Si Juan pudiera resumir su primera semana de clases lo haría con dos palabras.
Una cagada.
Justo como el apodo que el más amable y lindo de sus compañeros le puso apenas entró al salón, así es, Quackity.
Quackity se había encargado de joderlo cada que podía, no importaba si era clase o receso, el pelinegro siempre aparecía con el único propósito de hacer que Juan se fuera a una no merecida detención.
El de gafas había aprendió su lección, en la primaria no existen los amigos.
Juan anotaba sin mucha diversión el problema matemático que tenía como fin ser resuelto en equipo, equipo que compartía con Ibai y Quackity.
No sabía que mal había hecho en su anterior vida como para estar tan unido al niño con gorro.—¡Maestra Mirai! Juan dibujo un pene en nuestra pizarra—
Salió de su trance para mirar al pelinegro y luego al pizarrón, en efecto, había una muy bonita verga dibujada justo donde iba la respuesta del problema.
—¡Juanito!, No se que voy a hacer contigo deberás— la maestra observo la pizarra con decepción —Esto es de la clase de biología de mañana, ya basta de juegos, resuelvan el ejercicio— se alejó de los infantes sin decir más.
Juan miro con molestia a Quackity, se acercó hasta él y tomándolo de los hombros lo empezó a zarandear con fuerza.
—¿¡Qué te pasa!? Deja de intentar difamarme, ni siquiera te he hecho algo para que me trates así— no soltaba el cuerpo de su compañero, quién solo lo veía con burla.
—Cállate cagada, ¿no sabes lo que son las bromas o qué? Neta que uno intenta llevarse bien contigo y no ayudas— hablo con un tono arrogante.
—¡Me lleva la ver!— alzó su mano listo para volver a pelearse a golpes con el pelinegro.
Afortunadamente no pudo terminar ni la frase, ni la pelea, Ibai por fin había hecho acto de presencia en su conversación, poniéndose en medio de ambos logro que le prestarán atención.
—A ver si paran de pelear par de tontos, ya resolví el problema— señaló la pizarra totalmente llena de operaciones algo complicadas para la mente de Juan —Ire por la profe Mirai, no hagáis nada digno de imbéciles—
Quedaron en silencio mientras veían a Ibai hacer lo recién mencionado, ninguno de los dos hablaba.
Juan lucía sorprendido y perdido por la actividad que Ibai había logrado hacer, el ni prestando atención hubiera entendido como resolver tal cosa, por otro lado, Quackity se recargaba en la pizarra con desinterés, aún mantenía una leve sonrisa burlona por la actitud de Juan.Al final el trabajo si estaba bien hecho, recibieron felicitaciones, robándole un poco el crédito a Ibai, de igual forma el pelinaranja no se molestó.
Jamás había estado en una clase de educación física, no sabía muy bien las dinámicas.
Pensó que se trataba de una especie de zumba como a la que su mamá asistía cada noche, pero no, ¿Un partido de fútbol? ¿eso es una clase?—Dos equipos, Quackity tu eres el capitán de uno e Ibai del otro, elijan a sus compañeros— explico el profesor Balaguer o también conocido como vale verga (apodo que le puso Quackity).
Juan sonrió, al menos uno de sus amigos lideraba el equipo.
—Muy bien yo elijo a el Mariana— habló Quackity señalando a su compañero.
—Yo elijo a Roier— le siguió Ibai.
Juan borro su sonrisa al ver cómo Ibai no lo elijo primero que los demás.
—Pues yo a...—
Y así siguió por al menos unos diez minutos, donde Juan quedó de último, afortunadamente quedando en el equipo de Ibai.
Durante ese rato tuvo que aguantarse sus inmensas ganas de llorar, sentía feo cada que no lo nombraban, nunca había sido tan excluido e indeseable.
—Venga Juan somos equipos, alégrate coño— menciono Ibai mientras se acomodaban en la cancha.
Respiro hondo buscando calmar negativos sentimientos y pensamientos que ahora mismo lo atormentaban.
Se puso en posición y una vez conociendo los nombres de cada equipo el profesor Balaguer dio por iniciado el juego.
Su equipo era una mismísima mierda, a los segundos de haber iniciado ya iban perdiendo 1-0, ahora mismo solo transcurrieron al rededor de 15 minutos y la diferencia de goles era abismal, 4-1, favor claramente el equipo de Quackity.
Sumando que durante el juego el de gorro se acercaba a Juan para empujarlo, tirarle comentarios hirientes y reírse en su cara.
Ahora mismo odiaba de una manera sobre natural a Quackity y al fútbol.
—¡Aqui estoy libre!— alzó sus manos buscando llamar la atención de su compañero de equipo, acción que fue ignorada —Pendejos— susurró al ver qué no era nada relevante dentro de su propio equipo.
Su concentración se desvío cuando fue jalado hasta detrás de las gradas, ni siquiera había podido reaccionar cuando fue tirado al suelo, del impacto cerro los ojos y cuando los abrió tenía a Quackity encima de él.
—¿¡Qué putas haces!?— Intento moverse para dejar de ser arrinconado.
—Escucha bien cabrón, no te lo voy a repetir— por primera vez Juan logró escuchar un tono serio en el contrario —Eres una cagada, un pendejo y no sirves para absolutamente nada, yo que tú me iba yendo pero directito a la chingada—
—¿Por qué crees que te voy a hacer caso?— en su rostro había molestia pero en el fondo sentía como las lágrimas no tardarían en llegar.
—No creo que soportes todo lo que tengo planeado para ti, desde que te vi me di cuenta de algo, eres insoportable y te odio— soltó con veneno, se levantó cuando vio la reacción que tanto esperaba.
Juan estaba llorando.
Y desde ese día jamás volvió a pisar la primaria, tampoco la secundaria, retomó los estudios en casa y por un momento olvidó la existencia de un pelinegro con gorro.
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Cagón (Juackity)
FanfictionJuan cubito pulió sus zapatos, revisó por última vez su mochila y con un beso en la mejilla se despidió de sus padres. Su primer día de clases sería fantástico. -Tenian mucha química oksi -Se shippean cubitos no personas -No sigue la línea original...