Capítulo 22: Ingenuo

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Ha pasado una semana.

Luffy ha estado viviendo en el apartamento de Law por el momento, no con la mentalidad adecuada para volver a su dormitorio. El más joven ya había hecho saber a su compañero de piso su situación, y dejó en manos del hombre la tarea de informar a la universidad para que pudiera ser debidamente indultado. Law se puso en contacto con Amazon Lily y también se lo hizo saber a la insufrible Boa. Habían dejado a un lado sus diferencias y se habían unido en medio de la pérdida de Luffy. Aunque era odiosa a más no poder, Law apreciaba que se mostrara cooperativa durante este tiempo.

Luffy no se había movido de su apartamento en los últimos siete días a pesar de la insistencia de Law para que saliera, aunque fuera a dar un paseo. Luffy siempre se negaba y Law nunca le presionaba. Había momentos durante la semana en los que Luffy gritaba el nombre de su difunto hermano en mitad de la noche, y a Law le daban escalofríos. A veces llamaba a Law para tener a alguien cerca mientras lloraba y se desesperaba. En noches como esa, el mayor abrazaba a Luffy mientras lloraba hasta quedarse dormido. Le dolía muchísimo separarse de él por la mañana para ir a trabajar, pero tenía que hacerlo.

Le dejaba algo para desayunar, algo para comer en la nevera y volvía por la noche para preparar la cena para los dos. Había veces que volvía y Luffy estaba mirando la tele casi sin vida, y había veces que lo encontraba encerrado en su baño, sollozando en la ducha. Law siempre le daba su espacio cuando lo consideraba necesario, o se acercaba para abrazarlo si quería.

Parecía que todo el personal de Going Merry lo había visitado en los últimos siete días, pero Sanji y Zoro encabezaban el grupo en cuanto a la frecuencia y duración de sus visitas. Law los había llamado después de despertarse tras hablar con Luffy y, desde entonces, lo visitaban casi todos los días. Siempre se quedaban horas en su habitación mientras Law se sentaba en el sofá o en la cocina. A veces Sanji salía y lo ayudaba; el hombre era mucho mejor cocinero de lo que él jamás podría llegar a ser. A veces Zoro le hacía compañía silenciosa mientras Law trabajaba en su casa, necesitando un respiro de las lágrimas de Luffy. Aquellos dos en particular se preocupaban ferozmente por el bienestar de Luffy, y se alegraban de estar a su lado cuando lo necesitaba.

Fue en la mañana del séptimo día cuando Luffy salió de su habitación y no parecía querer morir... tanto. Tenía una expresión inexpresiva de derrota en el rostro y, sin mediar palabra, se dirigió a sentarse en uno de los taburetes rojos de la isla.

Law lo estudio por encima del hombro desde la estufa. "...Buenos días".

El adolescente apoya los codos en la superficie lisa y baja la cabeza sobre los brazos. "...Buenos días".

El cirujano lanza a Luffy una mirada preocupada, pero vuelve a los huevos chisporroteantes que tiene ante sí. "¿Cómo te encuentras?"

El más joven no contesta durante un largo rato. Una vez que el huevo está bien cocido, Law rompe otro, le echa unas especias y se vuelve hacia Luffy.

"¿Quieres desayunar?", vuelve a preguntar.

Luffy levanta la cara hacia Law y asiente sin decir palabra. El mayor coge la nevera. "Entonces haré un poco de tocino extra, sólo para ti".

Esto le hace ganar la más pequeña de las sonrisas del adolescente. A Law le da un vuelco el corazón. Hacía siglos que no veía sonreír a Luffy.

Los sonidos de la televisión de fondo junto con los de la sartén que tiene delante llenan el aire. Detrás de él, Luffy está callado, esperando pacientemente a que la comida esté lista. El mayor se toma un descanso de los fogones y coge un vaso, lo llena de agua y lo pone delante del menor. Luffy echa un vistazo a la bebida y luego a Law.

Dirty Red Feathers - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora