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 *En este capítulo se abordará un tema sensible , se recomienda discreción*

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*En este capítulo se abordará un tema sensible , se recomienda discreción*

Narra T/N.

Estoy completamente agitada, tuve que cambiarme y ponerme presentable en menos de 5 minutos en el sanitario de recepción. Cuando por fin llego a mi escritorio miro el reloj ansiosa.

Estoy a tiempo, uff.

Enciendo la laptop y me dispongo a atender mis pendientes cuando la voz del señor Min se hace presente a través del conmutador.

–Venga a mi oficina de inmediato.

Por su tono de voz puedo deducir que más que molesto, esta furioso. Me levanto con los nervios invadiendo mi estómago, inhalo y exhalo con profundidad hasta que por fin mis piernas reaccionan y caminan hasta su oficina. Deslizo la puerta e ingreso para encontrarme con mi jefe sentado en el borde de su basto escritorio, manteniendo los brazos cruzados y mirando hacia mí con cierto enfado.

Ni siquiera me salen las palabras, estoy segura de planea despedirme, la manera en que Taehyung le habló fue grosera y déspota.

–¿Tiene algo que decir, señorita? –Lo escucho decir con severidad.

Intento organizar mis ideas y formular una disculpa pero mi mente esta en blanco, así que como puedo expulso palabras de mi boca. –Se... Señor Min, lamento mucho lo que sucedió en el estacionamiento...

Mi jefe sigue inexpresivo, sin retirar esa eufórica mirada de mí.

–Le prometo que no volverá a ocurrir, por favor, deme una oportunidad. En verdad necesito el empleo.

–¿No me diga? –Pregunta con mofa. –Me pareció escuchar a su noviecito decir lo contrario, lo que me hace pensar que a usted le importa muy poco conservar su puesto.

Estoy a punto de colapsar pues si el señor Min me despide, significaría que no podría cambiarme de carrera y eso a su vez significaría que tendría que seguir conviviendo con Jungkook. Mi cabeza niega con insistencia y le respondo.  –Le... Le juro que no es así, haré lo que usted me pida para demostrarle que estoy comprometida con mi empleo.

Ladea la cabeza ligeramente y con sus penetrantes ojos me fulmina. –Esperaba escuchar eso. –Se levanta del escritorio y camina hacia mí, con lentitud, analizando mi rostro con esos ojos gatunos. Cuando lo tengo a escasos centímetros, continua hablando. –Así que no voy a despedirla, siempre y cuando... –Lo piensa un momento mirando hacia el techo y al cabo de unos segundos, regresa su escabrosa mirada a mí. –Me tenga contento, señorita.

Mis ojos se abren con presión, los latidos de mi corazón se aceleran y un sudor repentino se hace presente en mis manos, pues me parece que sus palabras tienen un trasfondo libidinoso. –Yo... ¿Cómo puedo tenerlo contento? –Pregunto con indecisión.

BAJOS INSTINTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora