Vahyra - El origen de un guardián

El origen de la niebla

    Vahyra la envolvió de nuevo la oscuridad, fragmentos de la memoria de esa persona pasaban por momentos, el encierro de Kalista, Arusha llendo a verla y darle lo necesario, también la sorpresa de ella cuando le informaron que partirían hacia un lugar donde curaban todo mal. Eso pasó por fragmentos no eran un recuerdo donde pudiera andar como antes y de pronto llegó a un barco.

"Tengo mis dudas sobre esto Kalista"

"Pero tiene razón Hecarim, que él vea que no hay solución y darle un entierro solemne a la reina"

    Arusha iba en el barco donde se encontraba el cadáver de Isolde, habían hecho algunas cosas para que no se deteriore más de lo que ya estaba... Sostenía la muñeca de trapo con el que jugaba cuando eran niñas, Vahyra vió una niebla densa y que Kalista pronunció unas palabras y con asombro vió como se apartó esa niebla y una hermosa ciudad casi blanca les esperaba .

"Aquí estamos, las islas bendecidas"

"Es impresionante Kalista"

     Empezaron a bajar los soldados y el ataúd donde estaba Isolde, Arusha empezaba a sentir que algo no iba bien, era algo que presentía, esa habilidad que se había despertado el día en que murió Isolde.

"Kalista ten cuidado, ve que tu rey no haga una locura"

"¿Te quedas?"

"Si no quiero ver"

     La llamaron por Hecarim y todos marcharon hacia el centro de la isla. Vahyra entendía ahora que eran los recuerdos de Arusha lo que veía, pero no entendía cómo tuvo contacto con su alma... Arusha bajó del barco para ver los alrededores y se encontró con una casa algo humilde, saludó a los habitantes del hogar, todos eran amables que le hablaban sobre muchas cosas y Arusha escuchaba fascinada, unas horas después sintió que algo pasaba. Salió de la casa junto con esa familia y vió fuego en medio de la ciudad, ella les indicó que subieran al barco donde estaban y la familia se apresuró a subir. Arusha corrió y corrió hacia el lugar, donde fue empujada por un tipo que llevaba una capucha y él se le quedó viendo fascinado el color de sus ojos. Arusha siguió su camino para ver qué había pasado.
    Hecarim andaba matando a la gente de la ciudad, no iba a preguntar el motivo, ella ya lo sabía sin hacerlo, la codicia en su corazón, siguió corriendo y encontró el cadáver de Kalista que estaba clavada y sin vida en el suelo pulcro, miró hacia adelante y vió a esa misma persona con la que se había topado que guiaba a Viego con el cadáver de Isolde a un tipo de catacumba... De nuevo ese sentimiento de que algo malo ocurriría, todos a su alrededor estaban muertos, hasta el sabio del que le había platicado Kalista estaba ahí tirado pero sorprendentemente aún con algo de vida.

"Pequeña..."- respiraba con dificultad - "salte de aquí... No hay esperanza"

    Arusha vió que él sufría y agarró su propia daga que le había regalado Kalista y le dió fin a su sufrimiento, los soldados parecían querer impedir que entraran pero ya era demasiado tarde. Arusha corrió del lugar, estaba manchada de sangre y mientras dejaba la ciudad, oyó un grito espectral, y de la ciudad una densa niebla empezaba a salir de ahí. Pudo llegar al barco donde estaba la familia, y con prisa empezaba a dar instrucciones para mover ese enorme barco, lo bueno que el padre de esa familia sabía cómo hacerlo, ya habían avanzado cuando vió a Hecarim cabalgando en su caballo llegando a la orilla.

"¡Arushaaaaaa!¡Sálvameee!"

   Le gritaba con desesperación pero ella bajó su mirada. Hecarim vió esa acción y fue consumido por la niebla...

"¿A dónde vamos señorita?"

    Preguntaba la niña, ella miró hacia los padres de la pequeña.

"Pueden irse en cualquier lugar, cuando bajemos de aquí desapareceré, por favor digan que morí..."

    Ellos asintieron al escuchar sus palabras, se alejaban más y más de las islas, Arusha tenía en sus manos de nuevo la muñeca de trapo.

"Corto todo vínculo, es hora de dejarte atrás Isolde... No tengo derecho a llorar por ti..."

    Entonces arrojó la muñeca hacia el mar, se perdió en la oscuridad. De pronto Vahyra se despertó...