𝐌𝐲 𝐢𝐦𝐩𝐨𝐬𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐛𝐚𝐛𝐲 ⫷𝐏𝐉𝐌⫸ +18

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En el edificio más nuevo de las empresas Park, las cosas iban muy bien gracias a la buena administración, pero para los señores Park, estaba significando la oportunidad perfecta para educar a su hijo menor, el joven Park Jimin estaba viviendo la vida loca, de fiesta en fiesta cada noche pese a que se había designado que estaría en la administración de dicho lugar, el muchacho casi nunca se presentaba en la oficina y menos de la mitad de los empleados lo conocían, cuando la intención era que fuera tomando parte importante en el negocio familiar para seguir el ejemplo de sus hermanos.

Pero hoy, al igual que otros días, su diario vivir era amanecer en la blanca cama de su apartamento con una mujer diferente, estaba medio envuelto por la sábana y junto a él, sin llegar a tocar su piel una joven que permanecía dormida, Jimin había despertado ya, su mirada dirigida al cielo falso de la habitación, llevó su mano hasta su frente como muestra de que sus pensamientos estaban el vuelo, los recuerdos de las palabras de su padre lo estaban bombardeando, exhaló exasperado y en silencio finalmente tomó la decisión de ponerse en pie.

Se hizo a la orilla de la cama donde se sentó y dirigió una mirada a la chica con la que había compartido su cama, no recordaba su nombre, ni siquiera si se lo había dicho, hizo un puchero de aburrimiento en sus carnosos labios, se envolvió en la sabana para finalmente meterse en la ducha, tenía que arrancar su día y lo primero que tenía que hacer era ir con el gerente general del nuevo edificio Park porque al parecer su padre tenía nuevas órdenes para él, Jimin sentía como el agua caía sobre su cuerpo pero su expresión era de cansancio.

Eso de no ser lo que su familia quería le daba mucha pereza, ellos eran millonarios y no era necesario que estuviera metido en una oficina trabajando, quería divertirse siempre pero no se podía, tenía que acatar las órdenes de su padre si quería seguir disfrutando de la vida que tenía hasta hoy, la ducha terminó y el joven se planteó la idea de lucir ese día un elegante traje gris cuadriculado, acomodó muy bien su cabello rubio claro, el aroma que emanaba el joven llenó la habitación, una mezcla entre duraznos, rosas y naranja que le daba ese toque especial.

No le importó en absoluto dejar a su acompañante sobre la cama, había bebido tanto que lo más seguro era que estuviera con una cruda espantosa al despertar, eso era lo que pensaba Park qué solo pudo liberar una sonrisa en sus labios porque dejaba de ser un problema para él, así era como solía ser y no pensaba cambiar por nada en el mundo, llegó a su coche, un Porsche couple negro que tanto amaba, sin pensar en nada más se dispuso marcharse y disfrutar de la zona de la ciudad qué había elegido para vivir.

─ Deja de decir tonterías, tu naciste para estar detrás de un escritorio y serle fiel a una sola mujer, yo, en cambio nací para disfrutar de cada momento, pero no puedes tener todo en la vida y aquí voy rumbo a una reunión con tu hermano ─ discutía Jimin con su mejor amigo mientras conducía.

─ A veces creo que te cambiaron en el hospital, no puedes ser tan diferente a tus hermanos o a mi incluso puesto que nos han educado de la misma forma e incluso estudiamos lo mismo ─ alega el menor Kim Taehyung al otro lado del teléfono quién a esa hora ya estaba en su oficina.

Jimin solo rió divertido ante las locuras que se le ocurrían a su querido alíen, de ese modo llegó hasta el nuevo edificio, había un estacionamiento exclusivo que tenía un ascensor que daba directo al piso de gerencia y era por esta razón que el joven Park era poco conocido en lugar, bajó y de inmediato subió al pequeño cuarto móvil que lo llevaría a su cita. En su cabeza pasaban tantas cosas pero nada relacionado al trabajo, al contrario, era lo que quería hacer cuando saliera de esa reunión porque siendo franco, no pensaba quedarse ahí.

─ Buenos días, señorita Chun, Nam me está esperando ─ dijo a la asistente de gerencia saludando de buen modo y con una de esas coquetas sonrisas que siempre mostraba.─ Por supuesto joven, pase ─ respondió la mujer e hizo un ademán señalando la puerta mientras sonreía amable.

El joven Park entro siempre seguro porque sentía que no importaba lo que fuera que su padre ahora quisiera decir a través de uno de sus mejores amigos, solo estaba buscando esa atención que sentía que no le podía dar.

─ Nam, vine lo más temprano que se podía, sabes que no me sobre exijo ─ bromeó el recién llegado al ingresar a la oficina.

─ No esperaba más, no te preocupes, ahora toma asiento y escucha atentamente lo que voy a decirte porque no voy a repetirlo y desde ya te advierto que cualquier queja debes elevarla a tu padre porque son sus órdenes ─ advirtió Nam con un tono serio y firme, algo que hacía a su hermano ser el hombre de éxito que ahora era. ─ Vas a venir todos los días de 8:00 am a 5:00 pm y tendrás una asistente, misma que va enseñarte lo que harás como encargado del área de exportaciones, eso sí quieres seguir disfrutando de tus tarjetas y otras comodidades ─ expresó aquel hombre que lo observaba serio detrás de su gran escritorio.

Esto cayó como balde de agua fría para el joven libertino que solo había estado buscando probar los diferentes sabores qué la vida tenía, no esperaba nada como aquello, su padre le estaba poniendo un alto con un ultimátum, sentía que estaba siendo algo muy injusto pero también entendía que su padre, de alguna manera, tenía razón. El inicio de un cambio estaba a las puertas de la vida del joven Park.