cap. 4

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—¿La pasaste bien anoche amor? No respondiste mis llamadas.

Alce mi vista de mi cuaderno, hice una mueca al ver a Mateo, pero lo dicimule.

—Si, me quedé a dormir con Emma, perdón por no avisarte— dije con pena.

El solo asintió y dejo un beso en mi cabeza, se sento al lado mío.

A los minutos llego el profesor y dio por iniciada su clase.

Golpeaba la mesa con mis dedos, aburrida y decesperada. Miraba a la ventana, al profesor, mi celular, de nuevo a la ventana y así.

—Voy al baño— le susurre a mi pareja.

El solo asintió sin prestarme atención.

Me levante en silencio y salí de la sala, camine por los pasillos de la facultad hasta llegar al baño de mujeres.

Me metí y no había nadie, era normal a esta hora, todos estaban en clases estudiando o durmiendo.

Saque mi celular y lo encendí, busque por un rato, entrando y saliendo de aplicaciones. Estaba esperando su mensaje.

Un mensaje de Tomás, el me había prometido que me iba a mandar un mensaje, a ver si nos podíamos escapar y hacer algo los dos.

Pero nada.

Entre a si instagram, había subido recientemente historias.

Pase las historias normales, hasta que llegue a la de mejores amigos. Sonreí al ver que había subido un video mio, donde yo estaba saltando en la cama, cantando su canción.

Me reí al ver que había usado un emoji 'obsceno' refiriéndose a mi.

Suspire resignada, no me iba a mandar nada, así que me lave la cara en la pileta y salí del baño, volví a la clase.

Pase las últimas dos horas de mi vida con el mayor aburrimiento y desesperación de todo el mundo.

—¿Queres salir a comer linda?— me pregunto el rubio, pero yo no había notado su presencia —¿Oriana?

—¿Que?— pregunte de mal humor.

—Bueno, no te hice nada— alzo las manos y trato de bromear, pero yo no me reí —¿Estas bien? ¿Paso algo anoche?

—No— negué con la cabeza y guarde mis cosas.

—¿No queres ir a comer?

–No Mateo, no quiero— dije cansada.

El solo asintió en silencio, se acercó para darme un beso, pero yo corri la cara.

—Chau— me dijo serio y se fue.

Pase una mano por mi cara, frustrada, agarre mi bolso y salí de la facultad.

Cuando me subí al colectivo, me senté al fondo de todo, me puse mis auriculares y empeze a escuchar música.

La música de Tomi.

Anoche, en una noche de insomnio, me puse a buscar canciones de Tomás, me sorprendió la gran música que hacía, la letra, la melodía, el flow que manejaba. Aunque también descubrí otra cosa.

Ya tenia una novia.

Bueno, ex novia, por lo que vi solo fueron novios en el 2018. Me puse a ver el instagram de la chica, también era cantante y era muy buena.

Y muy linda.

Pero al parecer ya se había juntado otra vez y aparentemente ya estaba esperando un hijo con su actual pareja.

Llegue a mi casa y abrí la puerta del departamento, mire toda la casa, en completo silencio y vacía.

Deje mis cosas en el sillón y fui a la cocina, busque algo para comer, pero en realidad no tenía hambre.

Puse la pava para el termo, prepare mi mate y busque algo para comer en la heladera.

Puse el agua en el termino y agarre un par de pedazos de pizza, fui a sentarme al sillón, prendí la tele y dejé la música de Tomás.

—Como me haces sufrir hijo de puta— le dije molesta a la proyección de Tomás en la tele.

Mi teléfono sonó y revise, Tomi había subido una historias a mejores.

Con una sonrisa entre y vi la historia, aunque dicha sonrisa no me duró mucho.

Estaba con una mina.

No sabía quién era y supongo que el tampoco la conocía mucho.

Yo estaba acá esperando porque el me mande un mensaje para vernos, porque la verdad es que pensé que si habíamos tenido algo la otra noche.

Y el estaba con otra chica, sin importarle nada lo que yo este haciendo.

Salí de instagram y entre a galería, prefería quedarme como una tonta mirando mis fotos y videos con es chico, en lugar de afrontar la realidad de que el esta con otra.

Aunque no debería molestarme, no somos nada.

No debería importarme, porque yo estoy en pareja, tengo un novio y yo lo único que hice fue serle infiel.

Bien, ahora mi sentido común apareció. Comenze a pensar en todo lo que había hecho Mate por mi, el jamas me dio motivos de dudar de él, y yo estuve con otro.

Me puse a pensar en mis padres, dios, ellos se decepcionarian de mi, no criaron a una hija así.

¿Por qué cuando estuve con Tomás no me importo nada de eso?

Ahora el no estaba, y me tocaba afrontar mi realidad. Esta vida de muerta viviente, haciendo todo lo que me piden.

Era como el muñeco de mis padres, era la hija ideal, era el muñeco de Mateo, el prototipo de novia perfecta.

Con Tomás no era solo eso, era yo, no era perfecta, no estaba perfectamente peinada y maquillada, era solo, yo.

𝐕𝐈𝐕𝐀 | Tomás Campos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora