Y como si tuviera que ser testigo de su velorio, despertó en aquella cama iluminada por un amanecer que nunca imaginó presenciar. El cuerpo le dolía, no más allá de un par de calambres como los que tienes después de adoptar una mala posición entre sueños, sueños largos tal películas.
Le costó acostumbrarse a existir, a respirar y atesorar ese ritmo cardíaco que se mantenía en su pecho, como un retumbar melódico. Sus ojos viajaron y definieron aquel cuarto, blanco y pulcro, sin modificaciones personales ni historia que contar, cada suceso vivido ahí era borrado por productos de limpieza con aromas aturdidores. Llegó a preguntarse cuántos minutos tardarían en limpiar aquel espacio después de que su vida escapara de su pecho, o de su cerebro, no podría determinar donde estaba la vida de cada uno, pero al menos él sentía que estaba en su pecho, donde los sentimientos por Clay lo llenaban.Oh, clay. Sí, las cosas serían complicadas.
Imaginarse una vida después de renunciar a ella era complicado, tanto como un rompecabezas donde ninguna pieza parece encajar, o nadie tiene el esfuerzo para estudiarlas. Observó el techo sobre su ser, la ventana sin un vidrio que romper, las persianas sin cuerdas que arrancar y colgar, sus zapatos sin cordones, los enchufes con protecciones... ¿Era necesario todo eso? ¿Protección o incitación a encontrar más maneras? Tampoco era capaz de buscarlas, estaba cansado y adormecido a iguales cantidades. Quiso dormirse nuevamente, pero sus pensamientos lo atormentaban entre susurros y gritos, como pestañas congeladas en la pantalla de alguna computadora, donde música sigue reproduciéndose por encima del problema.
No estaba asustado, tampoco se hacía el fuerte, no tenía ninguna intención de actuar cuando había sido descubierto en su momento más vulnerable, cuando aquellas cartas suicidas fueron entregadas a sus remitentes.Por un momento quiso reír, últimamente todo parecía una comedia de mal gusto, un libro cliché sin más objetivo que perderse entre miles de historias similares, pero ahora el escritor se había perdido, agobiado sin poder deshacerse del nudo en su garganta. El castaño observó su cuerpo como podía, impropio, un muerto en vida que creyó estar condenado y había sido traído desde los abismos de una tristeza penetrante.
Era tan confuso, tan jodidamente confuso.
Vivir después de morir, de familiarizarse con el silencio moribundo, con la nada misma que le otorgaba más paz que la existencia. Ahora estaba de vuelta, vacío, pero lleno de vida y existencia, solo, pero acompañado desde tan cerca. No podía renunciar nuevamente, no era capaz, su cerebro no lograba procesar la idea de no ser salvado esta vez.Ser salvado...¿ser salvado? Ser salvado. En sus fantasías sobre aquel momento, lo llegó a pensar, sus interiores lo tenían claro.
Si funcionaba, no habría nada más que silencio, si no funcionaba, habría agradecimiento. Su pesimismo lo obligaba a no aceptarlo, pero sabía que esta era su última oportunidad, y de forma ardiente, se negó a desperdiciarla.William llenó sus pulmones de oxígeno, cargado de vida y alivio, solo bastando una mirada cristalizada y una sonrisa cálida para comunicar el mensaje hacia Alex y Clay, quienes se levantaron de forma temblorosa. Sabían, sabían exactamente qué significaba y no podían expresar el ardor en sus pechos, el grito ahogado que ambos podían finalmente emitir, el llanto ruidoso de alivio mientras se desplomaban, mas solo uno se derrumbó, Alex.
Alex cayó sobre sus rodillas, tapando su boca con su diestra en un intento desesperado de ahogar su dolor, sintiendo como el aroma asqueroso del hospital se intensificaba, con el temblor corporal quitándole el aire. El perfume del castaño invadió su olfato cundo este se arrodilló frente a él, logrando que el azabache se lanzara a sus brazos, soltando sus sollozos en el pecho del británico, pero más allá, en la seguridad que él lograba entregarle.Clay quiso ayudarlo, pero los tres sabía que alguien más esperaba por él. William se acercó y le dio una palmada reconfortante en el hombro antes de centrarse completame en Alexis, logrando darle la fuerza suficiente para seguir al doctor por aquel laberinto de pasillos similares, llenos de aroma a alcohol y desinfectante. La puerta frente a él lo aterraba, el chico detrás de él era una completa incertidumbre... No, George no era una incertidumbre, era su chico, su pequeño amor, quién poseía una mirada peculiarmente preciosa, quién era dueño de incontables pecas, de confusiones coloridas y sentimientos difíciles de explicar. George nunca sería una incertidumbre, siempre sería su mejor amigo y su eterno amor, su amante y tesoro. Lo único desconocido de George era su reacción al verlo, pero se prometió que nunca lo volvería a lastimar, a orillar al dolor o encadenarlo. El castaño, su castaño, merecía una felicidad más allá de la humana.
Su diestra se entrelazó con la manilla de la puerta, tomando aire antes de deshacerse de aquella separación que creyó que nunca terminaría, que siempre estaría lejos del castaño, pero se equivocó, existía una nueva oportunidad. No para él, para George, porque si el castaño lo decidía, Clay se alejaría de él sanamente, feliz de que al menos comparten amaneceres, una existencia enlazada pero paralela.
A partir de aquí damos terminado el arco angst chiquilleeeeeessss, de aquí en adelante se viene el Tnt duo más fuerte que nunca.
Lo siento por tardarme tanto en actualizar :((( PERO FUE EL 18 VIVA CHILE MIERDAAA y estuve demasiado ocupadoqjjrjw
igual me imagino q ustedes son esta:
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𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿 𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼.
FanfictionDonde Wilbur es un padre soltero y Alex trabaja en un jardín infantil luego de perder a su hijo. ↺ Fluff, pokito angst intento de comedia (final feliz) Cubitos !! de fans para fans