cap. 8

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—Despacio— dije chocando contra la puerta del departamento —shh, hace silenció— le decía entre risas a mi amante.

—Silenció me vas a pedir cuando lleguemos a la cama mi amor— me dijo al oído Tomás y yo reí.

Entre tropiezos y risas caminamos a la habitación.

Estábamos borrachos pero mal.

Se puede decir que después de la boda nos tomamos el palo y fuimos a tomar a un bar, nos tomamos de todo.

—Sácate esto— dije tratando de quitarle su saco, moría por verlo en cuero.

—Sh, sh— me callaba Tomi, dejando besos en mi cuello.

—Tomi.

—¿Pero que es esto?

La luz de la habitación se prendio y abrí los ojos al ver a Mateo, acostado en la cama y adormilado.

—Mateo— lo llame asustada.

—¿Quien mierda sos vos?— le pregunto enojado a Tomas —¿que carajos haces con mi mujer?

—¿Tu mujer?— pregunto en tono de burla tomas, poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, se veía tan tranquilo.

Y tan atractivo.

—Si, mi mujer— le respondió el rubio una vez más.

—Lamento que te enteres así, pero ella dejo de ser tu mujer hace ya tanto tiempo— dijo con una sonrisa creía.

—¿Que decis?

—Que me parece de total pelotudo que no te hayas dado cuenta que me vengo viendo con Ori hace meses.

Dijo eso y Mateo me miro rápidamente, pero yo no dije nada.

No sentía remordimiento.

—Callate— le dijo al morocho —no sos nadie para-

—Si soy, rey— lo interrumpió —soy el hombre que se viene cogiendo a tu novia hace meses, soy el hombre que le da lo que a vos te cuesta— siguió —soy el hombre que la hace feliz, no como vos.

Mire al rubio, en lugar de hablar o decirle algo, alzó su puño y lo llevó al rostro de Tomás.

—¿Que haces hijo de puta?— dijo molesto el recién golpeado.

Aunque el no se quedó atrás, después de eso le devolvió y más fuerte el golpe.

Así estuvieron por un rato.

Sabía que si intentaba meterme, terminaría peor yo.

Se que soy una mierda de persona, esto lo ocasione yo.

Tal vez por si me merezco esta enfermedad que padezco.

De pronto, empeze a tocer, puse mi mano sobre mi boca.

La aleje y me asuste al ver la sangre ahí.

Seguí tociendo y terminé cayendo en el piso.

—Ori—el primero el reaccionar fue Mateo.

El dejo de lado al contrario y se acercó a mí.

—Esta bien, solta todo, estoy aca— trataba de consolarme mientras frotaba mi espalda.

—Ori, ¿que-

—Tomi— alce la cabeza, mi vista estaba nublosa a causa de las lágrimas de dolor.

El se acercó asustado a mi y tomó mis hombros.

—Andate— le pedí en un susurro.

—¿que?— pregunto confundido.

—Andate, porfa— el nego —si, te lo pido.

—Tomás, te lo esta pidiendo ella— se metió mi novio.

Tomas se enderezo y nos miró desde arriba.

Veía en su cara el dolor de mis palabras.

Créanme, yo tampoco quería que se vaya, quería estar con él.

Pero no quería que sepa que estaba enferma. No quería admitir que me estaba mueriendo poco a poco, y que yo misma me estaba ocasionando esto.

Soy una cobarde, lo admito. Pero me dolería más el saber que el sufriría por mi culpa, que por todo lo que esta pasando.

Sin decir nada más, el caratatuada agarro su saco, que estaba en el piso y a pasos lentos salio de la habitación.

Me senti mucho peor cuando se fue, creí que era lo que quería, pero es mucho peor la sensación.

—Todo esta bien Ori, perdón por todo— oí la voz de mi pareja.

Volte a verlo y nuevamente me sentí horrible.

—Mateo lo siento tanto— dije sincera —soy la peor persona del mundo— el nego —si, lo soy, te fui infiel y lo peor de todo es que no me arrepiento, pero me duele saber todo lo que te hice.

—Admito que me duele y que estoy muy enojado con vos por todo esto— empezó —pero desde un principio supe que no me querías.

—¿Que?

—No soy idiota Oriana, soy consciente de eso, pero, supongo que es algo que yo me busque, seguí insistiendo con vos, porque de verdad estuve y estoy enamorado de vos, aunque se que el sentimiento jamás fue mutuo.

—No digas eso— le dije —si me gustaste, durante el principio de nuestra relación, aunque quería negarlo, te quise y mucho.

—Pero no más que a Tomás.

Yo negue lentamente.

—Lo entiendo, y déjame decirte que lo nuestro termino, en buenos términos ¿si?— yo asenti —Quédate con el, el también te quiere, yo me voy a quedar con nuestros mejores momentos, solo los buenos, y todas nuestras peleas.

—Me voy a morir Mateo— dije con dolor, el asintió —y es por mi culpa.

—¿Por que te queres morir? Eso es algo que jamas llegare a entender.

—No se— admiti —lo único que tengo en claro es que hace mucho que me siento muerta en vida, hasta que llego...

Mateo hizo una mueca y asintió.

—Veni, lávate los dientes y te voy a preparar un baño caliente para que te calmes— se levanto y me ayudo a levantarme.

—No te merezco Mateo.

—No, no lo haces— estuvo de acuerdo —pero te quiero mucho, por eso lo hago.

𝐕𝐈𝐕𝐀 | Tomás Campos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora