No me hieras Tanto. Aprende Conmigo Vol..1

Sentimientos encontrados

Maximiliano Corleone.

Había tenido un percance con el estúpido poli ya que quería atraparme como de lugar.
llego a dónde estaban cargando la droga, tuvimos que atacar por qué el muy hijo de puta Rafael «asi se llamaba el cabron». Nos daba con todo su escuadrón pero como podíamos. Logramos que el cargamento zarpara y poder huir, no podíamos ir a Italia para no levantar sospechas y dejar que la marea bajara así que alargamos el viaje a Grecia, ese era nuestro plan B, pero lo que no conte era que Mariana aún seguía de compras y que eso me pusiera cabezón por su seguridad «primera vez que me importaba alguien fuera de mi familia».
No lo podía negar, tenía sentimientos encontrados por ella, soy una persona que asumo mis problemas y no me ando con rodeos por lo que quiero o siento, aunque eso aún no se lo diría y mas si tenia a un estúpido esperándola...

Dormí junto a ella. todo con ella era fácil incluyendo dormir. llegamos y no necesite que massimo me levantará cuando escuché sus paso y desperté

— Será que nunca voy a ganar una.

Siempre lo frustraba que tuviera el sueño liviano, me puse un dedo en los labios para que se callara.

—Mariana—la llamé y aún seguía dormida la moví de los hombros un poco brusco.

—Max ten más delicadeza—me reprendió massimo.

—Pues hazlo tu, massi—me fulminó con la mirada por el apelativo que Mariana le decía—A mí sí me haces malas caras.

—Mariana...eh despierta— la movio un poco y con tacto.

—Massi—se despertó aún soñolienta— Ya llegamos.

—Si, solo faltamos nosotros.

Le dijo massimo y ella se separó de mí y bajamos del avión a los coches para agarrar un ferry a Santorini.

Grecia era uno de los países que mas me encantaban y podía notar como debes en cuando veía la cara de Mariana emocionada por toda la vista, es que no solo era la historia si no su arquitectura y diseños .
hasta que cambio el gesto y eso me extraño y grito.

—¡¡PARÁ!!!.

Massimo dió un frenazo epico que de broma no traspase el vidrio. le iba a decir que si quería ver algo que solo lo tenía que decir no gritar, pero lo que dijo me preocupo

—Lo ví, yo lo ví.

Cuando le iba a preguntar a quien vio, salió del coche aunque no camino solo abrió la puerta.

— Mariana, ¿Que pasa?.

Me miró pero volvió la vista al frente dónde miraba buscando a alguien, me baje y volvió a gritar pero entrado de una vez en el coche

— ¡¡Conduce, Conduce!! .

Massimo me miró, sin entender nada . Yo me fijé en la parte donde ella miraba y no pude detallar más por qué solo ví una sola cosa. Un arma, una metralladora.

—¡Subí los vidrios!.

Massimo lo hizo mientras yo montaba y la ráfagas de disparos enseguida se escucharon. La gente corría, massimo enseguida arranco.

— ¿Quien coño era?.— pregunto massimo. yo miré automáticamente a Mariana.

—Lo vites—asintió.

—¿Y, tú?—yo negué apretando mi mandíbula de la rabia que contenía.

—No me dió chance— Massimo esquivaba todo lo que podía para llegar a dónde mis hombres.

—Espera un momento..... ¿Por qué carajos saliste del coche?.

—Max – ese fue massimo reprendiendo por como hablé.