ATRAPADAS EN LA PENUMBRA

Capítulo 9

Capítulo 9

—¡Yo no soy nada tuyo, tú no eres mi padre!

Por unos breves segundos hubo un horrible silencio, Jimin había lanzado palabras al aire y ahora se sentía arrepentido.

—Eso lo sé perfectamente, y ya que no eres mi hijo, ¿Qué demonios haces en mi palacio? —dijo Donghae sin expresión en su rostro.

—¿Quieres me vaya? —Preguntó Jimin.

—Haz lo que quieras, simplemente no te acerques a esta mujer ¿Entendido?

Jimin se marchó dando un fuerte portazo, Tiffany no sabía que decir, era un momento muy delicado, por lo que de igual manera intentaba pensar en otra cosa que no fuera lo que había sucedido hace pocos instantes.

—Es primera vez que él dice aquello —Mencionó el rey rompiendo aquel silencio. —No es que me importe, pero se siente incómodo.

—Es obvio que, si le importa, usted lo vio crecer.

—¿Y eso qué? No lleva mi sangre.

—Pero de igual manera usted lo considera su hijo.

Tiffany con un poco más de confianza se puso delante de él.

—Quizás deba hablar con él. —sugirió.

—No lo haré, no me interesa en lo más mínimo lo que me dijo.

—¿Entonces por qué está así? —Preguntó ella.

—¿Así como?

—No sé cómo explicarle, pero siento que no está del todo bien.

Por instinto tocó el pecho del rey y algo llegó a su propio corazón, una tristeza que no supo describir. Sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar sin poder detenerse.

Donghae no supo cómo reaccionar en ese momento, verla llorar lo hacía sentir desesperado por consolarla. La abrazó fuertemente y ella se aferró a él hasta que poco a poco se fue calmando.

—Lo siento, no sé qué me sucedió.

El rey la miró a los ojos, algo extraño había pasado, al haber llorado Tiffany, él se sintió más aliviado por lo que le había dicho Jimin hace pocos instantes.

—debes estar algo estresada con todo lo que ha sucedido, lo mejor es que descanses.

—Supongo que debe ser eso.

—Recuéstate, yo iré hablar con Jimin.

—Solo intente controlarse.

—Tranquila, sé muy bien lo que hago.

Por otro lado, Jimin se había marchado del palacio, lo menos que quería era estar ahí por ahora. Tenía muchos lugares donde podía escoger quedarse, pero solo pensó en uno cuando se envió envuelto en aquel problema.

—Ya estás aquí, no pensé que regresarías tan pronto.

—Veo que ya limpiaste todo.

—Si, aunque costó bastante.

—No te pregunté si costó o no, desaparece de mi vista ahora.

—con que llegaste molesto ¿Qué sucedió? ¿Es por esa mujer que me mencionaste?

—¡Ese es mi problema, no te metas! —Le gritó.

Jennie no hizo ningún comentario más, se encerró en la habitación esperando que a él no se le ocurriera desquitarse con ella, lo menos que quería ahora era recibir nuevamente latigazos.