Capítulo 8

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Capítulo 8

Tiffany se sentía ahora más asustada por la reacción que había tenido el rey, no entendía que estaba sucediendo con exactitud ¿Por qué él la estaba acusando?

—olvídalo, olvida lo que pasó hace un momento.

—como quiera —dijo sin mirarlo.

—¡Te dije que lo olvides! ¿Por qué tienes tanto miedo? —Le gritó molesto.

—Por eso mismo, usted es muy brusco —respondió. —Por todo me grita.

—Es mi manera de ser y tú no cambiarás aquello.

—Eso lo sé muy bien, no pretendía que usted cambiara.

—¿No preferirás que Jimin esté en mi lugar?

Tiffany negó de inmediato.

—Ni siquiera he pensado en su hijo.

—Mi hijo —dijo y luego rio sarcásticamente. —Un hijo que no lleva mi sangre.

—¿Y no tiene hijos que lleven su sangre?

—No, no tengo —respondió. —La madre de Jimin nunca quedó esperando un hijo mío, siempre fue una inútil que no servía para nada.

—¿Entonces por qué estaba con ella? —Preguntó curiosa. —Si es que se puede saber.

—Por simple obligación, mi padre me obligo a estar con esa mujer, no me permitió elegir.

—¿Y dónde está él ahora?

—Por fortuna está muerto al igual que la madre de Jimin.

—Entonces quiere desquitarse ¿No es así?

—¿De qué hablas? —Preguntó el rey.

—Usted quiere que Jimin tenga un hijo con una mujer que él no quiere, de cierto modo quiere vengarse de él porque su padre lo obligó a casarse con la madre del príncipe.

Donghae sonrió y luego acarició el rostro de Tiffany.

—Eres muy inteligente, eso me hace darme cuenta que eres la indicada.

—¿La indicada para qué?

—La indicada para ser mi mujer, mi compañera.

—Creo que está equivocado, solo porque supe de sus intenciones con el príncipe, no quiere decir que yo sea la indicada.

—respóndeme algo, ¿Crees que está mal lo que estoy haciendo?, después de todo, alguien tiene que pagar la infelicidad que tuve durante años, Jimin tiene que vivir lo mismo que yo viví con su madre.

—Usted sabe lo que pienso.

—No quiero concentrarme en tus pensamientos, quiero que tú misma me respondas lo que pregunté.

—Creo que está mal, hacer sufrir a su hijo no cambiará nada de lo que usted vivió, además, aunque él no lleve su sangre, usted estuvo con él durante muchos años, hasta permite que le diga padre.

—Me hice cargo de Jimin cuando tenía tan solo 2 años de vida, pero no creas que por eso forjamos una relación verdadera de padre e hijo, yo no sé lo que es tener un hijo, pero muy pronto puedo saberlo.

Sin que Tiffany se lo esperara, se acercó a sus labios para besarla, ella lo rechazó de inmediato.

—¿Buscará a mi hermana? —Preguntó cambiando de tema.

—Ya te dije que, si lo haré, solo dame tiempo.

—No me queda más que hacerlo.

—Ahora debo marcharme, iré a ejecutar unos esclavos.

Tiffany no dijo nada ante aquello, pero no pudo evitar pensar miles de cosas con respecto a aquellas personas que serían ejecutadas.

—Dame una razón, no entiendo porque te preocupas por ellos, ni siquiera los conoces.

—¿De qué habla?

—No se te olvide que puedo leer tus pensamientos, querida. Ahora dime cual es la razón para que quieras que los deje con vida.

—Todos merecemos vivir, esa es la razón.

—Tendrás que acostumbrarte a este estilo de vida, nada de este mundo cambiará solo porque tú lo digas.

—No me interesa cambiar nada de este lugar, solo quiero regresar a mi mundo y olvidarme de todo esto.

—No te dejaré ir, eso tenlo por seguro.

Tiffany no dijo nada, y el rey tampoco esperó que ella respondiera, simplemente salió de la habitación, quería cumplir su objetivo, dar nuevamente la orden para que los esclavos fueran ejecutados, pero Tiffany no salía de sus pensamientos, de cierto modo no quería decepcionarla.

—Majestad, me informaron que dio la orden para que no ejecutaran a los esclavos ¿Es cierto?

—Si, es cierto, quiero estar presente cuando se ejecuten, pero ahora no podré estarlo, por eso retrasé la ejecución. —Mintió, no podía decir que dio esa orden por una mujer. —¿Dónde está Jimin?

—El príncipe llegó hace muy poco, debe estar en su habitación descansando.

Por otro lado, Jimin vigilaba desde las alturas a su padre, por fin había dejado sola a su mujer, y no iba a desaprovechar aquel momento, Tiffany debía ser solamente suya.

No lo pensó dos veces cuando entró a la habitación de su padre, Tiffany estaba observando por la ventana, al voltearse y verlo sintió cierto miedo, ¿Qué hacia el príncipe ahí?

—Por fin quedaste sola, supongo que mi padre se entretuvo mucho contigo.

—¿Qué haces aquí? El rey se molestará.

—¡Yo soy quien está molesto! —Le gritó. —¡El rey me arrebató lo que es mío!

—Yo no soy tuya, no soy de nadie, si aparecí en tu habitación fue cosa del destino, no hagas problemas.

—Adquiriste bastante confianza ¡¿Mi padre ya te dio algún título?!

—Puedes preguntárselo tu mismo, así que mejor sal de aquí, no quiero problemas con nadie.

—¡Vendrás conmigo ahora mismo! —Se acercó a ella, Tiffany estaba aterrada y Donghae pudo escuchar sus pensamientos, por lo que rápidamente regresó a su habitación y vio a Jimin muy cerca de Tiffany.

—¡Jimin! —Se escuchó la voz poderosa del rey. —¡Déjala tranquila y sal de esta habitación!

Donghae se puso delante de su hijo, estaba molesto.

—¡Ella era mía! —dijo Jimin.

—¡Nunca ha sido tuya y si sigues fastidiando se me va a olvidar que eres mi hijo!

—¡Yo no soy nada tuyo, tú no eres mi padre!

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ATRAPADAS EN LA PENUMBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora