de su celular frente a mí de nuevo:
— Creo que necesitas motivación para verte feliz. Sonríe mientras estés a mi lado, no quiero levantar sospechas.

De nuevo están apuntando a Zeus desde un punto que lo deja vulnerable:
— Lo haré, pero dile a tus hombres que dejen de apuntarle con sus armas.

Se los pide, así que yo tras tomar aire finjo sonreír, trato de imaginar que esto es una pesadilla y que en realidad voy con Zeus, solo puedo estar feliz si es con él, no con otra persona, mucho menos con Lisandro.

Llegamos al punto de encuentro, Zeus está confundido de verme con Lisandro estando a la defensiva de inmediato:
— Damian, hazte a un lado, voy a protegerte de este sujeto.

Me pongo en medio frente a mi canguro, no puedo... no tengo el valor... espero que me puedas perdonar:
— Zeus, de esto es de lo que te quiero hablar... yo... estoy saliendo ahora con Lisandro, él...

Volteo a verlo, muestra su celular como seña de lo que puede hacer si no hago lo que me pidió, mi voz empieza a temblar, pero trato de hacerlo lo mejor posible para que no disparen:
— Él... me hace sentir bien, es un verdadero hombre que me puede dar lo que tú no, lo nuestro... s-se acabó, ya no quiero estar contigo.

Lisandro se acerca poniéndose a mi lado:
— ¿Lo acabas de escuchar? Parece que no le dabas lo que necesitaba, por eso se lo tuve que dar yo, ¿verdad, amor?

Hace que nos demos un beso frente a Zeus. Me parte el alma en un millón de pedazos, quiero caer muerto en este momento para no ver sufrir a mi cangurito, me quema desde adentro, es una tortura muy grande.

Al separarnos Zeus nos da la espalda y aprieta sus puños:
— Yo... creí en ti de verdad... pensé que eras diferente, solo me mentiste cuando dijiste que me amabas, ya no quiero verte nunca. Será mejor que te quedes con esto.

Se quita el brazalete y se retira acelerando su paso, yo caigo de rodillas llorando desconsolado tomando aquel brazalete, no puedo creer que me haya dicho eso, aunque no debe ser sorpresa después de lo que le hice. Lo que más me hiere es que Lisandro se ríe con satisfacción ante esta escena.

Ojalá que encuentren a alguien que te haga olvidar lo que te hice... lamento hacerte tanto daño, no merecías que te hiciera algo como esto. No volveré a darle el brazalete a alguien más, solo él podía ocupar ese espacio, aunque el husky haga que nos casemos a la fuerza no le voy a dar nada.

Hace que me ponga de pie, me abraza para que estemos juntos, yo con odio empiezo a dar golpes en su pecho:
— ¡TE ODIO! ¿Cómo puedes estar tan feliz después de esto? Yo lo amo de verdad, eres un miserable que no tiene perdón.

Me tira el suelo de una bofetada:
— ¡Más respeto! Sigo teniendo francotiradores, puede que haya dejado en paz a ese canguro, pero tú sigues siendo mío. No me hagas enojar o verás de lo que soy capaz, esto fue solo una probada, no querrás meterte en algo más serio. Ahora levántate y llévame a tu casa, llegó la hora de que me atiendas como tu alfa.

Zeus nunca me hubiera levantado la mano... quiero regresar con él, ¿por qué tenía que aparecer este infeliz a arruinar mi vida? Lamento el día en que lo conocí, la vida no tiene sentido ahora, ya no quiero vivir.

El Camino Sigue [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora