Capitulo 19. Sombras y secretos.

485 34 13
                                    

La Casa Blanca quedó atrás mientras Luke se adentraba en la noche, dejando atrás el bullicio y la tensión que habían impregnado el lugar. El viento frío de la noche le azotaba el rostro mientras se dirigía a toda velocidad hacia el cuartel general. En su mente, aún resonaban las palabras de Alex y la urgencia de la situación.

Mientras tanto, en una sala de la Casa Blanca, Alex estaba decidido a obtener respuestas. Los agentes del servicio secreto le habían informado que su madre y su hermana estaban a salvo en un lugar seguro, alejados de la amenaza que rodeaba la residencia presidencial. Sin embargo, Alex se negaba a quedarse de brazos cruzados y quería estar presente en el interrogatorio del intruso que había logrado entrar en la Casa Blanca. Quería ver con sus propios ojos a la persona que había amenazado la seguridad de su familia y su país.

El agente del servicio secreto a cargo, un hombre de mediana edad con una expresión seria y una postura rígida, miró a Alex con preocupación y frustración. Habían intentado convencerlo de quedarse atrás, pero el joven estaba decidido a obtener respuestas.

—Señor Claremont-Díaz, entiendo su deseo de estar presente en el interrogatorio, pero debe comprender que esto no es una cuestión de elección. Su seguridad es nuestra prioridad número uno, y exponerse a esta situación es altamente riesgoso —advirtió el agente.

Alex cruzó los brazos sobre el pecho, sin mostrar señales de ceder ante la autoridad.

—Entiendo los riesgos, pero también entienda que soy el hijo de la presidenta de los Estados Unidos. Tengo derecho a saber quién intentó entrar en la Casa Blanca y por qué. No me quedaré atrás mientras ustedes hacen su trabajo.

El agente suspiró, consciente de que lidiar con el hijo de la presidenta podía ser un desafío. Pero la seriedad de la situación no le permitía tomar riesgos innecesarios.

—Señor Claremont-Díaz, su madre y su hermana están a salvo en un lugar seguro. Esa es la información más importante que necesita en este momento. Debe confiar en nosotros para manejar esta situación.

Alex frunció el ceño, mostrando su frustración.

—No puedo quedarme de brazos cruzados mientras alguien amenazaba su seguridad. Necesito estar allí y ver quién es esta persona, tal vez pueda identificarla o proporcionar alguna pista.

El agente se pasó una mano por el cabello, pensativo.

—Señor Claremont-Díaz, comprendo su preocupación, pero no podemos garantizar su seguridad en esa situación. Nuestra prioridad es detener esta amenaza y proteger a su familia. Lo que necesita hacer es cooperar con nosotros y proporcionarnos toda la información que pueda tener.

—No puedo quedarme atrás mientras esta amenaza sigue acechando. Quiero respuestas, quiero ver quién es esta persona y por qué intentó entrar en mi casa —declaró Alex con intensidad.

Finalmente, después de una intensa negociación, los agentes acordaron llevar a Alex al lugar donde se encontraba detenido el intruso, bajo una estricta supervisión y siguiendo todas las medidas de seguridad. Las instrucciones eran claras: no debía intervenir ni ponerse en peligro.

Alex avanzó por los pasillos de la Casa Blanca, siguiendo de cerca a los agentes del servicio secreto que lo conducían hacia el lugar del interrogatorio. A pesar de su determinación, una mezcla de emociones se agitaba en su interior. La intriga y la tensión lo envolvían como una manta opresiva, haciéndolo sentir que estaba a punto de adentrarse en territorio desconocido.

Cada paso resonaba en el silencio de los pasillos, y Alex se sentía como si estuviera caminando hacia lo desconocido. La oscuridad de la situación y la incertidumbre del futuro pesaban sobre sus hombros como una carga insoportable. Sabía que lo que estaba a punto de descubrir era mucho más profundo de lo que había imaginado, y el misterio que envolvía la amenaza a la Casa Blanca se cernía sobre él como una sombra ominosa.

Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora