Capítulo 8.

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Leia.

Hice café para tres, pues supuse que la conversación iba a ser intensa y necesitaría relajarme, aunque ahora que lo pienso, el café fue lo último que debería haber tomado para calmar mis nervios, pero soy incapaz de pensar con claridad si no tengo el cerebro en su sitio, y ese día no lo tenía.

Jade y yo, servimos el café en el salón, cuando Harry me avisó de que estaba apunto de llegar.

- ¿Qué crees que le habrá dicho...? - Le pregunté a Jade con voz temblorosa. No podía dejar de darle vueltas al tema.

- No sé, Leils, si lo supiera no haría falta que viniera Harry a contárnoslo - La fulminé con la mirada, pero era normal, llevaba media hora haciendo preguntas de ese estilo, tendría que estar harta de aguantarme -. Tranquila, bebé, lo sabremos dentro de... -En ese mismo instante sonó el timbre- nada.

Jade sonrió y fue corriendo a abrir la puerta. Oí cómo se saludaban y se daban un abrazo.

- Buenos días, pequeñas. ¿Cómo están mis chicas favoritas? -Preguntó viniendo por el pasillo.

- De los nervios - Dijo Jade - A ver si haces algo para relajarla.

Harry me miró esbozando una sonrisa pícara y después miró a Jade levantando las cejas.

- Para eso tendrás que dejarnos solos, Jade.

- ¡Eh! - Se quejó la afectada -. Que eres mi novio sustituto, no el suyo.

- Tranquilos, no estoy tan desesperada - Le saqué la lengua a Harry y le ofrecí asiento. Me mordí el labio y suspiré pesadamente -. ¿Me vas a decir algo ya o prefieres que me muera esperando?

- Algo parecido le dije yo ayer - Le lancé una mirada asesina. Eso no me resolvía nada -. Me dijo que efectivamente no te odia.

- ¡Lo sabía! - Le interrumpió Jade.

- Pero que no termina de gustarle eso de que seáis tan parecidos.

- ¿Por qué?

- No me lo dijo, Leils, Pero supongo que le da miedo enfrentarse a alguien tan similar a él. Louis tiene una coraza que a priori no se ve, pero que está ahí. No me lo ha dicho así, pero creo que se siente amenazado de que pudieras darte cuenta de eso.

* * *

Habían pasado dos semanas y todavía no sabía cómo reaccionar a lo que me dijo Harry sobre Louis. ¿Me había hecho creer que me odiaba porque me tenía miedo? No tenía sentido...

Aún así hice lo que me prometí a mí misma el último día que le vi: evitarles a todos. Si no les veía, no podía darse la casualidad de encontrarme con Louis en algún sitio y volver a discutir. Aunque lo cierto era que les echaba de menos.

A pesar de que Jade seguía viéndose con todos - y sobre todo con Liam -, yo siempre ponía excusas para no verles. Ni siquiera salía de mi habitación cuando estaban en casa. Podía parecer una actitud infantil, pero sabía que era lo mejor. Apesar de todo seguía mandándome mensajes con Niall porque, por mucho que lo intentara, no dejaba de insistir en hablar conmigo.

Jade entró en mi habitación en una ocasión mientras dormía y corrió las cortinas para que la luz me diera de lleno en la cara.

- Mmm... - Refunfuñé tapándome la cara con la almohada.

- No, "mmm...." no. Llevas dos semanas sin salir de casa, levanta el culo de la cama y métete en la ducha. Ahora - Exigió.

- Déjame en paz, Jade.

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