Capítulo 3 | Helado

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Bianca Ackerman

Los días pasaron y pasaron.
Lentamente, todos comenzaron a tratarme como su igual, y no como un demonio de la isla Paradis.
Incluso me hice amiga de los cuatro niños que siempre estaban presentes en el cuartel. Eran muy tiernos y divertidos.
No sé hace cuanto no interactuaba con niños pequeños, creo que desde que ayudamos a Historia a construir el orfanato.

Me enfurecía pensar que estaban aquí para ir a la guerra, y que en el futuro se convertirán en titanes. Pero por el momento no había mucho que pudiese hacer.

Algunos soldados, obviamente no me consideraban como una persona, seguían discriminándome y cuando podían me insultaban o provocaban.
Cómo por ejemplo, en las horas de la comida, donde cada vez que podían me empujaban o golpeaban intencionalmente.

— Lo siento, demonio. No te vi. — es lo que siempre me decían.

Los mataría, los mataría a todos. Pero cada vez que intentaba hacer algo, Porco me detenía.

— No les prestes atención. — me decía Porco, restándole importancia.

— Pero ellos me empujaron y tiraron mi comida al suelo. — protesté. Mi comida...

— Quédate con lo mío. Yo me voy a buscar más. —

Siempre que pasaba esto, Porco me daba su comida.
Era la única a la que le hacían esto. Y me enfurecía.

Somos todos personas, iguales. No tienen porque discriminarme.
Ninguno es más que otro por haber nacido en otro lugar o por su sangre. Pero estos idiotas no lo entienden.

No he vuelto a dirigirle la palabra a Bertholth desde el otro día. El se limita a mirarnos con odio, a Porco a mi. Y yo lo ignoro.
Varios días después, recibí una disculpa de su parte y como prometió, me dejó de molestar. Aún así apenas nos hablamos.

En cambio... mi relación con Porco... es rara.
Por momentos parece que yo le importará, lo cual no tiene ningún sentido.

Hay momentos en los que veo que el me observa mucho, y cuando hacemos contacto visual se sonroja y mira hacia otro lado.

Y en otros momentos, me ignora completamente.

Yo por mi parte, no dejo de pensar en el. No sé porque. Pero si no lo tengo cerca, siento que me falta algo.

Todas las noches, cuando el se duerme, me acuesto con el a dormir. Desde aquel día que me compró comida, no puedo dormir si no estoy a su lado.
Suena totalmente estúpido, pero es la verdad.

Al principio, todas las mañanas me empujaba de la cama apenas el abría los ojos y me veía enroscada a el.

Con el pasar de los días, dejo de hacerlo. Simplemente me corre y se levanta de la cama. No sé si es un avance o no, pero al menos ya no me despierto con un golpe y tirada en el suelo.

Esto no sirve... no va para ninguna parte. El es un guerrero y mi enemigo.

Además, quiero regresar con Levi, me pregunto que estará haciendo...  ¿Me extrañará? ¿Seguirá sintiendo que soy familia o volveremos a ser lo que éramos hace tanto tiempo?

A quién engaño... Tengo que dejar de hacerme falsas ilusiones, sé que nunca volveremos a lo que éramos.

Mi mente es un desastre...

•••

Aún no pude hablar a solas con Zeke, siempre está pegado con Colt. Parecen novios.

Pero hoy Colt no estuvo en todo el día en el cuartel. Así que voy a aprovechar esta oportunidad, no sé cuando se repetirá y tampoco puedo perder más tiempo.

Cicatrices en MarleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora