Al otro lado del mágico mundo, una chica se encuentra en un estado de profunda confusión mientras intenta asimilar la situación que acaba de ocurrir ante sus ojos. Hace apenas unas horas estaban contentos de haber encontrado lo que llevaban tiempo buscando, sin imaginar ni por un momento que todo se desmoronaría de esa manera.
Su amigo estaba herido de gravedad y ver su rostro lleno de dolor fue devastador para ella, cada segundo recordaba aquel momento en el que sus gritos desgarraron el silencio mientras el cuerpo de su amigo yacía inerte en el suelo.
Mientras trata de lidiar con este impacto emocional, su mente también está plagada de desasosiego por el recuerdo de su amiga, secuestrada por los enemigos. Su imagen llena de miedo y confusión está grabada en su mente como una herida abierta. La incertidumbre de su paradero y de su estado de salud la asfixia torturándola con suposiciones horribles.
Aún con todo eso en la cabeza, pasó dos días junto a la semielfa, estudiando diferentes ungüentos y brebajes capaces de ayudar a salvar la vida de su amigo, y aunque a veces parecía que mejora, no despertaba. Pasaba la mayor parte del tiempo que tenía libre junto a la cama de Kyle, observando cualquier cambio que pudiera haber, mientras Eric, enfadado consigo mismo por todo lo ocurrido, sólo se lamentaba y rondaba por el pueblo de Fasgadh queriendo salir en busca de Siena, cosa que su hermana quería impedir a toda costa, pues aunque tuvieran una idea de dónde se encontraba, no podían estar seguros.
Durante la segunda noche, la jóven no podía dormir y deambulaba por las calles sin un rumbo fijo, sólo pensando qué más podía hacer para ayudar, pero la idea de no volver a ver a Siena hizo que su corazón doliera de una forma que casi acaba con ella. En ese momento recordó lo último que su amiga le dijo antes de que se desvaneciera delante de sus ojos. "Lleva una ofrenda a la tumba de mis padres por mí". En su cinturón aún colgaba la bolsa de cuero que le entregó mientras decía esas palabras, y pensó que tal vez cumpliendo el último deseo de su amiga, aliviaría un poco el dolor que sentía.
Se apresuró en llegar a la entrada del pueblo, suplicando a uno de los guardias que la dejara marchar, sabía que el lugar al que se dirigía no estaba a más de quince minutos de allí, pero no le dejaron marchar sola, uno de los guardias se ofreció a acompañarla, pues sabía lo que había sufrido y las lágrimas de la jóven lo desconsuela.
Como ella recordaba, no tardaron demasiado en llegar al claro que había en medio del bosque, pero aquel lugar se veía diferente ahora. La última vez que estuvo aquí, estaba con Siena, la reconfortaba y le decía que todo iba a salir bien, y ahora en la oscuridad, el recuerdo de esas palabras volvieron a torturar a su mente. Tras un rato en silencio, alejada de las enormes rocas del claro, una chispa de valentía y determinación se encendió dentro de ella. Sus amigos necesitaban de todo su esfuerzo, prometió luchar hasta el final, y eso es lo que iba a hacer.
Andó en dirección al altar, hasta comenzar a subir la enorme roca, tal y como Siena había hecho días antes. El rostro de piedra de los reyes frente a ella, hizo que bajara la mirada, pues sintió que no era digna de estar en aquel lugar.
-Le prometí a vuestra hija que todo iba a salir bien, que si estábamos juntos no pasaría nada malo.- dijo con la voz temblorosa, aún sin levantar la mirada.- Le he fallado. A ella y a vosotros. Lo siento mucho.- Sujetó la pequeña bolsa entre sus manos y se agachó para colocarla a los pies de la reina, y esperó varios segundos antes de suspirar con pesadez.
Con la ayuda del guardia que la acompañaba, bajó de la roca aún sintiendo un enorme peso sobre su pecho, esperaba que eso la aliviara, pero no fue así. El guardia le dedicó una leve sonrisa y con un gesto le indicó que debían marcharse, pero al caminar varios pasos de nuevo en dirección al bosque, una brillante luz roja iluminó el claro a sus espaldas.
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El legado Pendragon [Ya en físico]
Fantasy☆Pronto publicación física y digital☆ Descubriré quién soy, de dónde vengo. Había olvidado toda mi vida pasada pero ahora tengo que continuar la batalla justo donde mis padres la dejaron. Es el momento de tomar decisiones que van más allá de mi mism...