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"Pesadilla; El conejo y el lobo..." ────────────────
Bajo la fuerte luz azul, entre miles y miles de cazadores, una pequeña liebre corría entre los pequeños arbustos de peligrosa y poca seguridad. Estaba siendo acechada por aquellos horripilantes y terroríficos monstruos que deseaban alimentar su gran hambre con ella.
Por más que había intentado escapar de aquel oscuro bosque, siempre llegaba al mismo lugar, y como si no fuese suficiente, sus pequeños ojos empezaban a nublarse conforme el tiempo pasaba y el miedo aumentaba.
Escondida entre uno de aquellas verdes plantas, un toque la hizo llorar sin más, pronto uno de ellos la tenía en sus garras, a su total merced. Estaba claro su destino, poco le quedaba a su vida...
Hasta que una voz proveniente de la misma nada llegó a sus lastimadas orejas.
"¿Estás bien?" preguntaba aquella "divinidad", parecía que un milagro sucedería, o a su contrario, quizás de un ángel se trataba. "¿Sigues ahí?"
Sin embargo, la poca paz que empezaba a ceder para darle la tranquilidad y paciencia para continuar se había esfumado por completo, el monstruo empezó a acercarla a su gran hocico.
-Bebé, ¿estás bien?- escuchó la pequeña criatura, y de repente... -Mi amor, ¿qué pasa?
Nada, simplemente nada.
Todos habían desaparecido, todo se había diluido en un simple pestañeo, aunque esa voz se mantenía aún.
-¿(t/n)? Bebé, por favor, responde.- en aquella voz destacaba la creciente desesperación.
Pronto pudo volver a la realidad.
-¿Kaminari?- dijo finalmente, tomando las manos de su pareja que se mantenían en su rostro.
-Sí, ¿qué sucede?- preguntó aún preocupado.
La chica pudo respirar bien finalmente, sólo había sido un sueño, un sueño bastante malo.
-Nada, estoy bien, creo que me dormí...- contestó regalándole una sonrisa al chico.
-Bueno...- soltó no muy convencido, volviendo mientras tanto a su posición inicial.
Kaminari miraba atento el rostro de su amada, cada detalle era dibujado y guardado en su mente, podría quizás no recordar las complicadas tareas del colegio, mas sin embargo no podría olvidar nunca el rostro de aquella hermosa niña, se sentía simplemente afortunado de tenerla a su lado. No se trataba sólo de la atracción física, sino más bien de la destellante luz que ella misma daba al mundo, esa luz que no podía venir sino desde lo profundo de su corazón.
Vaya que estaba enamorado de esa chica.
Incluso si ella dijese lo contrario día con día y se despreciara por su actual condición. "Una carga", así se describía ella simplemente.
-¿Qué tanto me ves?- preguntó burlona, aunque con una sonrisa nerviosa en su rostro. Incluso si no podía verlo, podía sentir esos ojos ajenos clavándose en ella.
-Hm... No, nada. Sólo apreciaba la hermosa imagen que me regalas diariamente.
Un sonrojo se compartió en la joven. Y la habitación quedó en silencio una vez más, claro que ese silencio tenía de incómodo nada.
Ni siquiera los pájaros podían oírse, el bullicio de la gente fuera simplemente había desaparecido, de un momento a otro todo era paz en las calles, ni siquiera un coche.
La paz se posaba en la hermosa escena, e incluso para aquellos con grandes incomodidades con el escandaloso silencio, la vista a su tiempo podía emitir una hermosa melodía para cualquier sensible en tan siquiera un pedazo de su corazón.
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⁀ drabble.
━━━━━━━━ (sin editar)
A/N: No tengo ni idea de cómo deseaba continuar este "borrador", así que una disculpa por la desactualización actual de este escrito.
