Capítulo 1- Convence al director.

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Si se podía describir con una palabra a Irina Jelavić , esta era "Independiente". Lo que las personas pensaran de ella y de su trabajo no le suponía ningún problema y desde los 16 años fue así. Actualmente, esa palabra que la describía a la perfección ha cambiado a "Dependiente". Puede que lo que los demás pensaran de su vida le siguiera importando más bien poco, pero lo que cierta persona pensara de ella era algo que sí le importaba... ¿Quién es esa persona y por qué ha afectado tanto a Irina el hecho de que esta apareciera en su vida?

Secundaria Kunugigaoka, clase 3-E o clase end. El día de la graduación cada vez se veía más cercano y a cierta profesora de inglés parecía entusiasmarle la idea.


- ¡Por favor, Karasuma! ¡Ayúdame por una vez en la vida! - Allí estaba la rubia, jalando del brazo del empleado del gobierno y rogándole que le ayudara a convencer al director.


¿Que para qué? Sencillo: Irina es extranjera y en su país de origen es muy común hacer una fiesta cuando la graduación de los alumnos está cerca. Ella quería llevar esa tradición a los alumnos de la clase E, pero sabía que el director no le daría permiso para que solo los alumnos de la clase mencionada anteriormente pudieran asistir al evento, así que sugeriría que la fiesta fuera para todos los alumnos de tercer curso.


- Por última vez, no. - Karasuma, quien aparentemente no estaba entusiasmado con la idea, se negaba a ofrecerle ayuda a la rubia.

- Gracias por ser tan amable conmigo. -


Dicho eso, se soltó del brazo del pelinegro y abandonó la sala, aprovecharía que no tenía clase con los alumnos para ir a convencer a su "jefe" del asunto. Si no lo lograba con el habla siempre le quedaban sus armas de mujer.

Allí estaba la rubia, frente a las puertas del edificio principal. Ciertamente no podía evitar estar algo nerviosa, el director era una persona que era capaz de intimidar a cualquier persona con tan solo una rápida mirada, incluso a la persona más valiente. Las miradas de las clases de los alumnos de las clases de la A a la D estaban fijas sobre ella, tanto la de los chicos como las chicas, ya que solo la habían visto un par de veces y por su aspecto resaltaba sobre el resto de profesores... Y bueno, sus pechos también la hacían destacar, claro.

Caminaba por los pasillos, aún bajo la atenta mirada de los alumnos que estaban en las puertas de sus clases a la espera de que sus correspondientes profesores llegaran, para cualquier persona resultaría cuanto menos incómodo que toda la gente te mirara con deseo, pero para la joven Irina era algo de lo más normal, ya que era algo que desde muy joven le había ocurrido.


- ¿Señor director? ¿Podemos hablar un momento? - 


Llamó suavemente a la puerta de su despacho y acto seguido abrió esta misma, haciéndose paso hacia el interior de aquella sala. Debía admitir que el lugar era algo tétrico, muy poca luz entraba por las ventanas gracias a las persianas que las cubrían y lo único que había en esa gran habitación era el escritorio y la silla donde solía estar sentado el director, acompañados por otra silla para que las personas que iban a notificarle algo o a hablar ciertos temas pudieran sentarse.


- Adelante Jelavić, siéntate - El director, en cuanto escuchó a la rubia tomar asiento se dió la vuelta, mirandola fíjamente. - ¿Tienes algún problema en la clase E? Siempre podemos darte un puesto en nuestro edificio principal. -

-No, no, todo está bien. - Aclaró mientras sonreía. - Solo quería preguntarle sobre un proyecto que podría realizar la escuela para los alumnos de tercer grado. -


Con tranquilidad empezó a explicar sus planes bajo la atenta mirada de aquel hombre, que al principio no se vió demasiado convencido con la idea, pero que al final acabó accediendo bastante más rápido de lo que Irina creía... Aunque puede que eso de haberse quitado la chaquetita que solía llevar y bajarse un poco más el top ayudaran en el asunto, quién sabe. Luego de confirmar la fecha en la que se realizaría el evento, la americana agradeció enormemente a su jefe y salió de su despacho, cosa que le deslumbró un poco ya que en los pasillos de aquel edificio entraba mucha luz.

"Chúpate esa, Karasuma".

Mientras caminaba, sonreía victoriosa, a pesar de que el empleado del gobierno le dejó bien en claro que no la iba a ayudar porque convencer al director de algo así iba a ser imposible, lo había logrado por ella misma y sin necesidad de insistir mucho. Una parte de ella se sentía feliz y con ganas de restregarle a Karasuma que lo había logrado, y su otra parte se lo negaba rotundamente, diciéndose que "No es plan tampoco de decirle eso" y limitándose a decirle simplemente a " El evento se celebrará la semana que viene, a partir de las 21:00 " .  Finalmente, quizá porque ya no era la misma que el primer día que conoció a aquel hombre, decidió no restregarle nada.


Karasuma se sorprendió cuanto menos al ver a Irina volver alegremente avisándole de la fecha del baile de graduación, también le extrañó que no estuviera enfadada con él, aunque tampoco dijo nada en voz alta, ya que no le tomó tanta importancia.

- Bien, yo me ocuparé de avisar a los alumnos. - Afirmó mientras se levantaba de su asiento en la sala de profesores, aunque antes de poder salir por la puerta Irina le detuvo.

- Olvídalo, Karasuma. Ahora tengo clase con ellos, así que quédate aquí e intenta matar a ese pulpo. -  Una vez el profesor de gimnasia se apartó, ella salió de la sala y se dirigió hacia la clase, dejando a este a solas hasta que Korosensei terminara su lección.


Definitivamente esa semana se le iba a hacer eterna, no veía posible que no se le hiciera así ... Aunque, sin saber muy bien el por qué, presentía que la espera iba a merecer mucho la pena. 




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⏰ Última actualización: Jul 09, 2015 ⏰

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