9

1.1K 135 3
                                    

Cuando el patronus con forma de Lince me despertó antes de mi propio despertador o Bellatrix con sus ruidos, no me imaginaba que iba a terminar en la oficina de la ahora directora McGonagall.

El castillo por si sigue en reparaciones las cuales son minuciosas a toda regla, pero la oficina del director quedó intacta en su totalidad.
Nunca vi la oficina en poder de Snape, solo cuando estaba Dumbledore y creo fueron contadas las veces.

Así que ver tal orden incluso en las pequeñas cosas hace que todo grite "McGonagall"
Pero está bien, está mañana deje a Bellatrix con el pedido/orden de limpiar la casa.
Sonrío al imaginar quejarse de tener que hacer cosas de elfos domésticos e incluso no me sorprendería llegar y verla mirando la televisión o escuchando la radio en lugar de hacer sus cosas.

-¿Te preocupa algo querida?- pregunta McGonagall regresándome a la realidad, una en dónde Kingsley está sentado a mi lado tomando una tasa de Té de limón.

-No, si. Es Bellatrix, la deje sola en casa con tareas-

-Madame Black no escapará- dice Kingsley después de un sorbo -Hay un total de diez Aurores vigilando la casa en estos momentos, para evitar haga algo contra la vivienda o ella misma-

-... Si, no. Yo lo decía porque estoy segura llegar y ver qué no hizo nada más que ver la televisión. Pero ¿Gracias?-

Kingsley parece feliz con la respuesta y vuelve a tomar de su té. McGonagall frunce el ceño y muestra la guía que el ministerio me dio, solo que esta es la copia del ministro y la mía está a un lado.
Lo único que pidió el patronus de Kingsley fue la copia de mi guía y una reunión en Hogsmade para venir a Hogwarts, solo eso.

Pero ver cómo McGonagall suelta con brusquedad la copia...

-Esto es una burla, una calumnia- dice alejando su tasa con un movimiento de varita -Después de todo lo ocurrido y vivido el ministerio no está más que lleno de sanguijuelas hambrientas de poder-

-Le aseguro Directora McGonagall. Que no todos somos así en el ministerio- se defiende un ofendido Kingsley.

-Lamento haya sonado así. Pero sabes a lo que me refiero, Hermione- pide con una cara llena de preocupación -Dime y responde con verdad ¿No te tiene amenaza Bellatrix, no te ha hecho algo?-

-¿Bellatrix?- dudo dando un sorbo al amargo y a la vez dulce té -No. La verdad...- veo el líquido de la tasa, el reflejo de mí yo quedo relegada al del pasado de días y pensamientos impropios de una Gryffindor -Yo... Yo soy la que ha sido dura, bastante a decir verdad- admito con un malestar.

-¿A qué te refieres?-

-Verán. Bellatrix si es la persona que todos sabemos, eso sigue en pie e incluso ella lo admite. Pero es más que eso, hay capas sobre capas y viendo lo que veo no sería raro que ella encaje en el mundo Muggle antes del año dado-

Kingsley se ve alegre. No puede ocultar su emoción y satisfacción ante tales palabras, pero por otro lado McGonagall se ve menos risueña.
En respuesta niega un par de veces, levanta su varita y dice: "Legeremens"

Siento como caigo, como me hago hacia atrás. Un leve mareo seguido de una confusión casi instintiva, los recuerdos de estas semanas pasan rápidamente frente a mí, todos ellos van y van sin descanso. Pero hay uno que perdura de hace apenas dos días. Y es uno en dónde las dos, sentadas en el sillón con un bowl de palomitas vemos una película que rente.

La imagen llena de asombro y fascinación de Bellatrix al ver Star wars me sigue pareciendo única al grado que, sin saber. Bloqueo el hechizo solo dejando ver y aferrando este a mi mente.

New World Coming Donde viven las historias. Descúbrelo ahora