Asco, esa era la única palabra la cual definía su sentimiento actual. Asco, asco y repulsión. No habían otras palabras las cuáles pudieran describir su estado actual.
Su cuerpo no reaccionaba en lo más mínimo, el sentir la cerámica fría sobre su espalda hacia que sintiera mucho más dolor. Su cuerpo dolía, dolía demasiado. Pequeñas lágrimas rodaban por sus mejillas, detestaba llorar, detestaba demostrar que era débil. Lo odiaba.
Como pudo, se sentó en el suelo. Intentando regular su respiración con brutalidad. Sentía su cuerpo totalmente tembloroso, se levantó cuidadosamente yendo hacia el baño con dificultad. Al verse al espejo lo único que resonaba en su cabeza era la palabra "asco" no había otra palabra la cual pudiera describir sus pensamientos actuales. Suspiró profundamente, agarrando un botiquín de primeros auxilios; empezó a curar aquellas heridas de su rostro dejando escapar pequeños quejidos provenientes de sus labios.
Finalmente terminó de curarse, guardando las cosas que utilizó. Salió de aquel baño y fue hacia la cocina donde yacia su padre, el cual dormía profundamente en el sillón. Cada que veía a aquel hombre no sabía como sentirse al respecto, no sabía si le daba asco o simplemente le tenía cariño. Aunque él no hiciera nada malo en su contra, siempre que llegaba de trabajar llegaba completamente exhausto, nunca podía llegar a comer bien o poder descansar correctamente. El simple hecho de saber eso, un gran dolor en su corazón aparecía.
Casi nunca podía pasar tiempo con su padre, el trabajo le consumía la cabeza día tras día. Ella adoraba a su padre, pero. Nunca podían estar juntos, compartir un día de familia o demás; lo único que hacía era, llegar a su casa y a veces comer, pero normalmente iba a dormir o se quedaba dormido en lugares incorrectos.
Siempre estaba con su madrastra, la cual odiaba intensamente. Lo único que rondaba por su cabeza cada que la veía era repulsión, no podía ni verla a los ojos siquiera. Cada que se le acercaba y fingía ser buena con ella, le daba asco. Simplemente la palabra la cual le quedaba y encajaba con ella era, asco y víctima. Cada que su padre se iba a trabajar, lo único que hacía era maltratarla y usarla como su marioneta; trayendo hombres aleatorios a su casa.
Fue a buscar algo de comida, así poder ir comiendo en el camino y poder ir hacia su escuela. En el trayecto del camino, veía los árboles atentamente, viendo como se les caían las hojas lentamente. Mientras caminaba vagamente sintió como una hoja se poso en su cabeza, la agarró y era una flor de un Sakura. Los lindos árboles Sakura.
Sonrió y guardo ese pétalo de flor, apresurandose hacia la entrada de su clase. Cerró sus ojos mientras caminaba, sintiendo el aire fresco chocar contra su rostro mientras disfrutaba de este. En el trayecto del camino escuchó como gritaban su nombre fuertemente. Se quedó perpleja y paró su andar, dando la media vuelta para ver de quién se trataba. Efectivamente era Yūji con Akira e Dan. Sonrió al verlos y los saludó con una de sus manos, viendo como estos caminaban y corrían para llegar a su lado. – ¡Athenea! ¡holaaaaa muy buenos días! – exclamó Yūji, con aquella radiante sonrisa la cual siempre se impregnaba en su rostro. Le devolvió el gesto, sonriendo levemente.
ESTÁS LEYENDO
¿You or me? || Choso Kamo
AcakSimplemente inexplicable, algo lo cual no se puede nombrar con simples palabras o hechos. Solo debes de sentirlo y dejar que fluya por tí. El amor es una cosa dolorosa, pero a su vez es lindo y dulce. Es dulce e amargo, si juntas esas dos palabras...