Después de unos momentos de que Phil me tranquilizara me di cuenta de que entró a la habitación rompiendo la puerta. La manija estaba colgando y el marco estaba astillado, en el suelo habían escombros de madera.
Bajamos a la planta baja y Phil puso una tetera para hacer algo de té. Me sorprendí al ver que la estufa servía, la vez que yo la intente no había tenido suerte.—Así que si funciona... —murmure en voz baja mientras me sentaba en el sofá frente a la chimenea otra vez. Apreté mis manos sobre los descansabrazos e intenté relajarme y deseé hundirme ahí mismo.
El cuerpo aún me pesaba como no lo había hecho los días pasados. Era como tener kilos y kilos de todo y a la vez nada encima como un peso extra que cargar. He estado arrastrándome desde hace mucho que apenas advertí que no me había movido de lugar.
—Claro que funciona. —Phil regresó de la cocina con dos platos de fruta picada, de donde sea que la haya sacado... Me extendió uno y después agregó con una voz relajada—: Solo que si tú intentaste encenderla no iba a funcionar... Ya sabes, precauciones.
Se encogió de hombros y me observó mientras comía la fruta de forma rápida. Estos día el tener una variedad de comida que no sean patatas podridas era una delicia, una bendición de la cual no podía abstenerme. No me guardaba el placer de comer después de haber estado hambriento durante días pero no lo suficiente como para estar al borde de la muerte.
Phil emitió un sonido pensativo y yo lo mire por el rabillo del ojo, detrás de la máscara pensaba en la razón de su regreso. Pero por fuera, él solo estaba analizándome, analizando la porcelana y la sonrisa pintada. Todo iba a estar bien.—¿Qué?
—Nada, solo estaba pensando.
Hubo otro silencio, yo suspiré y meneé la cabeza.
—Quiero saber —No me refería a nada de lo que estuvimos hablando estos últimos momentos—. Necesito saber. Deseo... saber.
Phil dio un suspiro, tomó con el tenedor un pedazo de una manzana picada de su propio plato y se lo llevó a la boca. Lo mastico con tanta lentitud, con tanto esfuerzo..., que desde mi perspectiva pude notar que en realidad no tenía hambre. Su garganta se movió cuando tragó y su mirada se cruzó con la mía.
Me quede en total silencio.—Ya estás enterado de qué hay fallas —comenzó con cautela. Eligió bien sus palabras—. Sabía que iban a sacarte de prisión, sabía que tenían planeado utilizarme a mi si no les servías ya que ambos tenemos experiencia en la resolución de este problema. Sabía que... —hizo una pausa para mirar el fuego crepitante. Después miro a su propio plato de fruta para dar solo un suspiro silencioso— ...que probablemente te matarían finalmente si te rehusabas a ayudar.
Algo en mi interior se encendió, algo terrible y cruel se arremolino en mis entrañas y me quemo la garganta, podía escuchar mis propios latidos en mis oídos. Mal, todo estaba mal. Tal vez espere eso, algo en mi ya tenía presente que me iban a matar, tarde o temprano lo harían... Trague con dificultad el pedazo de manzana que me lleve a la boca pero no me moví de donde estaba, solo aparte la mirada.
Al ver mi notorio silencio, Phil continúo:—Cuando me enteré de eso no pude... —Jamás lo había visto tan sin palabras. Él no sabía cómo decirlo y yo no tenía más que perder.
¿Qué quedaba más que un mundo maldito donde no habitaba la confianza?
—Así que sabes sobre... —Un asentamiento fue la respuesta que hizo que lo que se despertaba en mi comenzara a hervir y burbujear con un odio muy vasto. Tanto que era peligroso para él estar ahí presente.
—No me enteré de buena manera. Lamento que hayas tenido que pasar por eso durante el último año. Si hubiera sabido que Quackity... —Ese nombre..., ese maldito nombre me perseguía en mis noches más oscuras. Me perseguiría hasta que yo dejara de existir, hasta que mi presencia no sea más que un susurro en la brisa.
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Helpless but dangerous
Narrativa generaleAtrapado en una oscura y confusa red de acontecimientos, obligado a afrontar sus errores del pasado y encarar el dolor de sus recuerdos, Dream se enfrenta a la realidad y con la ayuda de un grupo de aliados inesperados, descubre que tal vez el mundo...