ASHKALY: en búsqueda de la verdad

Capítulo 30. Alguien que me gusta

- ¿Por qué no le dices lo que sientes?

La sacerdotisa le había hecho esa pregunta a Damian, sin embargo cuando lo dijo también miró hacia donde el Daemon estaba escondido, pues la sacerdotisa desde el inicio percibió la presencia de Asth. El Daemon no siguió escuchando la conversación ya que no era de su incumbencia, además ni siquiera sabía de lo que estaban hablando por lo que se marchó de ahí.

Cuando por fin lograron recuperar el dragón en que Milena y Damian habían llegado, Asth se dispuso a teletransportarse a su casa donde se suponía que todos se verían, estaba por marcharse cuando se detuvo en seco al presenciar cierta escena, que extrañamente lo incomodó. Se quedó escondido observando como Damian se acercaba mucho a Milena, al principio creyó que le estaba diciendo algo, pero después entendió lo que estaba sucediendo. Cuando Damian tomó una de las manos de Milena y se la colocó en el pecho, Asth sintió como si le hubieran dado un pinchazo en su brazo, pero cuando vio que Damian estaba por besar a Milena, no pudo resistirse más.

En menos de un segundo Asth se estaba teletransportando para aparecer al lado de ellos dos, el Daemon reaccionó cuando ya había tomado la otra mano de Milena y la había apartado bruscamente de su amigo.

- ¿Asth? – Milena mencionó su nombre sorprendida, no entendía en qué momento había llegado, pero de cierta forma le estaba agradecida por sacarla de aquella situación vergonzosa. Aunque una parte de ella se preguntaba qué intentaba hacer Damian, se preguntaba si la iba a besar o solo era producto de su imaginación

- Aylin me pidió que viniera a buscarlos, es urgente – mintió el Daemon que seguía sin soltar a Milena

- Qué raro, no me dijo nada a mí – respondió Damian a la vez que se volvía a acercar a Milena y se agachaba, Asth al ver esto volvió a jalar a la humana, sin embargo esta vez Damian la tomó de la espalda para acercarla, esto con el fin de quitarle una hoja seca que tenía enredada en el cabello – Perdón, solo quería quitarte esto – alzó la hoja y le sopló

- Gracias

Después de aquella escena, los tres montaron al dragón y se dirigieron a reunirse con Aylin. Asth iba hasta atrás cruzando los dedos para que Aylin y Ban ya estuvieran en su casa, ya que de no ser así no sabría qué excusa poner ante su comportamiento de hace momento, no iba a confesar que estaba celoso. No podía decir que era amor, porque alguien no se enamora en tan poco tiempo, pero si era atracción, sin embargo el Daemon lo negaba, él no quería admitir que se sentía atraído por la humana, él pensaba que solo veía en ella a Ana, su amiga a quien no pudo proteger.

Por otra parte Milena se encontraba sentada en medio, su mente era un caos, ella pensó que Damian la besaría pero lo único que quería era quitarle una hoja de encima, era obvio, después de todo sabía que Damian solo la trataba como una hermana, por eso era tan amable y protector, pero en ese instante ella tenía el deseo de que su pensamiento fuera correcto, porque ahora estaba segura, a ella le gustaba Damian.

Mientras tanto Damian iba a la cabeza, manejando las riendas del dragón, hizo mucho esfuerzo para disipar todos sus pensamientos, necesitaba estar concentrado para evitar que el dragón se desviara. Sin embargo después de lo que casi pasó fue imposible no pensar en nada, Damian se preguntaba qué le pasó en ese instante, por qué reaccionó de esa forma, él no podía confesarse a Milena aún, primero debía terminar con la rebelión, solo así podría darle seguridad a la humana. De no haber sido por su amigo, en ese momento hubiera besado a Milena y le hubiera confesado cuánto la aprecia, en cierta forma le estaba agradecido a Asth, pero también estaba enfadado con él, sobre todo porque aquella escena que hizo era para probarse a sí mismo, para estar seguro de sus sentimientos, sin embargo no sólo entendió sus propios sentimientos, sino también los de su amigo. Ahora estaba seguro que él y su amigo se habían enamorado de la misma chica.